Promoción del conocimiento científico-tecnológico, la vinculación y los oficios
En tiempos como los actuales, la sociedad requiere de sus instituciones, el abordar un compromiso ineludible con el servicio, la solidaridad, la vinculación y el entendimiento colectivo, a fin de construir recursos sustentables para el mejoramiento de la calidad de vida de los habitantes de la misma: sus ciudadanos. La inestabilidad económica, la transformación acelerada del mundo del trabajo y la creciente desigualdad en el acceso a oportunidades, exigen hoy tener la capacidad de adaptabilidad pensada como herramienta para sostener propuestas formativas pertinentes, inclusivas y ancladas en la realidad concreta. El concepto de “adaptabilidad” no refiere a resignar contenidos ni a desdibujar objetivos, sino a construir herramientas académicas formales y no formales que respondan a realidades diversas, cambiantes y urgentes, sin perder de vista la calidad, la inclusión y la transformación social.
En este sentido nos preguntamos: ¿qué impulsa a una región a alcanzar un modelo transformador, inclusivo y sostenible del trabajo? América Latina y el Caribe poseen más de 47 millones de personas con inestabilidad laboral o sin reconocimiento institucionalizado, o sin derechos y con desigualdad de género, por tanto, con poca productividad. Frente a este escenario creemos que nuestro sistema de formación profesional y nuestras acciones de vinculación y difusión de la ciencia deben fortalecerse y renovarse constantemente para los desafíos que nos exige el mundo actual.
La innovación en materia de vinculación con las necesidades del territorio nos impone pensar de modo colectivo para que la universidad, en conjunto con la comunidad productiva y social, genere respuestas adecuadas a los hombres, mujeres, jóvenes y adultos que desarrollan sus proyectos de vida en nuestra región brindándoles apoyo y acompañamiento. Todas nuestras acciones están orientadas, de este modo, a prácticas formativas y de difusión de la ciencia y el conocimiento científico, para garantizar ese vínculo entre la universidad y las necesidades de la comunidad.
Es momento de capacitar en oficios, acompañar a trabajadores y trabajadoras de la economía popular y promover la inserción laboral desde una lógica de derechos y no de asistencialismo, para transformar las condiciones de vida en los barrios y comunidades y poner nuestras mejores capacidades al servicio de la difusión de la ciencia y el conocimiento de modo abierto a toda la comunidad.
En esa intersección entre saber, trabajo y territorio es donde la universidad puede sembrar futuro, con una mirada integral, situada y profundamente comprometida, impulsando el diálogo social y diseñando políticas públicas generadas en los distintos ámbitos gubernamentales.
Tal como se postula en el Estatuto de la Universidad Nacional de Lanús se “debe priorizar la articulación y la cooperación entre los distintos productores del saber, transformar la información en conocimiento y, en su tarea hermenéutica y axiológica, atender las problemáticas sociales, nacionales y regionales, promoviendo en todo momento la educación con inclusión”. (Pág. 7)
Por otro lado, las innovaciones producidas en los avances científicos y tecnológicos contemporáneos transformaron lo que los humanos entendemos por ser humano, dado que estos corrieron del centro de la escena al hombre para convertirlo en lo que hoy definimos como tecno-personas. En cualquiera de los estratos sociales en los que vivamos, el acceso al conocimiento va de la mano de la tecnología, tanto en el campo científico como en el educativo, laboral y/o social. Por lo tanto, cada vez que la Universidad se involucra en la formación, en el acompañamiento productivo o en la democratización tecnológica, está ejerciendo su compromiso con la transformación, ampliando horizontes de derecho y abriendo caminos para el futuro.
En este contexto social, la Secretaría de Ciencia y Técnica de la Universidad Nacional de Lanús —a cargo de Enrique Deibe— tiene como misión primaria construir vínculos con la comunidad para promover la innovación y el acceso al mundo productivo del trabajo, a la vez que fomentar el conocimiento científico y tecnológico, desde sus tres direcciones: la Dirección de Innovación y Vinculación Tecnológica, la Escuela de Oficios “Felipe Vallese” y el Centro Interactivo de Ciencia y Tecnología – abremate.
En base a actividades de tipo no formal, de acceso gratuito y abiertas al público en general, se impulsa el ascenso social y educativo de los ciudadanos de todas las edades, dado que el ámbito académico universitario debe estar a disposición de todos y todas. Para que este objetivo se cumpla, la educación no formal que se ofrece desde la Secretaría de Ciencia y Técnica, reafirma y complementa los valores y éticas de la vida que se reciben desde la familia —en primera instancia—, y desde la educación formal en segunda instancia.
Desde la Escuela de Oficios “Felipe Vallese” se realizan propuestas formativas de calidad, accesibles, pertinentes y transformadoras, en base a capacitaciones en diversos campos del trabajo como reparación y pintura automotriz, habilidades digitales, administración de bases de datos, programación, moldería y cerámica, entro otros trayectos, a fin de que los usuarios adquieran recursos y conocimientos específicos para promover sus futuros laborales. Sin embargo, desde este espacio creemos que no alcanza con enseñar oficios: se trata de habilitar caminos reales de inclusión, que reconozcan el valor de las trayectorias personales y territoriales y que superen las lógicas de formación fragmentadas o de baja calidad que muchas veces reproduce la exclusión.

