Manuel Ugarte —escritor, diplomático y político argentino, y referente del pensamiento nacional latinoamericano— ya tiene su película: el próximo jueves 23 de noviembre a las 18 horas se estrena en el cine Gaumont “Manuel Ugarte, el destino de un continente”.
El film del historiador y divulgador Felipe Pigna contó con el apoyo de Cancillería Argentina y una intensa colaboración de la gente de nuestra universidad: Mara Espasande, directora del Centro de Estudios Manuel Ugarte; del docente e investigador, Facundo di Vincenzo; del director del departamento de Planificación y Políticas Públicas, Francisco Pestanha; y del secretario de Investigación y Posgrado, Marcos Mele.
La dirección estuvo a cargo de Martín Pigna y Federico Molnar: “Fue una responsabilidad hacer una película sobre Manuel Ugarte, estuvimos un año y medio trabajando, fue un documental de los más difíciles que hicimos. Además de elegir los mejores textos e imágenes, teníamos que transmitirle a la gente lo que fue Manuel, alguien tan olvidado que tiene apenas una calle en el barrio de Núñez, y no mucho más”, le dijo Martín Pigna a Viento Sur. Con él hablamos sobre la filmación y los contenidos de una película imprescindible para los tiempos que nos toca vivir.
Ugarte no es una figura muy conocida. ¿Cómo surgió la idea de hacer un documental sobre él?
La propuesta llegó de Santiago Ceria —sobrino nieto de Manuel Ugarte—, quien siempre tuvo la idea de hacer algo vinculado a su tío abuelo tratando de rescatar su figura injusta e intencionalmente olvidada porque su pensamiento incomodaba al poder de turno. A Santiago le atraía también la figura de Felipe como un divulgador de temas históricos y le parecía interesante que pudiera tener su enfoque.
¿Cómo siguió el proceso?
Tuvimos una primera reunión con Santiago para hablar de si era posible o no hacer una película. Estamos hablando de un personaje que falleció en 1951, cuando no había registros sonoros: por ejemplo, no le conocemos la voz a Manuel. Por suerte había un gran caudal de material en el Archivo General de la Nación que nos permitió empezar a encarar el proyecto con otra perspectiva. Hay que tener en cuenta que se trata de un producto audiovisual y tiene que ser atractivo para que la gente pueda empatizar con lo que ve. Después hicimos una gran investigación, leímos sus libros y escritos, vimos todo lo que expresaba y dijimos “sí, podemos empezar a hacer un documental”. Nos preguntamos entonces cómo hacer para que sus textos se vieran representados de alguna manera, ya que las palabras de Manuel son extraídas de sus libros, no provienen de un lenguaje hablado. Ahí se nos ocurrió recurrir a un actor amigo, Leonardo Sbaraglia: cuando le sugerimos ponerle la voz al querido Manuel dijo que sí, así que logramos algo muy lindo. Leonardo lo vuelve a la vida a Manuel.
¿Cómo lograron las imágenes de la película?
Se nos ocurrió llamar a un animador con el que trabajamos desde hace tiempo, para poder hacer un contenido más ameno. Al contar con Leo y con el animador se nos hizo más fácil encarar el documental. Con animación, con algunos otros recursos, fuimos complejizando al personaje y dándole vida. Sumó también mucho la posibilidad de viajar. Filmamos en distintos lugares con apoyo de Cancillería: en México y en Cuba —países donde Manuel fue embajador—, Nueva York, y en Niza donde vivió gran parte de su vida y escribió la mayoría de sus libros.
Hay una obra de Adriana Genta, La pecadora, que toma el intercambio epistolar entre Manuel Ugarte y Delmira Agustini. ¿Esta instancia aparece en el documental?
Sí, para eso contamos con Natalia Oreiro. El amor platónico con Delmira Agustini, interpretada por Oreiro, es una historia chiquita dentro de la película. La figura de Delmira es reconocida no solo en Uruguay sino también en Latinoamérica, sobre todo por lo atrevido de su obra a principios del siglo XX. Es una historia muy triste y muy tremenda, que está en la película e implica de alguna manera homenajearla. Son unos textos tremendos, muy bien interpretados por Leonardo y Natalia.
