No parece casual que en este año 2023, después de todo lo vivido, sufrido y aprendido durante la pandemia de Covid-19, nuestro billete de mayor valoración honre a personas e instituciones focalizadas en la salud argentina. En efecto, el flamante billete conmemorativo de 2000 pesos fue diseñado en homenaje a la salud pública, al desarrollo de la ciencia y al de la medicina en la Argentina: lleva en el frente las imágenes de la Dra. Cecilia Grierson y el Dr. Ramón Carrillo —precursores en el desarrollo de la medicina en nuestro país— y en el reverso la del Instituto Malbrán.
Cecilia Grierson (Buenos Aires, 1859-1934) fue la hija mayor de seis hermanos, y para ayudar a su familia trabajó como maestra primaria hasta que la enfermedad y muerte de una amiga le despertó la vocación médica. En 1889, a los 30 años, se graduó en la facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires: no solo era la primera médica del país, sino también de toda América del Sur. Tras recibirse ejerció como obstetra y kinesióloga, pero no logró trabajar nunca como cirujana: a pesar de tener el título habilitante, no le permitieron hacerlo por el solo hecho de ser mujer. Grierson fue la creadora de la primera escuela de enfermería de América Latina con un plan de estudios formal, miembro fundadora de la Asociación Médica Argentina y la precursora de la idea de abrir salas de primeros auxilios en los diferentes pueblos para ayudar con la asistencia primaria a los enfermos. En 1892 colaboró en la realización de la primera cesárea que se hizo en la Argentina. Haciendo caso omiso de su capacidad y su experiencia, en 1894 se presentó en un concurso para cubrir el cargo de profesora sustituta de la cátedra de Obstetricia para Parteras y el concurso fue declarado desierto: en ese tiempo las mujeres tenían prohibido ejercer la docencia universitaria. Fue pionera en el tratamiento de niños discapacitados y en la primera década del siglo XX, como miembro del Partido Socialista Argentino, Cecilia Grierson extendió sus reclamos a favor de la obtención de derechos civiles y políticos para las mujeres, y participó en los primeros congresos feministas que se realizaron en el país, con demandas que apuntaban a conseguir más oportunidades educativas y de trabajo para las mujeres.
Años después, Ramón Carrillo (Añatuya, 1906-Belén do Pará, 1956) fue una de las personalidades más importantes en la historia sanitaria de la Argentina: neurocirujano, neurólogo, médico sanitarista, y el primer ministro de Salud de la Nación. Siendo profesor titular de la Cátedra de Neurocirugía en la facultad de Medicina de la UBA, abandonó una brillante carrera de neurólogo para dedicarse al desarrollo de la medicina social. Durante su gestión como ministro de Salud Pública —la cual duró ocho años, entre 1946 y 1954— Carrillo duplicó la cantidad de camas hospitalarias disponibles en todo el país; creó una importante número de hospitales públicos; teorizó sobre la organización hospitalaria; creó la primera fábrica nacional de medicamentos (ENESTA); erradicó en dos años enfermedades endémicas tales como el paludismo; terminó con epidemias tales como el tifus y la brucelosis, y redujo drásticamente el índice de mortalidad infantil; en ese tiempo, además, se realizaron campañas masivas de vacunación y se impuso la obligatoriedad del uso del certificado de vacunación para las escuelas. Ramón Carrillo impulsó también la incorporación del tren sanitario que recorría el país durante 4 meses al año haciendo análisis clínicos, radiografías, asistencia médica y odontológica a pobladores de todos los rincones de la Argentina. “Todos los hombres tienen igual derecho a la vida y a la salud” decía, y trabajó durante toda su existencia para hacer realidad este precepto.
El reverso del flamante billete lleva la imagen de la Administración Nacional de Laboratorios e Instituto de Salud Dr. Carlos Malbrán. “El Malbrán” es un organismo público descentralizado cuya misión fundamental es participar en las políticas científicas y técnicas vinculadas a los aspectos sanitarios. Fue fundado en 1893 con el objetivo de elaborar productos biológicos para tratar enfermedades infectocontagiosas, y adoptó su nombre actual en 1941. Con más de cien años de historia, es un organismo de referencia nacional y regional en el que trabajaron importantes científicos, tales como los premios Nobel Bernardo Houssay y César Milstein. Desde hace más de 40 años el instituto coopera con OPS/OMS como centro colaborador, realizando investigación en enfermedades tales como la polio, la tuberculosis, la enfermedad de Chagas y las infecciones por arbovirus; también ha realizado importantes aportes en la respuesta a pandemias, como fue el caso de la gripe A (H1N1) en el año 2009 y la más reciente de COVID-19, durante la cual “el Malbrán” fue mencionado en forma recurrente.
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