Cada 21 de junio, Día Internacional de la Ancianidad, marca un hito importante a nivel internacional al conmemorar la Primera Asamblea Internacional de las Organización de Naciones Unidas dedicada al envejecimiento ( Viena 1982) y la elaboración del Plan de Acción individual y colectiva que marcará líneas para el desarrollo de los programas nacionales y regionales sobre el envejecimiento y sus derechos.
Desde nuestra universidad, trabajamos con y para las personas mayores desde el envejecimiento activo y con derechos construyendo desde procesos participativos, con participación en redes, creando y fortaleciendo lazos a través de la cooperación interinstitucional, la capacitación permanente y el fortalecimiento de los lazos intergeneracionales.
De este modo, desde el CAM (Centro del Adulto Mayor Unla) propiciamos la ampliación de escenarios centrados en la capacitación, la autonomía, la participación y la inclusión social, respetando la diversidad de las personas mayores.
Desde el inicio los objetivos se orientaron a generar instancias socializadoras, deconstruyendo estereotipos y prejuicios sobre la vejez, promoviendo estrategias de cuidados colectivos, promoviendo el intercambio de saberes y experiencias en un proceso de enseñanza y aprendizaje permanente.
Ante la pandemia por Covid-19 y el ASPO consecuente sabíamos que estas medidas impactarías en las personas mayores tanto en lo subjetivo, como en lo familiar y en lo social, dependiendo de las condiciones del envejecimiento tanto desde lo singular como desde lo comunitario ya que las diferentes formas de las vejeces determinarán diferentes posibilidades y oportunidades para el afrontamiento de la crisis.
El miedo, las dificultades para el acceso y la saturación de los servicios de salud operaron inicialmente de manera negativa en las condiciones de cuidados y autocuidados de la salud, enfrentando las consecuencias de la estigmatización y retrasando el acceso al tratamiento en las dolencias no Covid-19 entre otros aspectos. Las desigualdades marcadas por el viejismo y las precarias condiciones para el acceso a los servicios de salud contribuyeron a empeorar la incertidumbre de las personas mayores ante la sombra que se extendía por el miedo a padecer discriminación a la hora del acceso a la atención sanitaria.
Pudimos comprobar que en contextos como el propuesto las situaciones de aislamiento empeoraron los sufrimientos vinculados a la salud mental tanto a por aumento de la ansiedad, como la depresión y la desorganización que acompaña a la pérdida de rutinas. La violencia y el estrés fueron otros factores importantes de sufrimiento durante las situaciones de encierro potenciadas por la pérdida de autonomía.
En el caso de las personas solas vinculadas a nuestra Universidad, en la que previamente funcionaban programas de capacitación e inclusión, el escenario fue diferente, desde el primer momento ya que veníamos trabajando con y para las personas mayores en programas de capacitación, voluntariado y prevención del aislamiento social desde hace muchos años con el objetivo de promover un envejecimiento activo, con derechos e inclusión social.
Este es un punto importante ya que cuando nos “sorprendió” la pandemia por Covid 19 y más tarde el prolongado aislamiento social preventivo ya teníamos un grupo de docentes capacitados y grupos organizados que nos permitieron promover la construcción de dispositivos para los cuidados y acompañamiento de personas mayores en aras de su participación social a través de un plan de actividades de multiestimulación a distancia.
Las condiciones económicas, de género y de salud nos impiden hablar del impacto en las PM en general, razón por la cual las estrategias que desarrollamos son las que consideramos posibles para los mayores de Lanús, vinculados a la universidad desde diferentes programas y medios. Es decir que no podemos dar cuenta de aquellas personas mayores invisibilizadas (los que vienen en la calle, o los que padecen situaciones de encierro forzoso)
Pensar la vejez, es pensar la diversidad y la complejidad ya que estos aspectos son determinantes de los procesos de envejecimiento y por lo tanto de las vejeces que cada grupo social y cultural van a producir de acuerdo a las condiciones de desarrollo y seguridad otorgada a este colectivo social. En el marco de las condiciones histórico-sociales y las producciones culturales de cada sociedad también se producirán distintas culturas en las construcciones de salud-enfermedad-atención y cuidados produciendo también diversas formas de envejecimiento.
Los distintos programas adoptaron a su vez diferentes formas para garantizar los talleres y actividades utilizando las herramientas tecnológicas a las que tenían la posibilidad de acceder los participantes de cada espacio, que mayoritariamente fueron a través de whatsapp desde el comienzo aunque se utilizan también plataformas como Google Meet, Zoom en menor medida.