Mostrar esta historia debe de humanizar la figura de Ugarte…
Totalmente. Manuel fue una persona muy humana, y esta es una de las muestras: tomar contacto con la realidad y el mundo que habitamos. Él hace una campaña extraordinaria que para la época era impensada: un intelectual que ya publicó con gran éxito su primer libro y recorre toda América tratando de avisar a los jóvenes y al movimiento obrero qué estaba pasando con el monopolio estadounidense y cómo EE.UU. iba a querer invadir la región. Una de las cosas que más nos sorprendió haciendo la película fue la vigencia de sus escritos: incluso en los primeros, de 1901, 1902, ya hablaba de deuda externa, de cómo iban a propagar que los países se endeudaran y no pudieran pagar sus deudas, ya decía —antes de que se creara YPF— que el petróleo tenía que ser nacional porque es un commodity importantísimo para poder autoabastecerse y desarrollar la industria. Estaba siempre velando por la unidad latinoamericana: sostenía que teníamos que crear los Estados Unidos de Sudamérica y hablaba del desmembramiento de América, de esas patrias con tanto en común que se daban la espalda y no lograban fomentar una unidad. Manuel era una persona muy completa que no dejaba de ser muy sensible y muy humana, que escribía mucha literatura y poesía y que termina teniendo a sus amigos de las letras como Gabriela Mistral y otros, haciendo colectas para poder ayudarlo económicamente. Habiendo sido una persona de muy buen pasar económico —todos los viajes fueron financiados por su padre y por él— la pobreza del final hablaba de su desinterés por el dinero.
¿Cómo fue el trabajo con la gente de la Universidad?
Fue fundamental porque los que nos guiaron fueron ellos. Mara Espasande, Marcos Mele, Facundo di Vincenzo y Francisco Pestanha fueron nuestros grandes mentores, de otra forma hacer la película habría sido muy complicado. Los que saben de Ugarte más que nadie, son ellos. Es para destacar mucho el laburo que hacen en la Universidad, son los siguen manteniendo el legado de Manuel, que tratan que los chicos lo sigan leyendo. El rol de la UNLa fue clave y en la película aparecen entrevistados todos: son parte de este relato coral que vamos haciendo Felipe, Leonardo Sbaraglia y obviamente Santiago Ceria, el sobrino nieto de Ugarte. También quisimos contactar a Norberto Galasso pero todos sabemos que está pasando un momento muy difícil. Además en la película tratamos de homenajearlo a él, que fue el primero que en nuestro país rescató a Ugarte del olvido con su tremenda biografía, de dos tomos. Algo muy interesante es que ese libro, editado por Eudeba, fue uno de los más quemados durante la dictadura.
¿Cuáles son tus expectativas con respecto a la película?
Para nosotros básicamente es ver las caras de los espectadores y que se emocionen con la película. Y que la vea la mayor cantidad de gente posible. Estamos atravesados por el ambiente electoral y todo lo que puede llegar a venir, y esta película en ese sentido tiene mucha actualidad. Los discursos de Manuel podrían ser tranquilamente trasladados a nuestros días. Es una película que invita a la reflexión. Nos invitaron a ir los espacios INCAA, queremos presentarla en el interior y por supuesto en la Universidad de Lanús. Y después enviarla a algunos festivales. Nos contactó también la gente de Cancillería, que ya nos garantizó que se va a pasar en embajadas argentinas en el exterior. Fue muy lindo descubrir el rol de Manuel como embajador, a pesar de que fue muy corto y accidentado. Fue su único puesto político, durante el gobierno de Perón. Contamos en la película cómo fue su encuentro con Perón, en quien Manuel veía una figura que le generaba esperanza al pueblo y levantaba la bandera de los trabajadores.
Cine Gaumont, Av. Rivadavia 1635, Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Sala Leonardo Favio. Del jueves 23 al domingo 26 de noviembre.
Duración: 79 minutos.
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