La Ley de Medios
El Modelo de Comunicación del Bicentenario puesto en marcha en la Década Ganada, estó integrado en primera instancia por la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, un hecho político revolucionario, tomado como ejemplo en el mundo entero. La Ley 26.522 de Servicios de Comunicación Audiovisual, conocida popularmente como “Ley de Medios”, apoya a los pueblos originarios, cuida a la mujer y los niños, crea la Defensora de la Audiencia, incentiva la producción, apoya económicamente a muchas radios y canales de TV y agota la capacidad de producción audiovisual en todas las provincias y regiones del país. Los programas “Fútbol para Todos” y “Deporte para Todos” ponen los partidos de los clubes más importantes y los menos a la vista del pueblo, de manera gratuita. Con el manejo discrecional de ese derecho el grupo Clarín había terminado quedándose con la mayoría de los canales de cable. Otros éxitos obtenidos en el MCB son la TV Pública, el Canal Encuentro, PakaPaka, ZAMBA; lo actuado en el INCAA y en teleSUR por la parte argentina; Tecnópolis; su correlato en TV; el Plan Nacional Argentina Conectada; Conectar Igualdad; la Televisión Digital Abierta; el Bacua (Banco Audiovisual de Contenidos Universales Argentino); el ACUA (Argentinos cuentan Argentina); el ACUA Mayor (La experiencia cuenta); el programa Nodos y Polos Audiovisuales Tecnológicos; el Plan Operativo de Promoción y Fomento de Contenidos Audiovisuales y Digitales del SATVD-T, tendientes a lograr la actualización tecnológica de dichos servicios; el aporte administrativo de la AFSCA, el organismo descentralizado y autárquico creado a partir del artículo 10 de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual cuya función principal es aplicar, interpretar y hacer cumplir la nueva ley. El ISER, como instituto terciario; la CNC que tiene como misión y función la regulación, contralor, fiscalización y verificación de los aspectos vinculados a la prestación de los servicios de telecomunicaciones, uso del Espectro Radioelóctrico y los servicios postales; la SECOM (Secretaría de Comunicaciones de la Nación) asiste al Ministro de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios en la elaboración, propuesta y ejecución de las políticas a aplicar en el ámbito de las comunicaciones y actividades postales de la Nación; la tarea de infraestructura tecnológica, facilidades y servicios y conectividad, que brinda la empresa ARSAT (Empresa Argentina de Soluciones Satelitales); INVAP; el INCAA que tiene una fuerte presencia en el MCB con su Plan de Promoción y Fomento de Contenidos Audiovisuales Digitales para Televisión Digital Abierta. También, el MCB reconoce la tarea que están desarrollando las universidades nacionales y son tenidos en cuenta y forman parte del Modelo las cooperativas en todo el país, al asumir su responsabilidad comunitaria de poner en el aire medios audiovisuales propios para la comunicación democrática, impulsadas por la gestión del INAES y el Ministerio de Desarrollo Social. También entidades que agrupan a periodistas que adhieren al Modelo Nacional y Popular como los Periodistas Peronistas (PP) o UMI (la Unión de Músicos Independientes). Sumamos a Telam que desarrolla un proyecto federal por el que incluye a casi dos mil radios como receptoras y emisoras de boletines informativos durante toda la jornada, programas deportivos, programas acerca de la integración latinoamericana del Unasur, Mercosur, Celac, con el aporte de Ansur, el sitio de noticias de la Unión Latinoamericana de Agencias de Noticias, también creada en esta etapa con la confianza de los países que nombran a la Argentina en su presidencia, el Reporte Nacional que suma ocho páginas a los diarios de todo el país con noticias nacionales e internacionales y el deporte nacional e internacional y suplementos literario y de historietas nacionales que logran ubicarse como el cuarto diario nacional, después de Clarín, La Nación y Diario Popular.
