La tercera edición del Festival Internacional de Cine de la Provincia de Buenos Aires (FICPBA) tuvo a nuestra universidad como una de sus sedes. Durante cuatro días, distintos directores y directoras presentaron sus films y debatieron en torno a diversas temáticas.
En ese contexto, charlamos con Dolores Tezanos, realizadora del documental Esther está acá; José Campusano, que dirigió Pelayo por Campusano; y Gonzalo García Pelayo, protagonista del film anteriormente mencionado y director de cine español. Los tres integran la Red Internacional de Clusters Audiovisuales.
¿Cómo llegás a Esther Hermitte, figura central de tu documental?
DT: Es una búsqueda un poco personal, pero también académica de quien fuera la primera antropóloga social argentina y su desempeño en Chiapas (México). Trabajamos en el contexto de la Red, así que nos fuimos con un grupo de compañeras hasta Villa Las Rosas, Chiapas, a ver un poco el lugar donde ella hizo su trabajo de campo y por eso el título del documental que es muy antropológico. De todas formas, no es una película antropológica, es una road movie de divulgación.
¿Cómo es filmar en Red?
DT: Es realmente muy enriquecedor, interesante, o sea, hay sedes en México, Bolivia, Uruguay, Argentina y ahora en Brasil. Nos encontramos cada dos años en lo que llamamos el FIRA —Festival Internacional de Realización Audiovisual—, a hacer películas. Ahí hay aportes de cuestiones diferentes del hacer audiovisual, además de que se generan vínculos, coproducciones. Es un espacio muy interesante para transitar, aparte de ser cooperativo, comunitario y autogestivo.
¿Qué ocurre con el financiamiento?
DT: Justamente es la autogestión lo que nos mueve siempre. En cada película, el director o la directora busca los recursos para gestionar su propio audiovisual y, después, vamos juntando apoyo, alguien que pone una casa, otro una cámara, así que, entre todos, vamos armando un poco las historias.
La película Pelayo por Campusano es un diálogo con García Pelayo mientras filman en Asia, ¿cómo fue esa experiencia?
JC: Bueno, con Gonzalo tenemos ya una relación de varios años y veníamos filmando juntos seis, siete películas de corrido. Entonces, se nos presentó la posibilidad de ir a filmar a Camboya y a Vietnam, y entonces, dijimos “aprovechemos esta movida que es bastante atípica y hagamos un documental sobre el proceso y la mirada que tenemos sobre el cine”, que a veces es concordante y otras discordante. Lo establecimos como un documento de época y fue una experiencia muy grata.
¿Cuál es tu mirada sobre el cine, Gonzalo?
GGP: Mi mirada se basa en una radicalización del individuo para de alguna manera individualizarse precisamente de lo que es un colectivo, que yo creo que ocupa demasiado espacio en nuestra mente y en nuestra vida. Y eso es un poco lo que me ha llevado a hacer estas dos películas que íbamos a rodar en el sudeste asiático. Yo ya había estado previamente y quise repetir la visita por un motivo especial, que podrán ver en la película. Disfrutamos mucho del viaje y de la experiencia. Las películas están exhibidas ahora mismo en Internet, o sea, que pueden verse inmediatamente.
¿Funciona lo cooperativo en la industria cinematográfica?
JC: Para mí es lo único que funciona, porque lo audiovisual es siempre un campo de batalla, un lugar de trinchera, de resistencia. Hay cierto poder en las sombras que es bastante avasallante y que no va a permitir nunca que ese poder lo tenga la propia gente. Entonces, tenemos afectadas las áreas de distribución, las salas de exhibición, porque están en manos de ese poder que domina absolutamente todo. Nosotros estamos en otro lugar, realmente, porque no hay en el mundo otra red cooperativa, que faculta un cine posible que sí necesita la sociedad, porque si no solo quedan las corporaciones. Lo importante es que no paremos de filmar y eso es lo que claramente nos une: la pasión por rodar, en cualquier condición, lluvia, terremoto, no importa, vamos igual.
¿Se puede ser autogestivo y exitoso?
JC: Mirá, que vos puedas hacer durante años solo el cine que vos amás, eso es un éxito, más allá de la taquilla, el dinero o la legitimación. Si tenés conexión con la sustancia, todo es posible. Creo que no hay nada más triste que llegar a una edad avanzada y mirarte al espejo como un fracasado. Tenías condiciones, oportunidades, ¿por qué no lo hiciste? ¿Qué te faltó? ¿Qué no tuviste? Hoy en día, que un teléfono móvil tiene mil prestaciones y una cámara muchísimo mejor que la que usaban (Sergei) Eisenstein, Chaplin o (David Wark) Griffith…
GGP: Mis últimas películas están rodadas nada más que con celulares. Todo, absolutamente todo, es más, ahora vengo de rodar en Andalucía; he rodado tres películas, todo con celulares también. Es decir, yo ya me he apuntado al celular prácticamente, es más efectivo que muchas cámaras que ya quedaron obsoletas. Hay que aprovechar hasta lo último que haya de avance tecnológico, porque eso nos favorece.
¿Qué piensan de estas iniciativas como el FICPBA, en las que el cine llega a las universidades?
DT: Me parece muy importante que el cine llegue a las universidades y que también salga de los centros más importantes. Este festival puede tener una ramificación que para mí es clave para generar nuevas audiencias y conservar la pantalla grande.

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