El miércoles 12 de marzo la tradicional marcha de los jubilados y pensionados de los miércoles tomó un cariz más trágico que de costumbre: ese día, además de haberse detenido a 124 personas según el Ministerio de Seguridad de la Nación, fue gravemente herido, por el disparo de un gendarme, el fotógrafo Pablo Grillo.

Sobre ese lamentable hecho, el equipo de investigación a cargo del proyecto Memorias sociales del Conurbano Sur: el artivismo político y las demandas de derechos contra las violencias institucionales en democracia, en la intervención del espacio público físico y virtual[1], creó y produjo la intervención Cabina de Enfoque. Hoy: la protesta, con fotografías de Kaloian Santos Cabrera y la última captura de Pablo Grillo antes de ser herido. La muestra se expuso en el edifico Dorrego de la Universidad en el marco de la Semana de las Humanidades y las Artes: sobre el emotivo acto de cierre hablamos con Jesica Miño, miembro del equipo de investigación que dirige Valeria Barbuto, codirige Analía Lutowicz e integran, junto con Miño, María Victoria Rey, Ana Cardoso y Teresa Laborde.

¿Cómo fue el cierre de la muestra?

Muy lindo. Vinieron sorpresivamente el papá de Pablo Grillo, el colectivo de serigrafía Tuca-Tuca Bam, una comisión de Pensamiento Nacional Latinoamericano con su profesor —que organizó el cierre de la cursada en relación con la muestra—, y el fotógrafo Kaloian Santos Cabrera. La actividad reunió exposición, conversatorio y actividades como un taller de fanzines. Tuca-Tuca Bam estuvo serigrafiando en vivo remeras y papeles, según su consiga de construir “armas de creación masiva”. Al mismo tiempo, que estuviera el papá de Pablo y se diera una charla espontánea con él, fue muy significativo. También con Kaloian hubo una charla informal con Tere Laborde, en la que el fotorreportero habló sobre el día que atentaron contra Pablo y cómo lo conmovió el hecho.

¿Qué contó sobre ese momento?

En ese momento Kaloian estaba trabajando para la Secretaría de Cultura de la Nación. Nos dijo que muchos de sus colegas, e incluso él, pasaron por el lugar donde estuvo Pablo en el momento en que lo alcanzó el proyectil. Nos dijo también que, como Pablo, muchos de sus compañeros también querrían haber hecho esa foto. Ese miércoles no era un miércoles más, había notado una tensión especial porque los hinchas de fútbol iban a acompañar a los jubilados. Horas después se enteró de lo que había pasado con Pablo y como a las cuatro de la mañana, revisando las memorias y los archivos de sus tomas de ese día, encontró la foto del gendarme que le había disparado, en la que se notaban la insignia y el nombre. Nos contó que tuvo miedo pero después de hablar con colegas y autoridades, no dudó en entregar la foto. Gracias a ella o a ellas —no sé exactamente cuántas tomas eran— pudo aportar a que el gendarme esté procesado en este momento, y a que en algún momento haya justicia por el daño causado. Después, lo echaron del trabajo en la Secretaría… Esa imagen sirvió como prueba, junto con el trabajo que hizo Mapa de la Policía, que pudo relevar el recorrido del proyectil hasta donde estaba Pablo y cómo impactó sobre él.

¿Qué es Mapa de la Policía?

Un colectivo formado por personas de diversas disciplinas autoconvocadas, no solo fotógrafos y fotógrafas: ellos también piden las imágenes que cualquier persona tenga del día de la manifestación, o de lo que sea que hayan visto, y lo mapean. De ese modo se prueban y se evidencian los abusos de autoridad y la violencia institucional contra las personas, y también contra los trabajadores y trabajadoras que están en las marchas: últimamente se están ensañando con los fotoperiodistas, que son perseguidos para que no registren ciertos acontecimientos. Mapa de la Policía trabaja en conjunto con las personas que estuvieron ahí a través de redes, les piden los balcones a los vecinos para poder sacar fotografías, también en algún en un momento tuvieron drones. Al ir apareciendo estas pruebas, fue cambiando también el discurso oficial. Ahí estamos hablando de cuánto sirve que la gente, a pesar del miedo y de tanta violencia, siga participando, porque si no fuera así tendríamos una sola voz contándonos los hechos con el riesgo de terminar naturalizando lo que nos dicen las autoridades.

¿El equipo de investigación armó la muestra?

Sí. A mí me invitaron a participar en el equipo este año, pero las chicas vienen trabajando desde el año pasado. El proyecto tiene una financiación Amílcar Herrera. Está enfocado directamente en “artivismos”, la palabra que utilizamos en referencia a las intervenciones en el espacio público tanto físico como virtual, en relación con las violencias institucionales en democracia, con anclaje territorial. Estas experiencias intervienen en el espacio público para visibilizar conflictos, y construir memorias sociales desde perspectivas no hegemónicas. La idea en este caso fue lo sucedido con Pablo Grillo, quien justamente es vecino de la zona. También recopilamos todo lo que se armó para que el caso tuviera visibilidad: los festivales, los semaforazos en Hipólito Yrigoyen… Se trata de pensar en esos procesos a través del arte y a través de los movimientos activistas, para poder visibilizar casos de violencia institucional como el que se dio en esta situación. Y cómo el activismo social tiene una forma de empujar una agenda política desde el arte. Se trata de pensar la concientización de la comunidad desde otro lugar, y pensar también en un eje común de estas prácticas para seguir apropiándose del espacio público a pesar del miedo a salir a la calle, porque la intencionalidad de la represión es, justamente, “no salgas”.

Si pensamos al espacio público como algo efímero y polisémico, es interesante ver cómo en algunas esferas se puede pensar a la acción artística como parte de visibilizar y de construir o reformular algunos casos relacionados con todo lo que sucede hoy, que es muy significativo, y que, desde otros tiempos, tiene un registro en toda Latinoamérica: por ejemplo, el Siluetazo que se hizo en los primeros años de democracia. Nosotras consideramos cualquier manifestación artística: arte, música, danza… Consideramos también que el territorio virtual tiene que ver con la esfera de lo público: Mapa de la Policía, por ejemplo, tiene una acción concreta desde las redes y también de intervención pública en el momento de las movilizaciones.

Además de formarse identidades hacia adentro de los colectivos, ¿hay un proceso de simbolización “hacia afuera”, que permite reconocer estas identidades mediante las prácticas artísticas?

Sí, uno va recabando ciertos sentidos que van configurando identidades colectivas a partir de ciertos simbolismos. Se van sumando elementos que después son fáciles de reconocer. Por ejemplo, ya hay una imagen de Pablo que tiene una frase especial, y uno sabe que eso tiene que ver con ese caso.


[1] Proyecto alojado en el Departamento de Humanidades y Artes y en el Instituto de Justicia y Derechos Humanos.

Fotos: @tallerdefanzines

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