En un momento determinado, se abre un concurso de 200 canales de TV que incluía, por ejemplo, 16 nuevas emisoras de televisión abierta en la Capital Federal y el conurbano bonaerense, pero luego, por alguna negociación o decisión del Ejecutivo, se baja para otra oportunidad. Ese concurso habría sido de gran efectividad para el futuro inmediato. Establecía nuevos actores, una nueva instancia de aporte a la opinión pública, y sin dudas tuvo enemigos dentro del pool de los actuales licenciatarios dominantes del mercado. Una lástima.
Hubo, a mi entender dos causas por las que la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual no fraguara en el tiempo y con los elementos que se tenían durante el
último período de gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, la gran heroína de la Ley de Medios. Una, haber “levantado” los concursos de las 200 licencias de TV abierta. Eso hubiera cambiado notoriamente la distribución del poder generando un nuevo equilibrio en la diversidad de medios. Hubiera impactado de manera decisiva al poder oligárquico erosionando la posición dominante del Grupo Clarín. La segunda causa, fue el hecho de haber adecuado antes a TELEFE y el Grupo Vilas que al grupo Clarín, ya que al achicar a estos grupos, se agrandaba proporcionalmente al mayor que era y es el grupo que conduce Magnetto. Además, al aceptar a la hija de Daniel Vilas como titular de una de las adecuaciones, y hacer de cuenta que Telefónica no era la titular de TELEFE, se abrió la puerta a un rechazo del Grupo Clarín a su adecuación, dejando sin protección cualquier resolución de la Justicia.
Es para tener en cuenta el dato que surge acerca de lo difícil que resulta transformar la realidad en contra de la presión de los poderosos. Desde el censo de medios de comunicación formales e informales sin autorización del Estado, nacidos en la democracia y en su defensa explícita, organizado por el interventor Gabriel Mariotto, como parte de la revolución de las efe emes, y luego ampliado a la ocupación de frecuencias de AM y TV surgen unas 10.000 emisoras que, sin embargo, van quedando retrasadas en su autorización y dignificación, aunque la letra y el espíritu de la Ley de Medios Audiovisuales es clara en ese sentido. Cuando termina el tercer período del peronismo, quedan más de seis mil medios de la democracia sin apuntalar legalmente, económicamente, tecnológicamente. Es un fuerte déficit de estrategia. Se pierde la elección por muy poca diferencia ante el candidato del poder real nacional e internacional. Todo lo que se avanzó queda ahora en manos del enemigo histórico que lo desarma, desactiva, lo viola, lo somete a destrucción selectiva, lo utiliza para su propio
proyecto.

Análisis & síntesis
Analicemos esta sucesión de hechos ya históricos. En la segunda etapa de la revolución peronista, los canales de televisión y radios reestatizados por el gobierno de Perón ante la demanda sindical y de los hombres y mujeres de la cultura nacional, popular y revolucionaria, estuvieron solo un año y medio a disposición de los comunicadores del pueblo y luego del golpe de la Dictadura del Proceso, las tres fuerzas armadas y el sector de seguridad del Operativo Cóndor dispuso de ellos durante ocho años, para consolidar el autoritarismo y la dependencia cultural cipaya. Los seis años de Alfonsín, los tomamos a favor de la democracia. El radicalismo desde Leandro N. Alem, con Yrigoyen, un verdadero coloso, los aportes desarrollistas de Frondizi y la lucha antimonopólica de Arturo Umberto Illía, más allá de limitaciones que ponía la Embajada norteamericana a la participación eleccionaria del peronismo, forman parte del movimiento nacional y popular que se expresara muy bien con los juicios a la Dictadura, la lucha por los DDHH, el enfrentamiento con el grupo Clarín, la postura frente a la deuda externa de su ministro Grispun, etc.
Luego el gobierno de Carlos Menem, se los entregó a los sectores que iban a sostener más allá de su gobierno, los programas e intereses estratégicos de los EE.UU. y la oligarquía nacional e internacional con la misma lógica que las FF.AA. del Proceso.
