“Hace un tiempo me invitaron a ir a Nueva York para una obra de teatro basada en mi vida. Los actores principales éramos mi señora y yo y si bien era una comedia, nosotros no parábamos de llorar porque no podíamos creer lo que nos estaba pasando”. Las palabras corresponden a Jorge Odón, un mecánico de Lanús que inventó un facilitador de parto.

La historia comenzó hace 13 años durante un almuerzo en el barrio lanusense de Villa Argerich, donde Odón tiene su taller de alineación y balanceo de autos. Dos empleados apostaron sacar un corcho de adentro de una botella de vidrio con una bolsa, a la que usaron como pinza de aire. El corcho salió a presión y eso dejó encantado a Odón, que esa misma noche despertó a su mujer con la idea de aplicar ese mecanismo para ayudar en los partos.

El camino no fue fácil, pero sin lugar a dudas el apoyo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) fue un punto de quiebre. “Son tantas las sensaciones que uno tiene a lo largo de los años, angustia, satisfacción, volvés a tener angustia por los silencios. Hay que ser muy paciente. Pero que la OMS lo apoye es algo que llevo en mi corazón”.

Las primeras pruebas se realizaron en la Argentina. Cuarenta y ocho mujeres aceptaron utilizar el mecanismo: “El aporte que hicieron esas madres de manera desinteresada fue enorme y destacable”.

“Estuve en todos los partos, excepto en uno que no llegué porque había mucho tráfico en la General Paz. Hablé con las mamás y papás. Todo esto me permitía hacer correcciones porque buscábamos ver que no dañara en la inserción. Por eso la OMS lo ve con mucho potencial para evitar cesáreas o para ser usado en pacientes en las que los fórceps están contraindicados, como es el caso de las mujeres con HIV. Mi dispositivo no produce ningún daño y puede usarlo cualquiera. El fórceps tiene mala fama porque quizás lo agarra gente que no está bien entrenada, entonces si te equivocas hacés desastres. Mi proyecto está muy apoyado también por organizaciones no gubernamentales, porque lo puede aprender a usar una matrona. Por ejemplo, hay zonas vulnerables que no cuentan con quirófanos y podrían usarlo para evitar cualquier complicación”.

En la actualidad, el invento es estudiado por un laboratorio de Inglaterra y, posteriormente, continuarán con testeos en Francia: “Las pruebas son necesarias para que los protocolos se cumplan. Por suerte hay entidades que brindan fondos para que esto siga adelante. Vino la Fundación Bill Gates, que es de súper excelencia, a buscarme a la Argentina para preguntarme qué me hacía falta para que no se detenga el proyecto. Yo les dije que nada, que ya estaba en manos de un laboratorio. Pasó el tiempo y me entero que se habían contactado con ellos. Cada compañía destina una cantidad de dinero por un determinado tiempo, entonces ellos dieron su aporte para que se haga más rápido”.

El facilitador de partos “Odón” fue premiado en varias oportunidades a nivel internacional. Fue finalista en el Foro Mundial de Nuevas Tecnologías Médicas en Tailandia (2009), y en el Saving Lives at Birth: A Grand Challenge for Development (2011); obtuvo el primer lugar en la categoría producto innovador de Innovar 2012; y ese mismo año su creador recibió la medalla de oro al mejor inventor del IMPI.

“En unos días voy a Washington porque la obra de teatro que armaron sobre mi vida va a cerrar la edición de este año del Saving Lives at Birth, porque es un ejemplo de perseverancia y de todo lo que te lleva a alcanzar tu deseo. Es para incentivar a la gente”.

Odón dio una de las Charlas Ted 2012 en el Centro Konex de la ciudad de Buenos Aires. Participó, además, en distintos congresos y convenciones de ginecología y obstetricia, donde pudo intercambiar sus ideas con profesionales de esas áreas.

“Siempre viajar te da más poder de análisis, te encontrás con profesores, gente con mucho estudio, que ha dejado su vida detrás de la medicina. Yo soy un simple mecánico que no terminó la secundaria y doy explicaciones sobre un método de parto. Me da mucha vergüenza, pero bueno, si lo mirás desde mi punto de vista tal vez a un médico nunca se le hubiese ocurrido hacer algo así para asistir a un bebé. La unión es muy productiva, los huesos son ayudados por cuestiones mecánicas y los carpinteros han aportado mucho en esa área. La fusión entre distintos rubros y oficios con la medicina puede ser muy útil”.

 

La pasión inventiva de Odón no se restringe a este facilitador, sino que también ha patentado otros ocho inventos.

“En mi oficio somos de crear, porque a uno le viene algo roto y entonces empezás a imaginar e inventar la solución. Yo trabajaba en un taller de Avellaneda, en Mario Bravo y Cabildo, ese fue mi primer empleo a los 14 años, y ahí el dueño don José era muy creativo y le gustaba patentar cada cosa que hacía. Siempre me quedó eso, porque si no el invento no sirve para nada. A ningún laboratorio le va a interesar invertir en algo que no esté registrado. La creación no tiene desarrollo ni validez si uno no la patenta, porque cualquiera puede copiarlo. Hay que custodiar y defender lo que uno inventa”.

 

 

 

*Crédito foto: https://www.flickr.com/search/?text=jorge%20odon

 

 

 

 

 

 

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