Este mes las Organizaciones de lxs Chicxs del Pueblo presentaron en el Instituto Patria “Con ternura venceremos”, libro de descarga libre y gratuita y lectura imprescindible. La diputada nacional Claudia Bernazza, coautora de la obra junto a Damián Lambusta -sociólogo y militante de la Obra del Padre Cajade- nos cuenta en esta entrevista de qué se trata el libro y otras cuestiones relacionadas con las infancias y adolescencias vulneradas; tema que hoy, estadísticas de pobreza y pandemia de Covid-19 mediante, constituye más que nunca un asunto de suma urgencia. Bernazza es también Vicepresidenta de la Comisión Ciencia y Tecnología y Secretaria de la Comisión Bicameral de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes.

¿Qué es “Organizaciones de lxs Chxcos del Pueblo”?

Una comunidad política de organizaciones de niñez que abrieron la producción y la memoria de lo que fue, en la primera democracia, el Movimiento Nacional de los Chicos del Pueblo, aquel grupo de organizaciones que pelearon contra el Patronato y que abrigaron en sus casas abiertas a quienes se conoció en aquel momento como “los chicos de la calle”. El origen de Organizaciones se da en los primeros meses del gobierno de Macri, que nos demostraba un gran retroceso en el respeto a los derechos de la niñez. Sobre todo con respecto a la primera agenda de Macri, que tuvo que ver con la baja de la edad de imputabilidad, se presentó la necesidad de actuar políticamente.

¿De qué trata “Con ternura venceremos”, el libro que están presentando?

Trata justamente de rescatar la historia de militancia y activismo social de muchísimas organizaciones que representaron las primeras casitas en la primera democracia: algunas muy emblemáticas como Pelota de Trapo en Avellaneda, la Casa del Padre Elvio Mettone, la Obra del Padre Cajade en La Plata, La Casa de Teresa en Moreno, la casa de Claudia y Quique Spinetta en Berazategui, de la que fui parte en mi juventud: casas que se fueron reuniendo al calor de los enfoques del Obispado de San Isidro y del Obispado de Quilmes -en su momento con la figura de monseñor Novak-, y que generaron una declaración en favor de la derogación del Patronato y del fortalecimiento de esas casitas. El libro no se queda solo en el rescate de esta historia que fue muy poco relatada sino que también llega a la década del 90 y a las Marchas por la Vida; explica las consignas centrales del Movimiento “El hambre es un crimen” y “Con ternura venceremos”, relata experiencias actuales, y postula además un enfoque respecto de cómo deben ser las respuestas frente a los chicos en una alianza Estado-comunidad.

Este “hacer comunidad” tiene una concepción amplia, ¿no?

En las Organizaciones de lxs Chicxs del Pueblo tenés desde jardines comunitarios pasando por bibliotecas populares y ligas de fútbol infantiles, clubes infantiles, plazas del niño, lugares de convivencia. Hay de todo: lo que nosotros decimos es que nuestro territorio es la militancia de la infancia, y que hay distintas respuestas que se dan desde la comunidad según cada territorio, según cada barrio. Pueden ser merenderos, comedorcitos que luego se transformaron en centros de día, en casas del niño o centros para niños, están también los clubes de barrio. Hay incluso algunas que son casas del niño junto con radios comunitarias. Lo que nos une es el hecho de que allí pasan muchas horas de sus vidas los niños y adolescentes del barrio.

Claudia Bernazza

¿Cómo se conciben infancia/adolescencia desde las Organizaciones?

En primer lugar, si bien es un derecho vivir una infancia y una adolescencia felices, no debemos dejar de reconocer que son construcciones culturales, por lo cual en un capitalismo tan desigual como es el del continente latinoamericano, muchas personas pueden tener edades tempranas pero no necesariamente infancias. Porque las infancias suponen abrigo, abrazo, imposición del nombre, una cultura, lazos, afectos, y todo eso debe estar dado por una comunidad. Pero si esta comunidad está permanentemente atacada, agredida, y es una comunidad herida y fragmentada, seguramente no va a ser una posibilidad de construir infancias. Creemos por lo tanto que también la niñez y la adolescencia, en muchos casos, se han convertido en privilegios de clase.

Hace unos 15 años de la derogación de la Ley Agote y del reemplazo de la figura de los menores como “objetos de tutela” por “sujetos de derechos”. ¿Cómo es actualmente la inserción del Estado en el campo de las infancias y adolescencias?

El Estado tiene en algunos casos respuestas contradictorias entre sí. En primer lugar sabemos que la modificación de una norma no significa que se haya dado una transformación cultural. Por lo tanto el Patronato vive entre nosotros como prácticas institucionales y prácticas sociales. Por ejemplo, incluso en los nuevos juzgados de familia o los previstos por las nuevas normas, a veces se les indica a las organizaciones de niñez qué deben o no hacer sin tener en cuenta que el interés superior del niño y el diálogo con ellos se da en el marco de estas organizaciones. Hay un paisaje estatal diverso, en donde por un lado existen programas como el FinEs o el UDI en la provincia de Buenos Aires -Unidades de Desarrollo Infantil- que promueve un enfoque de derechos, la reunión de pibes para que puedan vivir sus derechos a carcajadas, para que realmente vivan como una fiesta su infancia; pero por otro lado hay medidas en cuestiones administrativas y judiciales que deberían ser medidas de excepción, como es el abrigo en institutos asistenciales, algo que podría resolverse perfectamente con las respuestas comunitarias.

¿Puede colaborar “Con ternura venceremos” a difundir una problemática sobre la que no hay gran conciencia social?

Nosotros de algún modo nos hemos caído de la agenda pública. No estamos en la agenda de la que se habla todo el tiempo a pesar de que más de la mitad de los niños están bajo la línea de pobreza. Es como que hemos naturalizado esos números. No fue siempre así: en el tiempo de las Marchas por la Vida, y del nacimiento del Movimiento Nacional de los Chicos del Pueblo, estábamos muy ligados a la agenda pública. Fueron marchas muy populosas, que salían en la primera plana de los diarios. Hoy por hoy nosotros debemos retomar esa presencia en la agenda pública, tal como las mujeres lograron hacer a partir de la pelea por sus derechos. Hay que esclarecer mucho sobre este tema. Hay cierto desconocimiento y en general la ciudadanía, es decir el común de la gente que no tiene por qué estar especializada en estos temas, a veces cree que la única opción es la adopción, cuando en realidad somos un continente que debe acompañar, a través de modelos de crianza comunitaria, la crianza que hace la familia.

Descarga libre y gratuita de “Con ternura venceremos” https://chicxsdelpueblo.com.ar/wp-content/uploads/2021/06/Con-ternura-venceremos.pdf

Presentación del libro en el Instituto Patria https://www.youtube.com/watch?v=twpY9iz2ejw

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