Tal como lo establece en su Estatuto, la Universidad Nacional de Lanús (UNLa) promueve “la igualdad de oportunidades en materia de género” y una educación basada “en el respeto y la defensa de los derechos humanos, de la igualdad de oportunidades y de la no discriminación”.

Por este motivo la UNLa adhirió al Primer Paro Internacional de Mujeres convocado por distintas agrupaciones el pasado 8 de marzo y organizó una semana de actividades, que incluyó proyecciones, charlas alusivas, y una mesa de trabajo con integrantes de la comunidad universitaria. Las propuestas fueron llevadas adelante por la Universidad, la Federación Universitaria de Lanús (FUNLa), la Asociación de Trabajadores (Atunla), Megafón Radio y TV, el Programa por la Igualdad de Género de la Dirección de Bienestar Estudiantil, la Asociación de Docentes Investigadores (Adunla), y la Asociación de Graduados (Agunla).

“Realizamos un encuentro interclaustro para pensar a la Universidad como espacio de trabajo y también para identificar los desafíos que aún tenemos en la formación en género dentro de las distintas carreras”, aseguró Andrea Vallejos del Programa por la Igualdad de Género.

También, se realizó una transmisión especial del programa “Escalando la tarde” de Megafón Radio desde el campus universitario. Allí estuvo presente Alessandra Luna, integrante de “Conurbanos por la diversidad” y alumna trans de la UNLa, quien advirtió: “El tema de género nos cubre un brazo, pero nos deja el cuerpo descubierto. Apoyamos cada una de las temáticas, pero nosotras sufrimos mucha más estigmatización. Si matan a una mujer trans entra dentro del femicidio, pero nosotras queremos que se considere transfemicidio porque hay alevosía. Es un crimen de odio”.

Además, participó Andrea Daverio, directora de la Especialización en Género, Políticas Públicas y Sociedad de la UNLa, quien aseguró: “El Estado es un actor clave en el cambio social y político. Tiene la capacidad y el poder de interpretar y de implementar políticas públicas. Los procesos que tienen que ver con la igualdad de género son largos y complejos, y casi nada alcanza por sí mismo. La norma es importante, pero sola no alcanza. La Universidad debe estar atenta y trabajar junto a organizaciones de la sociedad civil. Tenemos que velar por lo que se está haciendo”.

Todas las actividades confluyeron en la movilización y paro del 8 de marzo, donde la UNLa participó activamente con carteles que reivindicaban a aquellas mujeres latinoamericanas que “hicieron historia”, tales como Eva Duarte, Irma Carrica, Juana Azurduy, Madres de Plaza de Mayo y Dilma Rousseff, entre otras.

“Venimos todas las mujeres argentinas integradas en un movimiento internacional muy importante para defender los derechos de las mujeres y la igualdad frente a los varones. Pero también para denunciar problemáticas que nos atraviesan como la muerte de una mujer por día” expresó Silvia Cárcamo, secretaria General de Adunla. Por su parte, la Secretaria Académica de la UNLa dijo: “Nos movilizamos porque falta un montón por hacer, desde la cotidianeidad. A veces siento que peleamos por derechos que son de sentido común”.

 

Y la Tierra tembló

El Primer Paro Internacional de Mujeres tuvo lugar el pasado 8 de marzo, fecha en el que se celebra el Día de la Mujer Trabajadora a nivel mundial. En la Argentina, la convocatoria fue organizada por el colectivo “Ni Una Menos” junto a distintas entidades sociales, sindicales y políticas. La medida tuvo repercusiones en otros 50 países, no solo de América sino también de Europa, Asia, África y Oceanía. Todas, las heterosexuales, las lesbianas, las travestis y las trans, fueron protagonistas de un momento bisagra dentro de las luchas por la igualdad de género.

“En cada una de nuestras luchas, a las 15 mil obreras textiles neoyorquinas que marcharon por la jornada de ocho horas a principios del siglo XX, a las inglesas y francesas sufragistas, a las rusas que comenzaron la revolución de 1917 contra el Zar, a las feministas negras de los 60, a las que abrieron camino por nuestros derechos sexuales, a las grandes figuras y a las heroínas anónimas; a las desaparecidas y asesinadas en este camino de lucha. Homenajeamos a las asesinadas: Bety Cariño en México (2010), Berta Cáceres en Honduras (2016), Laura Leonor Vasquez Pineda (2017) en Guatemala”, recordó el documento “8 Ejes para el Acto de 8M. ¿Por qué paramos?” elaborado por el colectivo “Ni Una Menos”.

 

Vivas Nos Queremos

La erradicación de la violencia machista fue una de las principales consignas que tuvo el Paro Internacional de Mujeres. Según cifras de la asociación civil “La Casa del Encuentro”, durante el año 2016 en la Argentina se cometieron 322 femicidios, es decir, que hubo una víctima cada 30 horas. De acuerdo con datos aportados por el colectivo “Ni Una Menos”, en lo que va de 2017 ya se contabilizaron 57 asesinatos, por lo que una mujer perdió su vida cada 18 horas. Por este motivo, durante el acto se exigieron “licencias por violencia de género, asignación para mujeres en esa situación igual a la canasta familiar, y la reapertura y financiamiento de los espacios de atención en las municipalidades, en las universidades y en cada lugar común donde la Ley 26.485 prevé que se atienda a las que son victimizadas”. También se pidió la “no disminución del presupuesto del Consejo Nacional de Mujeres”, el “desmantelamiento de las redes de trata y las fuerzas represoras del Estado cómplices”, y la eliminación de una “Justicia patriarcal” y de la “represión, persecución, abuso y extorsión policial a las trabajadoras sexuales y a las personas en situación de prostitución”.

