En relación con la clausura de una jornada sobre la encíclica Laudato Si’, Ana Jaramillo escribía en Viento Sur número 16 que «nos abocamos a interpretar el pensamiento del papa Francisco en términos laicos, en clave de ética y política, que significa un desafío hermenéutico extrayendo los aspectos religiosos de su planteamiento. Por eso también significa hablar de la filosofía social en las reflexiones de la encíclica del primer Papa latinoamericano, en su planteamiento ético y político desde el Cristianismo (…) Al estudiarlos, observamos que compartimos los valores que hemos consensuado democráticamente en la Universidad Nacional de Lanús desde sus inicios».
En este 2023 en que se cumple el decenio de su papado, siguiendo asimismo los planteamientos de Francisco se realizó el 30 y 31 de marzo pasados la Cumbre sobre Colonialismo, Descolonización y Neocolonialismo: Una perspectiva de justicia social y bien común, en la que participó el Prof.Dr. Alberto Filippi, docente de nuestro Instituto de Justicia y Derechos Humanos. “La justicia y el bien común fueron y son atravesados por los procesos de colonización, descolonización y neocolonialismo” exponía el programa: la propuesta de la Cumbre en Ciudad del Vaticano fue revisar el rol de las instituciones de África y de América a través de ese prisma histórico y de las dinámicas heredadas de dominación y subyugación, reproducidas en las concepciones actuales de la justicia y el bien común.
En el encuentro —organizado por el Comité Panamericano de Juezas y Jueces por los Derechos Sociales y la Doctrina Franciscana, y presidido por el cardenal ghanés Peter Turkson— participaron numerosos jueces y referentes del mundo judicial. Las exposiciones estuvieron a cargo de eminentes juristas e intelectuales, entre quienes puede mencionarse a Emilce Cuda, Boaventura de Sousa Santos, la titular de Casación Ana María Figueroa, Enrique Dussel, Raúl Eugenio Zaffaroni, la jueza ugandesa Joyce Kavuma y el juez Andrés Gallardo, presidente de COPAJU, la entidad convocante; la clausura iba a estar a cargo del Papa Francisco, quien lamentablemente no pudo concurrir por una afección médica. Transcribimos aquí las reflexiones de Alberto Filippi en el cierre de la Cumbre, y a continuación la Declaración Final de los participantes en el encuentro.
Palabras del Prof. Dr. Alberto Filippi
Buenas tardes amigas y amigos.
Perdonen por la emoción con la que llego al final de estos días tan excepcionales que hemos compartido, ahondada por las emotivas palabras de la jueza Ana María Figueroa, que nos acaba de recordar su condición de ser hija de inmigrantes y la manera en que logró, con tantos sacrificios, llegar a ser universitaria de primera generación. Les confieso que este comentario de la jueza Figueroa me ha hecho pensar en la familia del Papa Bergoglio, el mayor de cinco hermanos, hijo y nieto de inmigrantes italianos, llegados a la Argentina en el siglo pasado. Él también, como la amiga Figueroa, ha llegado a ser universitario de primera generación. Y además de enviarle al Hospital Gemelli, en nombre de todos nosotros, el mejor deseo por su rápida mejoría, quiero evidenciar justamente el gran valor simbólico que representa el hecho de ser el primer Papa que viene desde la dramática experiencia histórica de la inmigración americana y que ha regresado a esta Roma, la misma ciudad a la cual, hace dos mil años, llegó desde Galilea el Apóstol, emigrante, el peregrinus Petrus. Y deseo repetir ahora con ustedes lo que le dije al Papa Francisco en enero del año pasado, al destacar que su presencia, histórica y providencial en la Cátedra de San Pedro, me parecía confirmar la singular profecía laica del filósofo estoico Marco Aurelio, el emperador hijo de viejos colonos itálicos nacido en España, en la actual Córdoba: su intuición del futuro le permitió imaginar que vendría un día en el cual Roma ya no sería más urbis caput mundi, sino que con los siglos devendría una civitas universalis.
Paso entonces a leer la Declaración que hemos preparado junto a otros colegas, no solo Jueces o Magistrados a los cuales va mi agradecimiento, que resume las ideas de fondo y el sentido de lo que se ha expuesto y hemos debatido en estos dos días para mí tan memorables.
Declaración de los participantes en la Cumbre sobre Colonialismo, Descolonización y Neocolonialismo: Una perspectiva de justicia social y bien común
Nosotras y nosotros, participantes de este encuentro, reconocemos y hacemos memoria de la lucha por los derechos humanos sostenida durante siglos por los pueblos de África, las Américas y el Caribe. Particularmente, valoramos a quienes han protagonizado la defensa de los derechos en contra de las discriminaciones étnicas, de género, de religión, de culturas y de lenguas de aquellas minorías que han reivindicado la libertad, el pluralismo y la igualdad entre quienes constituimos la fraternidad humana y defendemos los bienes comunes.
Y, por ende, y recíprocamente, repudiamos toda forma de dominación, de violencia y de intolerancia. Promovemos el diálogo y el respeto hacia las identidades culturales y religiosas de las sociedades y de sus tradiciones históricas, en cuanto han sido y son, manifestaciones individuales y colectivas de resistencia a las hegemonías económicas, políticas, militares y culturales impuestas por Europa fuera de Europa y, de manera eminente, a partir del año 1492.
Por lo mismo, en torno a esta fecha, apreciamos la declaración de la Santa Sede del día de ayer 30 de marzo de 2023, según la cual la llamada “Doctrina del Descubrimiento”, afirmada en las “Bulas Papales del siglo XV”, no forma parte de la enseñanza de la Iglesia Católica.