Así continuamos nuestro trabajo de manera virtual con los grupos con los que mantuvimos un contacto diario y permanente desde mediados de marzo de 2020 hasta la actualidad.
Desde los equipos técnicos y voluntarios se realizan llamadas en forma permanente, atentas a recibir consultas, dudas o asesoramiento frente a cualquier necesidad y/o demanda de les participantes, brindando orientación social, psicológica y nutricional.
Aprendimos otras formas de cuidar basadas en el reconocimiento del otro/a con distancia, con afecto pero sin aislamiento, descubriendo formas creativas de sostener el cuidado y el afecto desde nuestra propia cuarentena, para que este distanciamiento no sea sinónimo de soledad y abandono.
A modo ilustrativo, transcribimos el contenido de un audio enviado por Francisco, miembro del Voluntariado Social, mediante esta aplicación de mensajería:
Ante el Covid-19 me he tomado el trabajo de armar el libro artesanal número 13, con artículos sobre la pandemia y el corona virus, escritos por distintos profesionales y autores, ordenados en las 60 páginas de este libro artesanal. Es una terapia y me amplia mi cultura personal en esta cuarentena, por eso quiero aprovechar a decirles a todas las personas mayores que no dejen de mantenerse activos. (Francisco, 95 años, audio de WhatsApp enviado el 06/04/2020)
Un medio que permitió ampliar la llegada a otros sectores de la comunidad que no tenían conectividad lo representó Megafón, la radio de la Universidad que se ha sumado a la propuesta y difunde dichas producciones y comentarios a través de audios que son emitidos diariamente en el programa Feria Franca, en el segmento denominado #ResistiendoSinCorona. También en este espacio se convoca a participantes del CAM a preparar y enviar audios sobre temas diversos y se invita a las personas mayores de la comunidad a participar llamando a la radio.
Muy buenos días Megafón, soy Clelia, de Club de Día, el programa de PAMI que funciona en la UNLa. Yo creo que me conocen, pero como dicen que el público siempre se renueva… Les cuento, ayer tuvimos clases virtuales, por la mañana de reflexión, luego el almuerzo – por suerte no fue virtual-, por la tarde juegos virtuales, y por último cumpleaños virtual, en el cual hubo torta, festejos, se encendieron velitas, brindamos, se dijeron palabras de agradecimiento a los compañeros que cumplían años… fue todo muy divertido, hubo música, baile… Cuando terminó, en el momento de partida, me encontré que seguía sentada aquí, en la butaca de mi cocina y ¡que todo había sido virtual!… ¿Conclusión que saqué? ¡Que no había aportado colesterol ni triglicéridos! Y ahora les canto una canción (canta). (Clelia, 70 años. Podcast segmento Resistiendo sin Corona, programa Feria Franca, Radio Megafón UNLa, emitido el 7 de abril 2020)
A su vez, nos mantenemos en constante actividad en nuestras redes sociales del CAM (Facebook: CAM-UNLa e Instagram: cam.unla), donde el contacto con los participantes del centro es en tiempo real, enviando y respondiendo dudas, compartiendo información sobre la pandemia, publicando actividades enviadas por los docentes de los talleres para que puedan llevarlas a cabo desde sus casas quienes no se encuentren en grupos de WhatsApp.
El programa de Voluntariado Social también participa en estas actividades y promueve campañas (como por ejemplo la de la realización de una “Cadena de cuidado” mediante llamadas telefónicas entre las personas mayores, la de solicitar donaciones de celulares en desuso o la de continuar con la campaña de tejido solidario “Entretejidos: la solidaridad abriga”).
Los voluntarios de la Especialización en Gerontología se encuentran inscriptos en los programas de seguimiento institucional de la Provincia de Bs As.
También se está promoviendo la realización de audio-videocuentos para niños/as, a partir del proyecto “Te leo un cuento”, difundido desde la Biblioteca del Docente de la Ciudad de Buenos Aires. Lo producido también será compartido con diferentes organizaciones de la comunidad (Jardín Azucena Villaflor de la UNLa, escuelas, bibliotecas populares, merenderos y centros comunitarios) como un modo de sostener también los lazos intergeneracionales que hemos venido construyendo desde hace tiempo.
Los talleristas y docentes del programa Upami se encuentran en contacto permanente con sus grupos que mantienen un contacto semanal formal pero que están activos y comunicados durante toda la semana.
Estos encuentros diarios nos hacen mucho bien, no sólo poruq aprendemos en hermosos talleres sino porque nos acompañamos en forma permanente (Celia, 72 años. Audio de WhatsApp, enviado el 25/05/2020).
