El 8 de marzo, fecha que la Asamblea General de Naciones Unidas proclamó como “Día Internacional de la Mujer”, la UNLa recordó a la dirigente hondureña Berta Cáceres, reconocida militante ambientalista asesinada el 3 de marzo pasado; apenas cinco días antes de la conmemoración que reivindica la lucha femenina.
La líder Lenca de 45 años fue hallada muerta en su casa de La Esperanza, al oeste del país, tras un confuso escenario de robo. “El Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras COPINH exige una investigación con expertos independientes e imparciales para investigar y esclarecer los verdaderos responsables intelectuales y materiales del asesinato político de Berta Isabel Cáceres Flores, Coordinadora General del COPINH”. Así comienza la denuncia pública que reclama el esclarecimiento del caso que conmueve a Honduras.
El avance internacional sobre los países en vías de desarrollo y la explotación deliberada de sus recursos por parte de empresas transnacionales, es una grave problemática histórica que no ha cambiado en el mapa geopolítico actual. En Honduras, las raíces aborígenes del país no escapan de esta realidad y Berta, descendiente de la mayor etnia indígena del país, enarboló la bandera de defensa de los derechos humanos y de lucha contra el capitalismo en la región. Para el pueblo Lenca el río Gualcarque tiene un valor sagrado y representa “el espacio en donde viven los espíritus de las niñas indígenas. Es un legado del Cacique Lempira, quien luchó por esos territorios contra los españoles durante la colonización”.
“Nos consideramos custodios de la naturaleza, de la tierra, y sobre todo de los ríos”, dijo Cáceres a la BBC antes de morir. En su tarea de guardiana de la tierra y el agua, Berta fue galardonada en 2015 con el Premio Medioambiental Goldman por su labor y antes de recibir este máximo reconocimiento, en 2014 fue finalista del Premio Front Line Defenders en Irlanda y en 2012 obtuvo el Premio Shalom en Alemania.
En 2006, a través de una denuncia a COPINH, Cáceres se involucró en la construcción de una represa sobre el río Gualcarque: el proyecto de Agua Zarca con capitales chinos a través de Sinohydro. En 2013 logró que la empresa diera por terminado el contrato, tras múltiples amenazas contra ella y su familia. Sin embargo, la lucha continuaba. En BBC también denunciaba que “está Blue Energy, otro proyecto sobre el río Cangel, con capitales estadounidenses y canadienses”.
Berta Cáceres era madre de 4 hijos. Tras su muerte su sobrino Silvio Carrillo afirmó que “la asesinaron porque se había convertido en intocable gracias a su reconocimiento internacional”; hubo manifestaciones en Nicaragua y en El Salvador en reclamo de justicia. Según la BBC, en la lucha por la defensa ambiental se han producido 111 asesinatos de activistas entre 2002 y 2014, solo en Honduras.
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