Hemos analizado y discutido la dramática situación actual de los inmigrantes. Y si bien reconocemos que la migración es una “condición compartida por toda la humanidad”, constatamos cómo las catástrofes humanas en este comienzo del siglo veintiuno, provocadas por los vectores de guerra y terror, por las desigualdades estructurales y los colapsos medioambientales, contribuyen a generar desplazamientos masivos, provocando cantidades de refugiados que jamás se habían visto desde la Segunda Guerra Mundial. En efecto, a nivel internacional hay más de cien millones de personas desplazadas que son el resultado de condiciones al límite de la supervivencia y del orden social, económico y medioambiental.
Los aquí reunidos, auspiciamos y defendemos las culturas decoloniales y descolonizadoras como base necesaria de la formación jurídico-política y académica de los Magistrados, sean ellos defensores, fiscales o jueces, así como de quienes conciben y promueven el acceso a la justicia de los jurídicamente más débiles, descartados por el sistema.
Nosotras y nosotros, laicos y religiosos, en el espíritu que nos infunde la encíclica Fratelli Tutti del Papa Francisco, conscientes de los valores de la libertad y de la igualdad, de la inviolabilidad de la persona humana y de su dignidad, así como están plasmadas en lo concreto de nuestros pueblos y de nuestras naciones, abogamos por formas de convivencia común y de paz en cada una de las regiones del mundo. La paz, condición imprescindible para poder legar a las generaciones venideras nuestra Pachamama planetaria, para poder garantizar la perennidad de la vida de nosotros y de los futuros seres vivientes.
Suscriben las y los participantes hoy viernes 31 de marzo de 2023 en la sede de la Pontificia Academia de Ciencias Sociales, Ciudad del Vaticano.
Entrevista al juez Andrés Gallardo
¿Qué es COPAJU, y cómo nació?
COPAJU —el Comité Panamericano de Juezas y Jueces por los Derechos Sociales y la Doctrina Franciscana— nuclea a magistrados de las tres Américas. La organización fue creada bajo la inspiración de S.S. el Papa Francisco en junio de 2019, en Roma. La idea se había gestado un par de años antes y ya había habido algunos encuentros regionales incipientes desde 2017.
¿Cuáles son sus objetivos?
COPAJU se propone como una herramienta de carácter permanente para abordar la exigibilidad y justiciabilidad de los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales (DESCA), desde una perspectiva imbuida en los dictados del Papa Francisco, y en pos de la eficacia de tales derechos en favor de las personas vulnerabilizadas. Para ello coordina actividades internacionales, regionales y nacionales relativas a los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales, y denuncia y difunde situaciones que vulneren los derechos humanos, especialmente los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales de las personas, de manera individual o colectiva. También propicia la implementación de políticas, medidas y acciones que garanticen el acceso efectivo a la Justicia de personas en condiciones de vulnerabilidad, sin discriminación de ningún tipo, y promueve la defensa recíproca de Magistrados que actúan comprometidos por los derechos humanos, especialmente los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales, que puedan ser amenazados o perseguidos.
¿Cuál es la relación de COPAJU con la Cumbre?
COPAJU funciona hasta el presente en el ámbito de la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales (PASS), aunque en estos momentos el Papa se encuentra analizando un encuadre institucional más formal dentro de la estructura vaticana. En 2019 se realizó en la Casina Pio IV el evento panamericano sobre derechos sociales, luego casi sobre el 2020 el encuentro de mujeres juezas africanas y en 2023 el evento sobre Colonialismo, descolonización y neocolonialismo. En los tres hubo declaraciones de cierre que son verdaderos documentos insignia. Se destacan la “Declaración de Roma” de 2019 y la “Declaración sobre Colonialismo” de 2023: esta última fue redactada por el Profesor Alberto Filippi, reconocido filósofo e historiador (italiano pero antes nuestroamericano) y sometida a discusión plenaria, y constituye una excelente síntesis histórico-política del fenómeno colonizador.
¿Qué balance puede hacer de la Cumbre, y cómo se articula con los objetivos del Comité?
La cumbre fue una experiencia académico-judicial-política de primer nivel. Hubo muy buenas intervenciones, una gran apertura a un tema —como el proceso colonial— muchas veces soslayado, y la resultante final de un compromiso ratificado para la neutralización de las prácticas coloniales que externa e internamente conspiran contra los intereses de nuestros pueblos. Para nosotros es muy claro que los derechos sociales y básicamente el tridente de las T del Papa Francisco (Tierra, Techo y Trabajo), no son producto de una receta mágica, sino resultantes de la afectación de recursos económicos concretos: por eso siempre recalcamos que los derechos sociales no son gratuitos.
Tanto la hiperconcentración de la riqueza, cuanto las prácticas expoliadoras propias del neocolonialismo, constituyen barreras concretas para la consolidación de esos derechos sociales. Francisco nos ha enseñado que “no hay democracia con hambre, ni desarrollo con pobreza, ni justicia en la inequidad”: esas máximas son para nosotros una bandera inclaudicable y nos permiten comprender con claridad la vinculación que existe entre el proceso de saqueo (neo) colonial y la vulneración de derechos humanos.
Foto de portada: Composición gráfica creada por la PASS (Pontificia Academia de las Ciencias Sociales) para la Cumbre. Está inspirada en la imponente estatua en piedra hecha en memoria y homenaje al fraile Antonio Montesinos por el escultor mexicano Antonio Castellanos Basich. En sus dos célebres sermones de 1511 en la iglesia de la isla Hispaniola, Montesinos denunció las injusticias y abusos de los conquistadores españoles sobre los indígenas: fue uno de los momentos culminantes de la lucha por los derechos y la dignidad humana en el continente americano.
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