Un Club de Cuarentena Activa
Para cumplir uno de los objetivos más importantes de este programa -como es la contención, inclusión, acompañamiento y participación de las y los participantes- el Club se mantiene activo mediante las redes sociales, tal como lo expresa Diva:
Ahora por razones obvias tenemos talleres virtuales, que son lo más, divertidos, entretenidos para nosotros los adultos mayores. (Diva, 76 años, audio de WhatsApp enviado el 20 de marzo)
Esta modalidad alternativa se sostiene en coordinación interinstitucional con Pami, organizado a través de clases por WhatsApp generadas a partir de la experiencia y creatividad de los docentes y talleristas, ya que cada uno/a instrumentó diversas maneras de comunicación (mensajes de audio que promueven conversaciones e intercambios, videos tutoriales realizados por los propios docentes, videos bajados de internet, imágenes, fotos, etc).
Como tallerista del programa club de día realizo actividades de estimulación cognitiva a través de música, imágenes y actividades que están dirigidas a reforzar las funciones cognitivas, entretenimiento e interacción social de los concurrentes por WhatsApp.
Del mismo modo todos estamos inscriptos como voluntarios en la plataforma de PAMI, donde contamos con la posibilidad de generar contenidos de interés y de fácil acceso para las personas mayores. (Mariana, 35 años, texto de WhatsApp enviado el 08/04/2020)
En este momento es fundamental poder sostener los espacios de comunicación e intercambio, por lo que el grupo de WhatsApp comienza a funcionar en el horario habitual de Club de Día, instancia en la que se comparte el desayuno y los participantes comparten las novedades. A su vez, cada jornada se cierra con una merienda colectiva para poder reflexionar sobre lo trabajado con cada docente o tallerista.
En el caso de las PM que no saben utilizar WhatsApp, desde la coordinación se activó una línea de trabajo que las orienta y estimula a animarse a participar del programa de forma paulatina, teniendo hasta el momento resultados positivos, como es el caso de Manola, quien transmite en un audio su alegría ante los resultados de estos nuevos aprendizajes:
Buenos días… aprendí a mandar audio ya, y ahora estoy practicando la escritura, que no había mandado. Desde que empezaron antes de las nueve que estoy atendiendo, viendo lo que están poniendo y todo esto… ¡y estoy re feliz! (Manola, 85 años, audio de WhatsApp enviado el 01/04/2020)
Una estrategia que resultó muy satisfactoria fue la incorporación de personas mayores que a lo largo de los años habían participado del espacio y no estaban concurriendo en la actualidad por diversas razones (problemas de salud, situaciones familiares), al grupo de comunicación virtual. Para ello, desde la coordinación se confeccionó un listado y se los/as contactó telefónicamente, en forma individual. Se les comentó este modo alternativo de funcionamiento y a la fecha se han incorporado a la dinámica y participan activamente de Club de Día Virtual.
Por otro lado, se asesora y acompaña en la campaña de vacunación contra la gripe, facilitando el acceso a vacunatorios cercanos a los domicilios.
El equipo técnico, que funciona como referente para el grupo se ocupa de la contención y asesoramiento en situaciones individuales y familiares, ya que la situación de incertidumbre los/as desconcierta y es importantes brindarles todo el acompañamiento y seguridad que resulte posible.
Mediante un trabajo articulado con Pami, la dirección de Compras y la dirección del C.A.M. de la Universidad Nacional de Lanús, se garantizó la prestación alimentaria correspondiente al programa, con la entrega a domicilio. Para ello fue necesario la configuración de un Protocolo de Seguridad Alimentaria y una ardua tarea de recolección de datos pertinentes y coordinación con las personas mayores o familiares referentes. Durante toda la jornada de entrega de viandas se mantiene contacto con el encargado de la distribución, el equipo técnico y las personas mayores.
Garantizar la alimentación saludable en tiempos de cuarentena es imprescindible para toda la población y sobre todo para el grupo más vulnerable ante la pandemia.
De este modo, la continuidad del programa y la alimentación saludable garantizada, alienta a las personas mayores a sostener los horarios que organizan su cotidianidad, fortaleciendo el cumplimiento de las cuatro comidas diarias. Asimismo favorece la disminución de la ansiedad y estrés que genera la situación de aislamiento e incertidumbre como las que plantea el escenario actual.
Por ello queremos destacar los que, tal vez, sean los valores que más ha visibilizado esta cuarentena: el compromiso, el trabajo colaborativo y la solidaridad.
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