Desde la Dirección de Innovación y Vinculación Tecnológica se promueven espacios de asistencia técnica y capacitación para pequeños productores locales, como así también encuentros diseñados para que emprendedores independientes exhiban y comercialicen sus producciones. Por otro lado, articulando con las demandas del sector productivo y de servicios y la oferta de capacidades de la Universidad, se ha creado el Centro PYME, el cual acompaña esta iniciativa a través de la vinculación.

Finalmente, el Centro Interactivo de Ciencia y Tecnología – CICyT abremate – tiene como objetivo central facilitar el acceso al conocimiento científico-tecnológico a estudiantes de todos los niveles de la enseñanza y también a público en general, a través de experiencias interactivas con los módulos instalados en la sala de exposiciones, en base a visitas guiadas por un equipo de docentes especialistas en el campo. Paralelamente, se realizan cursos de capacitación en visitas autoguiadas para que los maestros y profesores acreditados puedan dictar sus clases complementarias al aula en la sede de nuestro museo. Se agregan a estas acciones, desarrollos tecnológicos a través del Laboratorio Tecnológico —TECLAB— y talleres pedagógicos en ciencia y tecnología.

El acceso al conocimiento científico tecnológico se vuelve crítico en el siglo XXI, cuando la ciencia y la tecnología se han convertido en una extensión de nuestro ser. La biotecnología, los implantes cibernéticos, las interfaces tecnológicas y la Inteligencia Artificial así lo demuestran. En este sentido, no solo vivimos en una era tecnológica, sino que ella está íntimamente entrelazada transformando de manera radical nuestra ontología.
No obstante, estos avances también traen consigo una serie de problemas éticos y sociales. Por un lado, la tecnología abre nuevas oportunidades para una convivencia más conectada y armoniosa. Por otro, corre el riesgo de agravar las desigualdades sociales existentes al generar una brecha tecnológica, por lo que aquellos que no tienen acceso a estos avances, quedan marginados, incapaces de participar plenamente en estas formas del conocimiento. Esta preocupación está considerada en todos los ámbitos de la Secretaría de Ciencia y Técnica, por lo cual la inclusión de todos y todas, constituye una premisa ineludible de nuestro trabajo.
En síntesis
La Secretaría de Ciencia y Técnica de la UNLa desarrolla esfuerzos comunicacionales para estar al servicio de la comunidad, promoviendo formas colectivas y solidarias de trabajo, a fin de lograr que, en un futuro próximo, todos y todas puedan tener igualdad para el acceso al conocimiento y para la formación de una persona libre y con pensamiento crítico.
Es una responsabilidad ineludible que los ámbitos académicos estrechen sus vínculos y acciones con la comunidad en la que están insertos. Hemos superado la época en que las universidades estaban dentro de una “campana cerrada” de saber; en la actualidad, y luego de procesos de democratización, ya no son espacios de formación académica endogámica, sino también un entorno social clave en el desarrollo personal de los estudiantes y los sujetos sociales que también se integran a la vida universitaria. En este contexto, se construyen relaciones interpersonales, se fomenta el pensamiento crítico y se amplía la comprensión de la diversidad cultural y social en permanente interacción entre colectivos diversos. De este modo la universidad se convierte en un escenario fundamental para el crecimiento integral, donde las experiencias sociales cobran relevancia y se entrelazan para formar ciudadanos más comprometidos y reflexivos.

Hacer Comentario
Haz login para poder hacer un comentario