1º Encuentro de Teatro Interuniversitario

En pleno contexto de pandemia y aislamiento, las universidades nacionales de Lanús, Hurlingham y La Matanza se unieron para presentar el “1º Encuentro de Teatro Interuniversitario”, que se celebrará del 5 al 7 de noviembre.

La propuesta es abierta a la comunidad y tiene por objetivo el de visibilizar estos espacios artísticos y educativos que ofrecen las casas de altos estudios del Conurbano y, al mismo tiempo, tender puentes y lazos con otras instituciones, artistas, docentes y público en general.

Juan Mako es profesor de los talleres de teatro de los programas “La UNLa de los Jóvenes” y “Jóvenes Líderes Comunitarios”; Griselda Zpevak es coordinadora docente del programa “La UNLa de los Jóvenes”; y María Pianciola es coordinadora del programa “Jóvenes Líderes Comunitarios”. Los tres charlaron con Viento Sur sobre la iniciativa, el vínculo de los jóvenes con el arte, y el rol del teatro como herramienta de expresión y comunicación.

¿Cómo nace esta idea?

Juan: Surge por la invitación de Victoria Palermo, que es de Banfield y trabaja en la Universidad de La Matanza con talleres teatrales, y de Carlos Tereñes de la Universidad de Hurlingham. Con ellos nos conocemos de la Universidad Nacional de las Artes y decidimos armar algo en conjunto para revalorizar  lo que tiene que ver con lo comunitario, lo social, y para que se desmitifique esa idea tan lejana de que no se puede hacer teatro, cuando en realidad se puede hacer en cualquier lugar y con lo que uno tenga.

Griselda: Quería agregar que “La UNLa de los Jóvenes” es el único espacio universitario que presenta chicos y chicas menores de edad, algo que no es común porque no hay espacios pensados para estas franjas etarias desde las universidades.

¿Cómo fue trabajar en el contexto de aislamiento?

Juan: Armamos producciones por Zoom que fuimos guardando y que les chiques nos iban facilitando, nos mandaban fotos, videos o textos que escribían. Había ganas de expresase, de trabajar en equipo y así fueron surgiendo las creaciones. Pensamos en estrategias pedagógicas, con o sin cámara, en diferido, por WhatsApp, porque la idea era hacer teatro. 

Griselda: Sí, la conexión con los pibes fue todo un desafío. Hubo un trabajo en equipo, porque no teníamos plataformas propias, se armaron grupos de WhatsApp, por redes, nos conectábamos por Zoom o por videollamadas.  Los profes replantearon los contenidos para las actividades, sin que haya ninguna obligación por parte de los jóvenes de mostrar su intimidad, su casa.

María: Yo creo que fue un cable a tierra frente a las dificultades. Los talleres se convirtieron en un lugar de sociabilidad y de contención, y al no ser obligatorios les generó como ese espacio de fuga que varios necesitaban. Tuvimos que parar las inscripciones porque rebalsaban y muchos se acercaron a la UNLa por primera vez.

¿Las temáticas trabajadas estuvieron atravesadas por la pandemia?

Juan: Con los y las jóvenes abordamos temáticas que los atraviesan siempre y este año dejamos que se comuniquen con lo que les estaba pasando. Pero también en algunos momentos no querían hablar de lo mismo, sino de otra cosa, de temas que los alejaran de la cotidiana, de los problemas. Fuimos midiendo el termómetro de lo que el ánimo del grupo quería o necesitaba. El taller es un espacio de encuentro y charla, donde a veces la ficción queda a un lado. La producción es una excusa para que se expresen. Y en este contexto particular, el deseo de jugar y de actuar le ganó al cómo.