Ahora, luego de 12 años de la tercera revolución peronista, todo el esfuerzo realizado para estructurar el Modelo de Comunicación del Bicentenario ha quedado en manos de los defensores de los medios privados; de las corporaciones, la dependencia cultural y el proyecto de sumisión al orden imperial. Le devuelven al Grupo Clarín toda su majestad aceptándole cuestiones expresamente prohibidas por la Ley de Medios, como su propuesta de adecuación. Debían dividirse en conglomerados que aseguraran no poder actuar como empresa con “posición dominante” prohibida por la Ley. Y no debían poner “testaferros”. Pero los pusieron y no fue posible aprobarlos. Martín Sabbatella, titular de la AFSCA, que le había anunciado al Grupo Clarín la adecuación de oficio de sus empresas, apuntó contra algunos miembros del Poder Judicial “que hace todo lo posible por impedir que el Poder Ejecutivo lleve adelante sus acciones de Gobierno”.
Después de que se notificara el fallo de la Sala I de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil y Comercial Federal, que ratifica la medida cautelar a favor de Clarín, y en contra de su “adecuación de oficio”, Sabbatella sostuvo que “es otra grosera expresión de esa parte del Poder Judicial que decidió ponerse a disposición de los intereses de las grandes corporaciones económicas y mediáticas”.
Dice Osvaldo Papaleo al respecto del Grupo Clarín algo que me parece muy valioso para analizar su influencia en la dominación cultural de las clases medias y los sectores populares que quieren ascender a ellas. “Ellos están instalados en las radios, los canales de TV, los satelitales que vemos en el cable, en los libros, las revistas, las radios, en los regímenes, los horóscopos, las revistas de juegos, en las multimedias de adultos, en las fiestas, los festivales, los teatros, el zoológico, las universidades, las fundaciones, las imprentas, los sistemas contables, la conectividad de Internet, en la moda, en la tecnología, los fascículos, los suplementos temáticos, influyendo sobre nuestra sociedad, instalando ideas y estéticas. Es muy difícil construir una identidad por fuera de la que ellos conciben, ejecutan y tiñen. Es imposible pensar en la soberanía rodeados de estos intereses”.
Tres veces el peronismo, por la fuerza de las armas, o por la fuerza de las armas mediáticas que operan en su reemplazo termina entregando su riqueza mediática acumulada. Ante esta dolorosa situación, el pueblo empoderado por la experiencia compartida acomete nuevamente su proyecto de comunicación utilizando las redes sociales para encontrarse en las plazas, escuchar a sus referentes, acosar al poder enemigo con el humor y el análisis e información que se necesitan para estar enterado realmente de las cuestiones que están en juego.
El pueblo que hizo la revolución de las FM y AM en los 80/90 y de los canales de TV abiertos de baja y media potencia, vuelve a tomar la iniciativa y se apropia de las redes sociales creadas por el Imperio para controlar globalmente a los mismos pueblos.

Las redes
Los tiempos indican que las nuevas generaciones no ven televisión antes de los 45 años de edad ni después de los 12 años, en su pubertad. Atacan por Internet los canales de Youtube o Netflix y demás operadores y eligen su propia programación e información. “Las estadísticas de TV ubican como los consumidores más activos de contenidos audiovisuales por el canal móvil a los que tienen entre 18 y 24 años, seguidos por el grupo etario que va de los 25 a los 34 años”.
Los participantes de las redes ingresan a un diálogo cercano y al mismo tiempo mundial pueblo-pueblo. Ante el cepo mediático impuesto en los medios tradicionales, con bajas a granel de programas y medios con ideas afines a un proyecto nacional y popular, la válvula de escape que intenta, y muchas veces logra, saltar ese cerco son las redes sociales.
