“Tenemos que empezar a pensar que usar la inteligencia artificial en la universidad no es una trampa, sino utilizar un recurso del cual disponemos. Creo que desde la Academia, de las instituciones, tenemos que debatir sobre cómo fomentar y estimular el uso, pero también analizar con qué enfoque, con qué sentido, etcétera”.

Roberto Caturegli es coordinador de la Licenciatura en Diseño y Producción Audiovisual de la Universidad Nacional de Villa María y fue uno de los disertantes de la mesa Alfabetización digital y los cambios en la enseñanza con IA, que se llevó adelante en el marco de las 1as. Jornadas de la Red de Gestión de Proyectos Audiovisuales con Inteligencia Artificial (IA) celebradas en nuestra universidad.

El evento también sirvió como punto de partida para la Red de Cátedras Universitarias, que se propone integrar la IA al proceso de enseñanza-aprendizaje. En esa línea, se intenta que los límites del diálogo entre la tecnología, el arte y el conocimiento no se reacomoden detrás de un pensamiento economicista.

¿Cómo se redefine el proceso de enseñanza-aprendizaje?

Una de las partes fundamentales es la evaluación, ahí es donde cierra el aprendizaje mismo. La aparición de estas tecnologías pone en discusión esto y es muy bueno que lo discutamos. De hecho, si alguien no estudia para un examen, nunca estudió, es decir, fue a escuchar charlas, pudo haber realizado prácticas y actividades, pero estudiar para un examen te fuerza a leer, revisar, procesar y establecer relaciones. Así que, quizás tengamos que empezar a ver de qué modo evaluamos.

¿Cuál es el límite entre lo legítimo y el fraude?

Esa discusión se da en todos los ámbitos, no solo el académico. Por ejemplo, el derecho de autor está en crisis, porque cuáles son los límites, se tiene o no ese derecho. Por supuesto, estas inteligencias artificiales generativas, que están construidas con la ingestión de gran cantidad de conocimiento, están produciendo un montón de textos permanentemente y lo están haciendo en base al plagio. Y esas corporaciones en ningún momento están pagando por ese contenido porque se dice “si está en internet es libre”. Y este concepto viene de hace 20, 25 años, 30 años. De hecho, algunos de los principios con los que surgió la web tenían que ver con la libertad de circulación de la información, del conocimiento y, por lo tanto, pusieron en crisis la cuestión de los derechos. Quizás no lo hemos discutido lo suficiente en los últimos 30 años.

¿La creatividad se ve afectada por la IA?

Como dice (Yuval Noah) Harari estamos en el periodo de ameba de la inteligencia artificial y esa ameba va a evolucionar hasta convertirse en un tiranosaurio Rex. Creo que hoy la podemos utilizar como una herramienta al aporte creativo, pero no creo que anule la creatividad. No sé qué va a pasar después. Hoy por hoy todavía estamos en esa situación y aparece incluso como una gran ayuda para ciertas prácticas, para ciertos estímulos, para agilizar algunos procesos. Algunas cosas salen bien, otras no funcionan. Entonces, estamos frente al primer deslumbramiento del surgimiento de esta tecnología, es decir, estamos deslumbrados frente a todo lo que promete. Ahora hay que ver cuánto de lo que promete va a cumplir o por lo menos lo va a cumplir en un plazo inmediato. Y cuántas cosas hay que esperar 20 o 30 años de desarrollo para que empiecen a cumplirse aquellas utopías que nos ofrece. Por supuesto, también hay una serie de promesas que son distópicas, que hay que ver si se cumplen, si va a haber resistencias y cuáles van a ser las disputas que vamos a empezar a tener respecto a esto, porque no es simplemente ver cómo la tecnología nos pasa por encima como simples espectadores. Tenemos que protagonizar esas tensiones entre el avance tecnológico, el uso y lo que queremos como sociedad.

¿Qué pensás de estos debates que se dan dentro de las universidades?

Me parece fundamental que la universidad empiece a generar eventos y espacios, y que sea la base de estos lugares de discusión. Digo, hay que empezar a reflexionar y poder pensar sobre estas nuevas tecnologías de la inteligencia artificial, la inteligencia artificial generativa sobre todo, la robotización, la automatización. La universidad tiene un campo muy apto para discutirlo mientras mantenga sus principios de autonomía, no solo desde el punto de vista del gobierno o lo económico, sino académico, de pensamiento. Siempre es muy bienvenido que se empiecen a generar estos eventos.

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