“Basta de femicidios: el machismo, la misoginia y el odio hacia lesbianas, mujeres bisexuales y trans nos matan. Exigimos que se reglamente y se cumpla la ley de Patrocinio jurídico gratuito para mujeres victimizadas. Denunciamos a la Justicia machista y reclamamos más acceso a la Justicia y paridad en la Corte. Nos pronunciamos contra la violencia simbólica que ejercen los medios de comunicación, la cristalización de los estereotipos de género, la estigmatización de nuestras decisiones, la invisibilización de nuestras luchas”, destacó el documento leído durante el cierre de la jornada.

 

 

Mapa del Trabajo Femenino

“Debemos comprometernos a hacer todo lo posible para superar los prejuicios arraigados, apoyar la participación y el activismo y promover la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer”. La frase corresponde a Antonio Guterres, Secretario General de Naciones Unidas (ONU), entidad que este 8 de marzo esbozó el lema “Las mujeres en un mundo laboral en transformación: hacia un planeta 50-50 en 2030”.

De acuerdo con el colectivo “Ni Una Menos”, las argentinas cobran hasta un 27 por ciento menos que los varones. Asimismo, destinan cerca de cinco horas a distintas actividades domésticas no remuneradas, además de su trabajo full time. El dato fue aportado en 2013 por la Encuesta sobre Trabajo No Remunerado y Uso del Tiempo, del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec). El informe indica que los hombres dedican menos de la mitad de ese tiempo a las mismas tareas, que incluyen quehaceres domésticos, apoyo escolar y cuidado de personas.

Desde la ONU aseguran que “el mundo laboral está en transformación, con implicaciones significativas para las mujeres. Por un lado, la globalización y la revolución digital y tecnológica crean nuevas oportunidades, al tiempo que la creciente informalidad en el trabajo, la inestabilidad en las fuentes de ingreso, nuevas políticas fiscales y comerciales y el impacto ambiental ejercen un papel decisivo en el empoderamiento económico de las mujeres”.

Por este motivo, desde la organización internacional definieron una “Agenda 2030” que posee entre otros objetivos:

– Para 2030, velar por que todas las niñas y todos los niños terminen los ciclos de la enseñanza primaria y secundaria, que ha de ser gratuita, equitativa y de calidad y producir resultados escolares pertinentes y eficaces.

-Para 2030, velar por que todas las niñas y todos los niños tengan acceso a servicios de atención y desarrollo en la primera infancia y a una enseñanza preescolar de calidad, a fin de que estén preparados para la enseñanza primaria.

-Poner fin a todas las formas de discriminación contra todas las mujeres y las niñas en todo el mundo.

-Eliminar todas las formas de violencia contra todas las mujeres y las niñas en los ámbitos público y privado, incluidas la trata y la explotación sexual y otros tipos de explotación.

-Eliminar todas las prácticas nocivas, tales como el matrimonio infantil, precoz y forzado y la mutilación genital femenina.

 

Aborto legal, seguro y gratuito

Un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y del Instituto Guttmacher (2010-2014) mostró que cada año se realizan unos 56 millones de abortos. Cerca de la mitad no son seguros y la mayoría fueron efectuados en países en vías de desarrollo. Por otra parte, la OMS advirtió que estas prácticas provocaron 47 mil muertes.

En la Argentina, el aborto clandestino es la principal causa de muerte de mujeres gestantes. Así lo indica “La Campaña Nacional por el Derecho al Aborto legal, Seguro y Gratuito”, organización que destaca que “la criminalización resulta una violación directa del artículo 6 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos que expresa ‘El derecho a la vida es inherente a la persona humana’”.

Desde el colectivo “Ni Una Menos” se exigió que el Congreso Nacional “apruebe el proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, presentado en 2016 por sexta vez”. Además, se denunció “pública e internacionalmente a los Estados femicidas de El Salvador, Honduras, Nicaragua, República Dominicana, Haíti y Surinam, ya que al ser los únicos 6 países en América Latina con prohibición absoluta del aborto, son responsables de las muertes y graves violaciones al derecho a la salud de cientos de niñas y mujeres en sus territorios”.

 

Más inclusión, más equidad

El Primer Paro Internacional de Mujeres enarboló otras banderas tales como la defensa de las luchas latinoamericanas y afrodescendientes; el pedido de justicia por las líderes asesinadas en América Latina y por la liberación de las presas políticas; la implementación plena de la Ley de Identidad de Género; y la creación de un movimiento internacional feminista que revolucione el lugar que cada mujer ocupa en el mundo.

 

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