Con un efecto residual aún se conservan, de la gestión de Cristina Fernández de Kirchner, miles de kilómetros de fibra óptica distribuidos a lo largo y a lo ancho de la Patria. Así existen hoy en día gran cantidad de conexiones a Internet domiciliarias, wi-fi, y un parque informático con muchos hogares y sus habitantes que pudieron acceder a sus computadoras, notebooks, tablets, celulares inteligentes y el plus de los 5 millones de netbooks que recayeron no solo en alumnos y docentes, sino en familias completas. Un amplio sector de la población todavía acceda a las redes sociales más usadas en Argentina que son Facebook y Twitter, que las complementan con Youtube e Instagram. Esa manifestación numerosa, hoy la intentan invisibilizar. Las redes hacen que sea más difícil ningunear la realidad cotidiana. Por más que los planos sean cada vez más chicos, para que no se vean los alrededores de los actos en los que participa el Presidente, las redes sociales dejan al descubierto que hay personas que están descontentas con su gestión y entonces pueden verse más carteles de “Macri=Hambre” o similares.
Los que militan en un espacio político, las usan para convocar y mostrar las actividades que llevan a cabo, pero muchos que también forman parte del 49% que no quería volver al ajuste ni a la desocupación, se nuclean espontáneamente en grupos como “Resistiendo con aguante”, “Empoderados” y otros. Esos grupos no se quedan solo con la participación virtual sino que a través de ella se organizan para luego llenar plazas, calles, abrazarse cuerpo a cuerpo y entonar el “Vamos a
volver”…
Las páginas web de noticias que avanzan por sobre los diarios impresos encuentran a agencias como la Señal, El Ortiba, la Paco Urondo, la Nac&Pop, Infobaires24,
DiarioRegistrado o ElDestapeweb, las que se juegan definitivamente por la liberación nacional.
El pueblo argentino estó politizado e informado por estos 12 años de los Kirchner y por los 12 años de los tres gobiernos de Perón, dándole una organización natural y una coherencia ideológica a su acción política pacífica y revolucionaria. Es impresionante todo lo que el pueblo ha avanzado en comunicación. Cada uno busca la información en lugares que le resultan confiables en el ejercicio de su vida y luego la envía a toda la comunidad digital virtual o real compartiéndola.
Nos encontramos en deuda con nuestro pueblo. Está muy bien todo lo que hicimos y pudimos hacer en la práctica. Pero es hora de reflexionar acerca de lo que, a la luz de la experiencia compartida, deberemos hacer en nuestro próximo turno. Y esto es poner todos los porotos en potenciar lo que el pueblo necesita para manejar, solo, la comunicación social. Toda la inversión en el pueblo. Toda la legislación necesaria para dar un marco facilitador de las acciones del pueblo. Toda la reforma judicial potenciando la potestad del pueblo y su derecho a elegir quien resguarde las leyes y la Constitución que sanciona el pueblo con sus representantes.
No podemos tener un Ejecutivo revolucionario, un Legislativo que acompaña según el voto popular y un Poder Judicial que responde a los intereses de la oligarquía y veta en la práctica aquello que la limita. El Poder Judicial ha estado dilatando el cumplimiento de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual alargando los plazos a ver si se podía vencer al Ejecutivo ‒elegido por tres veces por el pueblo argentino‒ por si los representantes de la oligarquía y el coloniaje llegaban a una mayoría de votos que les permitiera ganar las elecciones presidenciales.  Y lo lograron.

Tiempos humanos
El poder de la oligarquía se ríe de la República, se ríe de las leyes y se ríe del pueblo. El gobierno del presidente Macri firmó los decretos que disolvieron la Autoridad Federal del Servicio de Comunicación Audiovisual (AFSCA) y la de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (AFTIC), unificando los organismos en el Ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM), en una virtual derogación de varios artículos de la Ley de Servicios Audiovisuales. Una vez hecho esto el Grupo Clarín le informó a la Bolsa de Comercio de Buenos Aires que decidió dejar sin efecto el plan de adecuación que había presentado para cumplir con las exigencias de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual que lo “obligaba a desinvertir en varios de sus negocios”.
