La Universidad Nacional de Lanús, a través de un convenio con el Municipio local, entregó el primer bandoneón “Pichuco” que será utilizado en una escuela del distrito: la Secundaria Nº 39 de Remedios de Escalada, ubicada en Villegas al 300. De esta manera, el proyecto que ideó la Rectora de la Universidad Dra. Ana Jaramillo con el propósito de hacer llegar bandoneones de estudio a todas las escuelas del país, ha comenzado a recalar en los destinatarios para los cuales fue pensado.
La Escuela 39 es una de las tres secundarias estatales del distrito de Lanús que tiene como una de sus orientaciones la Música, desde hace tres años, y ya tiene una banda y una orquesta en formación. El día de la entrega del primer “Pichuco”, dos de sus profesores y varios alumnos interpretaron algunos temas, acompañados por guitarras y batería. Para cerrar la parte musical, Julio Coviello los secundó con el bandoneón hecho en la UNLa -que luego sería formalmente entregado-, y luego el bandoneonista hizo un solo con el instrumento.
Una representante de Cultura del Municipio y el director del departamento de Humanidades y Artes de la Universidad Nacional de Lanús, Daniel Bozzani, hicieron entrega del bandoneón en manos de la directora del establecimiento, quien pidió que la acompañaran los alumnos de la banda.
El Municipio se comprometió a seguir comprando unidades del instrumento de marras durante todo 2018 en el marco del convenio mencionado más arriba y con el objetivo de que más escuelas cuenten con el “Pichuco”, rescatando así uno de los elementos fundamentales de nuestra música popular.
La directora de la 39, Laura Tancelo, agradeció “a la Universidad y al Municipio por confiar en nosotros” y señaló “el orgullo por ser los primeros en recibir el bandoneón”. También señaló que “todo el esfuerzo de los directivos y los alumnos no sería completo si no contáramos con el apoyo de los docentes, a quienes también agradezco profundamente”. Para finalizar, dijo que “este es un crecimiento y una ayuda muy importante, me dan ganas a mí de aprender a tocar el bandoneón”.
El Municipio también implementará una capacitación para docentes y directivos en el manejo del bandoneón, para que estos puedan transmitir esos conocimientos a los estudiantes.
La alumna de 4to. Año Ángela Bravo, dueña de una voz extraordinaria, pudo demostrar su talento ante los presentes y nos dijo luego: “el colegio me dio una oportunidad muy grande, porque yo canto y hago música hace mucho, pero en otros colegios no podía mostrarme, y acá sin escucharme siquiera me preguntaron si quería cantar y dije que sí. Cuando hablé de mis canciones me preguntaron si también las podían tocar ellos; siempre me empujan para poder seguir adelante”. Respecto a la recepción del bandoneón, señaló que “me encantó la idea de la Universidad y el aporte del Municipio para que hoy llegue a nuestras manos. Toco teclados, pero me encantaría animarme con el bandoneón”.
El “Pichuco”
El compás del 2×4 atrae cada vez más a personas de distintas nacionalidades que se deslumbran con el sonido del bandoneón. Sin embargo, el instrumento es muy costoso ya que son muy pocos los que se fabrican. Ante esta necesidad, alumnos de la carrera de Diseño Industrial de la Universidad de Lanús comenzaron hace unos años un proyecto para su producción en serie.
El “Pichuco”, ganador del premio INNOVAR en el año 2012, fue creciendo.
Ahora, desde el área de Patrimonio Histórico de la UNLa, se impulsa una nueva iniciativa que consiste en la fabricación de 40 bandoneones que serán distribuidos en escuelas secundarias del Municipio: estos bandoneones tienen la particularidad de estar hechos con maderas recuperadas de la estación de tren de Remedios de Escalada.
“Con los mismos planos que ya estaban hechos por el área de Diseño Industrial, preparamos la madera que provenía de viejos muebles que estaban abandonados en el predio ferroviario y empezamos. Hay de pino, de cedro y de pinotea”, comenta Daniel López, museólogo y director de Patrimonio Histórico de la Universidad.
También relata que este proceso fue hecho con mucho amor: “Si tuviste un familiar que trabajó en los trenes, buscamos que tenga su alma. Hacerle una devolución a este pueblo ferroviario y darles a esos materiales la jubilación que se merecen. Tal vez algún abuelo guardó una libreta o ropa en esos muebles, que ahora se convirtieron en bandoneón”.
La madera fue seleccionada por el carpintero Fernando Recúpero –también del área de Patrimonio Histórico-, quien trabajó en conjunto con López y con el maestro Daniel Bozzani, director de la Orquesta de la UNLa y del departamento de Humanidades y Artes. Además, tomaron parte en la iniciativa varios chicos que asisten a comedores comunitarios de Lanús, quienes durante los cursos de verano que se brindan en la Universidad pulieron y dieron forma al material que sustenta este proyecto conjunto.
El resto de la materia prima fue obtenida en comercios de la región. “Para la construcción del fuelle (hecho de cartón y tela) nos vinculamos con Alejandro Humar, de Diseño Industrial. Él nos trajo los planos. Después encontramos un señor de Lanús que nos ayudó mucho porque tiene una fábrica de cajas. No nos fuimos a los Balcanes, lo hicimos acá en Lanús. La tela la compramos en Burzaco. Pensamos en la zona, en las empresas del barrio”, describe Daniel.
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