Hoy viernes 13 de agosto, como todos los segundos viernes de agosto desde el año 2002, se conmemora el Día Interamericano de la Calidad del Aire (DIAIRE); conmemoración que pone en evidencia la creciente preocupación de distintas organizaciones profesionales(1) por la contaminación atmosférica, relacionada principalmente con el crecimiento de algunas actividades urbanas y con los graves procesos de deforestación a escala planetaria.
Particularmente la contaminación del aire urbano es ocasionada por emisiones de sustancias tóxicas de algunos tipos de residuos, de los procesos productivos no controlados y de los motores de combustión de los vehículos(2), y es considerada lo que se denomina “evento crónico” de contaminación de alto riesgo y efectos negativos sobre la salud humana, en relación con su permanencia en el tiempo.
En esta fecha nos importa mencionar que en el sector del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) donde nos encontramos, si bien las condiciones atmosféricas, el tipo de vientos que soplan a lo largo del año, y la topografía evitan su acumulación y favorecen su dispersión, se producen altos niveles de emisión de contaminantes procedentes de fuentes tanto fijas (industrias, residuos) como móviles (vehículos) que, aun con niveles inferiores a los máximos permitidos en la legislación local, afectan a la población.
Es preciso tener en cuenta que esta afectación difiere en relación con la vulnerabilidad de las personas expuestas a estos peligros.
Tal como venimos sosteniendo en diferentes artículos publicados en Viento Sur en los que abordamos otras problemáticas ambientales, la vulnerabilidad ambiental se expresa territorialmente asociada a la falta de infraestructura, servicios públicos, etc., poniendo a lo/as pobladore/as de barrios populares de nuestro sector urbano también en un alto grado de exposición en lo referido a los riesgos vinculados con los procesos atmosféricos.
Consideramos por esto que es fundamental que la calidad del aire se presente como un problema de agenda pública para llevar adelante políticas que aborden los riesgos asociados a la contaminación atmosférica de manera integral y reconociendo su complejidad.
Una buena gestión urbana de la calidad del aire debe contemplar el problema a escala global considerando todos los efectos del aumento de los Gases de Efecto Invernadero (GEI), los cuales tienen, en la actualidad, una presencia importante en la agenda de organizaciones internacionales; pero también es imprescindible tratar esta cuestión a escala local, sumando los problemas detallados anteriormente, y atendiendo tanto a las medidas de mitigación frente al cambio climático como a los riesgos en la salud de la población afectada de manera cotidiana al respirar elevadas concentraciones de gases tóxicos.
Cabe aclarar que en el AMBA distintas instituciones(3) vienen realizando mediciones que nos permiten llevar un registro histórico del estado del aire y tomar medidas a partir de esta información. No ocurre lo mismo en otras ciudades del país, por lo que resulta por demás interesante la iniciativa “Experimento Participativo de Aire: una experiencia de ciencia ciudadana y políticas públicas” que se está llevando adelante de manera conjunta entre el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y gobiernos de diferentes provincias del país(4). El objetivo es explorar las diferencias de contaminación por partículas en suspensión en las vías de tránsito, permitiendo recolectar datos de la calidad del aire y hacer un mapeo de la polución.
Más allá de brindar datos comparables no solo en la región sino con respecto a otros países donde el PNUD viene llevándolo adelante, este proyecto permitirá evaluar la calidad de aire durante el proceso de levantamiento de las medidas de distanciamiento social adoptadas en el marco del COVID-19.
(1) La iniciativa surge en el marco del XXXVIII Congreso Interamericano de la Asociación Interamericana de Ingeniería Sanitaria y Ambiental (AIDIS).
(2) Entre el 30% y el 90% de los gases contaminantes producidos por el tránsito vehicular en todo el mundo.
(3) ACUMAR, OPDS y otras.
(4) El proyecto “Experimento participativo de aire: una experiencia de ciencia ciudadana para políticas públicas”, constituye una iniciativa conjunta del Ministerio de Ambiente de la Nación, a través de la Dirección de Calidad y Recomposición, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el grupo Open Seneca de la Universidad de Cambridge. Mas información en: https://www.argentina.gob.ar/noticias/el-ministerio-de-ambiente-entrego-sensores-para-medir-la-calidad-del-aire-la-provincia-de
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