Cantante, actor, escritor, guionista, productor, director cinematográfico: Hugo del Carril —nacido como Piero Bruno Hugo Fontana Bertani— fue tan versátil como extraordinario en cada una de las actividades artísticas que emprendió. Su voz y su imagen se hicieron parte de la vida de argentinos y argentinas en las décadas del 30 y del 40: Grabé centenares de tangos, pero hasta que me muera, me van a recordar por la marcha peronista, dijo tiempo después de aquel registro del 49 hecho a pedido del general Perón. También en 1949, como si no hubiera hecho hasta entonces una carrera artística exitosísima, se ubicó detrás de cámara con Historia del 900, su primera película como director, de la cual fue también guionista.

Sobre Hugo del Carril director de cine —a 33 años de su desaparición en agosto del 89—, charlamos con Raúl Manrupe, investigador del Museo del Cine Pablo Ducrós Hicken y coautor de Un diccionario de films argentinos.

¿Cuál es tu película favorita de Hugo del Carril, y por qué?

Mi película favorita de Hugo del Carril es Culpable: me gusta como policial vibrante y como película que intenta adentrarse en los dilemas existenciales. Me llama mucho la atención en ese film la relación del protagonista con las mujeres. Recientemente, pude ver Las tierras blancas, poco difundida habitualmente, y también me sorprendió tanto por su técnica como por la poesía dramática que la atraviesa.

¿Cuál es el sello personal de su cine?

La lucha por la justicia, el hombre y la mujer enfrentados a la injusticia, intentando torcer el destino. También todas sus películas están atravesadas por un gran espíritu romántico.

¿Pensás que está suficientemente valorado como director de cine en nuestro país?

Sí, en los últimos años (10 o 20) se lo ubica cada vez más entre los tres o cuatro directores más importantes de la historia de nuestro cine, junto a Leonardo Favio y Leopoldo Torre Nilsson, tal vez también Mario Soffici. Es satisfactoria esta valoración histórica, si bien deja un cierto sabor amargo por la falta de reconocimiento o, para mejor decir, el reconocimiento fluctuante que tuvo en vida.

¿Cuál fue la historia detrás de La Quintrala?

La Quintrala fue una Lucrecia Borgia chilena. Se trata de una película singular en la filmografía del director. Una superproducción de la que fue socia la estrella Ana María Lynch, por entonces ex mujer de del Carril y protagonista absorbente de la historia. Un proyecto por demás ambicioso, que incluyó hasta experimentos de sonido en algunas salas.

¿Por qué le dirías a alguien que “tiene que ver” Las aguas bajan turbias?

Es una de las películas míticas de nuestro cine, inspirada en Prisioneros de la tierra de Mario Soffici, e inspiradora de toda una línea de cine social que puede llegar hasta títulos de décadas posteriores tales como La Patagonia Rebelde, en la que se ponen en la pantalla las injusticias… y la forma de enfrentarlas desde lo colectivo. Es una de esas películas que, de exhibirse en salas, levantan el murmullo de la gente.

La frase “Creo haber realizado algo de provecho” que titula esta nota pertenece a Hugo del Carril, y corresponde a la entrevista publicada en enero de 1974 en la revista Siete Días Ilustrados (https://www.magicasruinas.com.ar/revistero/esto/revdesto270.htm)

Para conocer un poco más a Hugo del Carril en sus diversas facetas: https://www.youtube.com/watch?v=Z8xujelwEHA

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