La docente de la Licenciatura en Audiovisión, Natalia Vinelli, es una de las directoras del documental Norma También, basado en la figura de Norma Plá, emblema del movimiento de jubilados en la década del ’90.

Junto a Alejandra Guzzo, Vinelli recupera su legado y, con material audiovisual inédito, narra una historia movilizadora, reflexiva y beligerante que dialoga con el presente.

¿Por qué decidieron reivindicar a Norma?

Hace ya muchos años que teníamos ganas de retomar su figura. En el año 2009 realizamos un primer corto con Barricada TV, que se llamó ¡450!, Norma Plá y la lucha de los jubilados en los ‘90. Para ese material habíamos entrevistado a compañeras de militancia de Norma, que nos dieron testimonios impresionantes sobre lo que eran los procesos de lucha en los ‘90 y, en lo personal, me había quedado muy fascinada con ella, a quien tuve la suerte de conocer en esa época, en el contexto de la pelea en defensa de la educación pública y contra el arancelamiento. Desde ese entonces, me resultó un faro y nos quedamos con la idea de poder llevar a la pantalla ese personaje tan multifacético. Así que bueno, un poco fue eso lo que nos motivó, que Norma Plá pudiera ser una referencia de nuestros marcos teóricos por su forma de ocupar el espacio público. Obviamente hoy el contexto cambió y a medida que el documental se fue construyendo, la imagen de Norma también fue emergiendo. Así que, bueno, podemos decir que el camino que el documental hizo también es el camino que hicimos como sociedad recuperando su figura, acompañando a nuestros viejos y viejas hoy en la defensa de sus derechos.

La película propone un diálogo entre los 90 y la actualidad…

Una de las preguntas que nos hacíamos entre este primer corto que hicimos en el 2009 y la actualidad era cómo poner en diálogo la imagen de Norma Plá con las nuevas generaciones. Entonces, empezamos a pensar de qué modo conectar y lograr un diálogo intergeneracional entre las personas que conocieron a Norma y una generación más joven que no la conoció, pero que tiene el interés de acercarse a esta figura. En ese contexto elegimos trabajar y construir la narrativa desde una mirada joven que es la de Sol Verónica Gui, nuestra protagonista, que no está guionada, sino que realmente está realizando una investigación sobre Norma Plá y su época y, en ese recorrido, se va encontrando con las personas que la conocieron y también con el archivo.

Cuando empezamos el rodaje, (Javier) Milei no había ganado todavía las elecciones y a Norma no la veíamos en las remeras, en los murales, en las banderas, en las pancartas. Hoy eso sí sucede. Entonces, ese proceso de aprendizaje y de reconocimiento que va haciendo Sol, bueno, también es el proceso que vamos viendo de cómo va emergiendo y cómo se va construyendo la representación de Norma Plá todos los miércoles en las marchas de los jubilados. Esta idea de construcción es muy potente dentro del documental y es lo que permite ir armando un arco dramático que lleve finalmente a mostrar a Norma Plá moviéndose en el espacio público con toda la disrupción, con toda la transgresión y con toda la picardía que la caracterizaban.

El ajuste de los 90 lo vivieron también con la película…

Fue muy difícil hacer la película, pero sí entendíamos que era una necesidad política y también una motivación del equipo de realización poder terminarla. Nosotras, Alejandra y yo, presentamos el proyecto en el año 2021 y ganamos un premio al desarrollo en el Instituto de Cine y Artes Audiovisuales – INCAA. Después escribimos el guión, lo presentamos, ganamos un nuevo premio de producción por parte de un jurado de especialistas de las principales asociaciones de cine del país y, además, lo declararon de interés con una devolución muy interesante. Sin embargo, cuando cambia la gestión y Carlos Pirovano se hace cargo del INCAA, dejó al documental junto con otros 80 más sin financiamiento. Fue un impacto muy fuerte, así que profundizamos las vías para obtener financiamiento en otros espacios y líneas de fomento para el audiovisual. Conseguimos el Premio al Mecenazgo Cultural de la Ciudad de Buenos Aires, pero lo que fue fundamental fue el apoyo de un montón de personas, cientos de personas que querían encontrarse y ver esta historia. Y esto es algo que hoy se refleja en cada una de las presentaciones, a sala llena, con entradas agotadas. Así que la verdad que estamos muy contentas. Muchos compañeros y compañeras, sobre todo de Barricada TV, trabajaron sin cobrar nada o cobrando muy poquito, poniendo el cuerpo para que esta película se haga. Realmente fue un proyecto militante y tuvimos un apoyo central que fue el de UNTREF Media para todo lo que fue la posproducción y la corrección del color, que realmente sin el apoyo de la universidad pública no hubiera sido posible.