O sea, se terminó la pesadilla del gobierno nacional, popular y democrático para el Grupo que ejerce la mayor presión pro oligárquica sobre la clase media argentina respondiendo a los lineamientos de dominación cultural e influencia neoliberal de la Embajada de los EE.UU. sobre nuestra sociedad. Con una impunidad inadmisible. Pero igual lo hacen y hasta pueden comprar voluntades en el Congreso Nacional que les validen los DNU que han utilizado al respecto sin necesidad ni urgencia salvo la del Grupo Clarín, factótum de estos desvaríos.
El 20 de marzo de 2016 llegaron a presionar a la empresa que explota la señal de noticias C5N para que no emitiera el programa “Economía Política” del periodista
Roberto Navarro, acerca de los vínculos multimillonarios entre el presidente Mauricio Macri y el empresario de la construcción Nicolás Caputo, quien tomó la decisión de publicarlo en youtube con audiencia millonaria. Decía Roberto Navarro: “Es claro el acoso que está sufriendo el medio y sus consecuencias para la empresa y sus empleados: mis compañeros. Sí lamento que en mi país no se pueda informar sobre las actividades del Presidente de la Nación y su socio. (…) No voy a decir, como se escuchaba hasta hace poco tiempo, que esto es una dictadura. Pero estó claro que las posibilidades de informar sobre el Gobierno están cada vez más restringidas. Y la situación empeora cada día”.
“Los organismos del Estado no pueden ser lugares de militancia”, señala Hernán Lombardi, ministro a cargo de los medios públicos de comunicación, sobre la intervención al AFSCA. “Vamos a abrir ‘Fútbol para Todos’ a la publicidad privada. No usaremos el programa para hacer propaganda gubernamental” subrayó, según Telam, sin entender que dar a conocer los actos de gobierno es una obligación constitucional para el Estado.
Nosotros creemos en el Estado como herramienta del pueblo para su liberación, pero solo no alcanza porque el Estado es medio “veleta”. Hoy está con el proyecto nacional, popular, democrático y revolucionario y mañana con la dictadura cívico-militar o con el gobierno de las oligarquóas. La democracia y el proyecto de liberación residen en el mismo pueblo y en sus organizaciones sociales, polóticas, culturales. En su mismo ethos.
A nuestro pueblo no es necesario conducirlo, lo único que tenemos que hacer los dirigentes políticos del peronismo es fortalecerlo, escuchar sus necesidades y
satisfacerlas, apoyarlos, darles herramientas, capacitarlos en todo aquello que se sientan poco instruidos, y seguirlos. El Estado debe estar a su servicio y aportar.
Hemos puesto demasiado en el Estado y debemos poner más en nuestro pueblo, directamente. Debemos confiar en el pueblo argentino como protagonista principal
de esa lucha. Así avanzaremos en la Democracia Social que vislumbraba Perón en su Modelo Argentino para el Proyecto Nacional.
Y también creer más en el poder asignado por el pueblo y menos en las leyes, que la oligarquía no respeta y el Poder Judicial tampoco. Dice Perón: “La economía nunca ha sido libre: o la controla el Estado en beneficio del Pueblo o lo hacen los grandes consorcios en perjuicio de este”.
En esta batalla desigual el enfrentamiento es entre los pueblos y las corporaciones globales. Los dirigentes del peronismo somos “La Armada Brancaleone” de Mario Monicelli: sucios, feos, atorrantes, lúcidos, valientes, temerarios, capaces, estrafalarios, sabios, ruidosos, legendarios. Hoy en día la vanguardia debe estar mirando hacia el pueblo, no hacia el horizonte. El horizonte se moverá. Tenemos la responsabilidad de volcar nuestra experiencia y sapiencia recogida en la lucha, la conversación, la lectura y la piel. Trabajar en la organización y ponernos a su servicio. Quizás el pueblo no nos necesite más que eso. Pero allá estaremos.

 

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