“Dale más piola que llega hasta el sol…” dice Jaime Roos en una canción. Eso es justamente lo que hicieron 400 nenes y nenas en una hermosa tarde del verano pasado, como grand finale del Programa “Los derechos de los niños no se toman vacaciones” 2018.

“Con esta barrileteada rompimos el récord argentino –dice Julián Loiseau, coordinador del programa desde los inicios-. Nunca se remontaron tantos barriletes juntos en el país”.

Los docentes y auxiliares del equipo se encargaron de armar los 400 barriletes blancos con rayas de todos colores, que no solo remontaron los chicos y chicas del programa, sino también la comunidad universitaria en pleno. Los mismísimos Reyes Magos -que siempre acuden al cierre del mes de actividades- entregaron los barriletes a modo de regalo que los chicos se llevaron luego a sus casas.

“Fue una verdadera fiesta, una alegría absoluta –remarca Julián-. La tarde terminó con una gran chocolatada para todos, un picnic al aire libre en el que participaron los chicos, los docentes, los no docentes y sus hijos, las autoridades de la Universidad”.

Hace mucho tiempo que Julián Loiseau viene proyectando traer el viejo hábito del barrilete a “Los derechos de los niños no se toman vacaciones”. “El barrilete es un disparador de algo, tiene mucha información. Hay que tener muchas cosas en cuenta: por qué la cola tiene que tener determinado peso, dónde pega el viento; es todo un proceso y un trabajo levantar el barrilete”.

La tarde fue espectacular: soleada y templada, con un cielo despejado y el viento justo para elevar los barriletes y soñar con su vuelo.

“El año próximo vamos a incluir un ‘taller de barriletes’ en el Programa de Verano –cuenta Julián-, a cargo de un docente que es también físico y astrónomo”. La idea es integrar, como en todas las instancias del programa, la diversión y el entretenimiento con el aprendizaje y el conocimiento de cosas nuevas. “En la Argentina no existe el ‘Día del Barrilete’ –dice por último-; quizás sea una punta para empezar a crearlo”.

 

La vida de improviso
El Programa de Verano se realiza en la UNLa desde el año 2000 de manera ininterrumpida. Consiste en un mes de jornadas gratuitas de deportes y actividades culturales para chicos y chicas que asisten a comedores escolares y comunitarios de Lanús, Esteban Echeverría, Lomas de Zamora y Almirante Brown, llevado a cabo por la Dirección de Deportes y Recreación que depende de la Secretaría de Bienestar y Compromiso Universitario de la Universidad. El programa es una de las tantas formas en que la UNLa abre sus puertas a la comunidad, y una excelente oportunidad para que nenes y nenas se familiaricen con la institución universitaria y amplíen sus planes de un futuro no tan lejano. Mientras aprenden oficios y artesanías, hacen deportes y juegan, los chicos conocen sus derechos en el marco de la difusión de la Convención Internacional de los Derechos del Niño, ven cine y espectáculos artísticos, y reciben un refuerzo de almuerzo y una merienda. Micros gratuitos los pasan a buscar y los llevan de vuelta al barrio. También se les realizan controles médicos y odontológicos, y se ofrecen actividades para las y los referentes institucionales que los acompañan hasta la Universidad. Desde el inicio del Programa, pasaron por el campus de Remedios de Escalada unos 25 mil chicos del distrito y de zonas aledañas.

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