Creo que en momentos en los cuales la política del Gobierno de Milei recorta, ajusta, pasa la motosierra por los sectores más débiles de la población, no podíamos esperar que pasara menos con nuestra película, y encontramos en la solidaridad y el compromiso la vía para poder terminarla y llevarla a las pantallas.

¿Norma fue una referente del feminismo?

Al pensar en una mirada generacional, el tema del feminismo emergió como un punto de partida muy contundente para abordar el recorrido de Norma Plá. Una secuencia y una trama de la película se dedica a atender esta temática, discutiendo justamente si Norma también podía considerarse feminista, entendiendo o poniendo en discusión que la mirada del presente sobre una figura del pasado es algo muy problemático porque se le suelen poner etiquetas que no tienen que ver con su contexto o su época y que, por lo tanto, tironean. Entonces, entendiendo y respetando las propias contradicciones de la práctica y de la experiencia política de los ‘90, sí entendemos que Norma Plá ocupó el espacio público y mediático de una forma completamente disruptiva como mujer, como una mujer grande, como una mujer pobre, y que ese uso del espacio público y lo que ella significó en el manejo mediático es un ejemplo para las mujeres, para los feminismos y para las diversidades. En ese sentido, entendemos que Norma necesita estar entre las referencias y marcos teóricos porque nos enseña cómo recuperar ese espacio público, y eso para nuestro movimiento, para los feminismos, es un aporte que realmente es muy valioso.

¿Cambió la imagen de los jubilados después de Norma?

Creo que los jubilados actuales tomaron la tradición de lucha de Norma Plá y la hicieron bandera en las marchas de los miércoles. Y en este punto creo que su aporte implica pensar de qué manera se resiste, se enfrenta al ajuste y se articulan las luchas para seguir reclamando los aumentos jubilatorios, pero también las respuestas necesarias a todas las demandas que los distintos sectores de la sociedad venimos haciendo, desde el punto de vista de las necesidades de los comedores populares, la educación pública, la atención de salud, etc. Entonces, todas estas luchas que se unifican tienen en Norma una experiencia acumulada y creo que en ese sentido los jubilados actuales han sabido leer su legado, con la necesidad de llamar a la unidad, de juntar las luchas y, obviamente, de buscar las formas de transgredir políticamente el momento para que las marchas de los miércoles no sean parte de un escenario que se repite, sino que efectivamente la protesta anide un paso central de avance hacia la victoria y las conquistas de las demandas que se plantean.

El legado de Norma Plá incluye las lágrimas del entonces ministro de Economía, Domingo Cavallo

Cavallo llorando es un regalo que nos dejó, esas lágrimas de cocodrilo, pero sobre todo el planteo que ella le hace cuando le dice, “bueno, usted haga lo que tiene que hacer que, si es correcto lo que hace, nos va a tener a nosotros como pueblo bancándolo”. Creo que también ahí hay un punto que tiene que ver con la claridad política que Norma tenía, que justamente se centraba en el poder que tenía el pueblo movilizado y en lo que eso podía llegar a conseguir. Entonces hoy, 30 años después, seguimos viendo al mismo Cavallo completamente desvinculado de las necesidades de la gente que hoy se representa, matices más, matices menos, en la insensibilidad y la crueldad del gobierno de Javier Milei, que riéndose de los jubilados plantea que puede vetar cualquier ley de movilidad jubilatoria.

¿Por qué el título?

Tiene que ver justamente con recuperar la experiencia acumulada de nuestro pueblo, y su aporte dentro de esa experiencia acumulada. Norma Plá también es resistencia, es enseñanza, es un aporte para el feminismo y para entender cómo se dieron las luchas en los ‘90, cómo se sumaron y cómo llegaron al 2001. Toda esa experiencia también hoy nos tiene que iluminar para poder avanzar y terminar con este gobierno de hambre en este contexto tan difícil que estamos atravesando. Por eso decimos Norma También, porque Norma también es nuestro faro, nuestra referencia.

Del 4 al 18 de octubre, Norma También se exhibirá en la Sala ITACA, ubicada en Humahuaca 4027, Almagro.

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