La licenciada en Diseño Industrial Marianela Pavicich fue la creadora de “Robbina” y ganadora del premio Innovar 2016 en la categoría “Innovación en la universidad”.
Robbina nace en el marco de su trabajo integrador final de carrera. Es una mesa inclusiva pensada para Escuelas de Educación Especial para chicos con discapacidad motora. De 1500 proyectos que se presentaron al Concurso Nacional de Innovaciones organizado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación, el proyecto de Marianela quedó seleccionado para la exposición y el último día -9 de octubre- anunciaron públicamente que era uno de los ganadores en su categoría.
Por un trabajo realizado en 2011 para una materia, Marianela había ido a un centro de atención a personas con discapacidad y allí se detuvo a observar la falta de mobiliario que responda de forma acorde a las necesidades de los chicos. Ese día empezaría a imaginar a Robbina.
-Desde tu visión, ¿cuáles eran las necesidades de esas escuelas?
-Si bien esto que había observado había sido en un Centro Privado, noté que en las Escuelas de Educación Especial ocurría lo mismo. Las mesas no cumplían con los requerimientos básicos que necesitaban los alumnos. Tenían el mismo mobiliario que las escuelas tradicionales y la gente que trabajaba allí, las adaptaba a medida. Sólo contaban con algunas mesas específicas, que al resultar difíciles de regular, a principio de año se adecuaban a principio de año a cada alumno y se colocaba una etiqueta con su nombre.
Fue por ello que en la propuesta de Marianela en su propuesta, el foco estuvo puesto en hacer una mesa que se pueda adaptar fácilmente a todos los chicos. “La discapacidad no está centrada solamente en la persona, sino en su relación con el entorno, por lo tanto, hay muchas condiciones de la discapacidad que no presentarían ningún inconveniente si el entorno respondiera a esas necesidades, por ejemplo, para ingresar a un sitio. Si ese sitio tuviera rampas, esa persona no se sentiría distinta”, sentencia.
-¿Con el objetivo definido, cómo encaraste el proyecto?
– A partir del análisis realizado en la Escuela de Educación Especial N°508, de Lanús, planteé el proyecto desde tres enfoques. Por un lado el aspecto funcional, es decir los requerimientos que tenía que cumplir la mesa para el usuario principal que es el alumno y el usuario secundario que es el docente y cómo debía interactuar en la dinámica escolar. Por otro lado, el aspecto técnico, es decir cómo generar un producto de bajo costo y de sencilla fabricación, que no requiera inversión en matricería. Y el tercer eje, relacionado a la morfología, la idea era despojarlo de la estética de los productos de ortopedia y dotarlo de un aspecto lúdico.
-¿Por qué la llamaste Robbina?
– El nombre surge por las características de la mesa: robusta en la estructura, intuitiva en las funciones y amigable en el uso. La propuesta fue generar un producto seguro, que comunique rápidamente sus funciones, de qué forma se regula y como se relaciona con los usuarios. Para ello, presenta un lado con formas curvas, que denota el acceso del alumno y el otro con formas rígidas, que indica la posición desde donde interactúa el docente para regularla.
-¿Cómo continuará el proyecto?
– El año pasado, nos presentamos junto a mi tutor, en una convocatoria de la Secretaría de Políticas Universitarias, del Ministerio de Educación y Deportes. Nos otorgaron financiamiento para hacer pruebas, y con ello, estamos trabajando en tres prototipos más de Robbina, para ajustar los detalles técnicos.
El próximo paso que se está por llevar adelante, es la fabricación de veinte mesas para distribuir en los Centros de Gestión Municipal. Este proyecto, nace de la articulación del Municipio de Lanús con la Universidad, (donde interviene la carrera de Diseño Industrial y la Comisión Asesora de Discapacidad), junto a CONADIS y CIAPAT. Se realizará a partir de un financiamiento otorgado por PROCODAS, un programa del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, que fomenta proyectos de tecnologías para la inclusión social.
Es una mesa dinámica y funcional que permite adaptarse de forma fácil y rápida a los diferentes requerimientos. Considera la interacción alumno-docente y las necesidades específicas de los usuarios. Tiene 24 centímetroscms. de regulación en altura y hasta 30° en inclinación. Posee dos zonas de agarre, y espacios para el guardado de cuadernos y útiles, que dan mayor autonomía al alumno. Para Marianela, el mejor reconocimiento fue ver a Robbina en el entorno escolar.: “Al llevar el prototipo a la Escuela, la docente reguló la mesa para todos los alumnos del curso sin ningún inconveniente.” Robbina es una mesa inclusiva, cuyo objetivo es equiparar las oportunidades de todos, independientemente de que la persona tenga o no una discapacidad.
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