Facilitar el puente

Marina Bacher es docente de literatura y coordinadora del Departamento de Salud Comunitaria. En el ciclo de junio/julio tuvo 14 estudiantes en su curso. “Noté que el trabajo cercano, cuerpo a cuerpo, los ayudó a permanecer. Eso que no pudieron hacer en la escuela, pudieron hacerlo acá. Y venían con mucha expectativa de futuro”. La profesora destacó también el proceso de empoderamiento: “el deseo de cerrar una etapa ayudaba a sortear cuestiones difíciles de conocimiento. Lograron confiar en que ellos podían aprender”.

Lo que más la conmovió fue uno de sus estudiantes. “Él estaba muy preocupado por el desarrollo de su tutoría. Remarcaba siempre que no sabía si iba a aprobar porque reconocía dificultades en su escritura. Pero sostuvo su cursada, trabajó duro y le fue bien. Y llegó el final del último encuentro. Saliendo del aula el joven me detuvo tímidamente: Profe, le quiero presentar a alguien. Eran sus abuelos queestaban allí esperándolo. Mis ojos ardieron” dijo Marina, que cerró la imagen con un gesto de su mano. 

Más acceso a la universidad

En el verano finalizaron sus estudios 29 estudiantes con dos materias: Inglés y Matemática. En junio/julio terminaron 48 que aprobaron diez materias: 1) Matemática; 2) Química, Física y Biología; 3) Contabilidad y todo lo vinculado con Economía; 4) Inglés; 5) Literatura, Lengua y Prácticas del Lenguaje; 6) Historia; 7) Geografía; 8) Arte, que reunía Comunicación y Culturas del siglo XXI; 9) Derecho, Formación Ciudadana, Instrucción Cívica y 10) Filosofía, Historia de la Ciencia y Metodología de la Investigación. En el nuevo ciclo, el tercero, se incluyó Educación Física. 

La cantidad de materias que se oferta por ciclo se vincula con los requerimientos de los inscriptos y con las pautas del programa, que exige un mínimo de diez y un máximo de treinta personas para abrir las tutorías de cada materia.

A la fecha se han presentado dos tipos de públicos. Los que terminaron de cursar el secundario el año pasado y adeudan materias, y personas que hace muchos años terminaron de cursar pero deben materias que con el tiempo “se han vuelto piedras”. Así, la población se caracterizó por estudiantes adultos que tuvieron que recuperar el hábito de estudio junto a jóvenes de entre 18 y 19 años. 

De la 2a. edición del programa participaron 144 inscriptos de los cuales 99 fueron mujeres y 55 hombres. Para la 3a. convocatoria, se inscribieron 81 personas: 33 varones y 48 mujeres. Esto señala que son las mujeres el público más representativo.

Adela Castronovo desea que este programa se sostenga más allá de los resultados electorales de octubre. “Por la evaluación que hago de las políticas educativas del gobierno de Cambiemos, esta es una de las pocas medidas recuperables de la gestión de la provincia y por eso la Universidad decidió aprovecharla”. Castronovo es Magister en Metodología de la Investigación Científica, hace 22 años que se desempeña en la Universidad y cuando alguien le pregunta por ese recorrido afirma “he crecido junto con la institución”. Durante años estuvo a cargo del Curso de Ingreso y desde siempre está muy compenetrada en recibir a quienes desean estudiar. “Facilitar el puente”, así lo define ella.

“Creo que no hay nada tan relevante para el crecimiento de los ciudadanos y de las comunidades como el acceso a la Universidad. Y para lograrlo es fundamental una real democratización de su acceso” dijo Adela con un libro de Michéle Petit de promoción de la lectura en la mano.

Los alumnos interesados en una nueva edición del programa de terminalidad podrán inscribirse a través de un formulario digital que se lanzará próximamente en la página web institucional y en las redes sociales.