“La Argentina ha comprendido cabalmente, así como lo hicieron varios otros países que han experimentado la tragedia que sobreviene a una nación cuando se cometen atrocidades, el valor de una Corte Internacional permanente y la oportunidad histórica que esta representa. La Argentina, y muchos otros estados representados en la Corte, aprovechó ese momento crucial, y quiero aprovechar esta oportunidad para expresar mi reconocimento por ese visionario liderazgo colectivo y compromiso en la lucha contra la impunidad”. 

Fatou Bensouda

 

En abril pasado la Fiscal de la Corte Penal Internacional Fatou Bensouda vino en su primera misión a la Argentina, acompañada por una importante delegación. Aquí participó en una conferencia de alto nivel por el 20º aniversario de la adopción del Estatuto de Roma que dio nacimiento a la CPI, mantuvo una serie de encuentros bilaterales con autoridades, y concurrió al campus de Remedios de Escalada a recibir el Doctorado Honoris Causa de la Universidad Nacional de Lanús.

La página web de la Corte Penal Internacional cita que, durante su visita a la UNLa, Fatou Bensouda “agradeció a la Universidad por recibirla a ella y a su equipo, y por el notable compromiso de la Universidad por despertar conciencia y por la promoción de las responsabilidades por crímenes de atrocidad y graves violaciones a los derechos humanos”. El acto de entrega del Honoris Causa se desarrolló en el Aula Magna, donde acompañaron a Bensouda la rectora Ana Jaramillo, la Defensora General de la Nación Stella Maris Martínez, el director del Instituto de Justicia y Derechos Humanos “Eduardo Luis Duhalde” Gustavo Palmieri y Vera Jarach, Madre de Plaza de Mayo Línea Fundadora.

Al día siguiente Fatou concurrió con su comitiva al Museo Sitio de Memoria ESMA y al centro que el EAAF (Equipo Argentino de Antropología Forense) tiene en el mismo predio. Durante el recorrido la Fiscal Bensouda se conmovió ante las historias y los documentos que expresan el horror de los crímenes perpetrados durante la dictadura cívico-militar, magnificado por el hecho de encontrarse en el mismo lugar donde centenares de hombres y mujeres debieron enfrentarse a la tortura y a la muerte y decenas de recién nacidos fueron separados de sus familias de origen.

“Es muy impresionante lo que he visto hoy, y creo que está muy bien hecho –dijo Bensouda al terminar el recorrido-. Toda persona que venga y siga este proceso podrá tener un pleno entendimiento de lo que ocurrió aquí. Creo que aun antes de empezar a pedir justicia es preciso saber la verdad de lo sucedido, y es críticamente importante saber qué pasó para saber cómo salir de ello. Al ir recorriendo los cuartos de este lugar se tiene realmente una muy clara idea, casi un conocimiento de primera mano de lo sucedido. Después de todas las misiones impresionantes que hemos tenido, de ver las cosas horribles que le están pasando a la gente, al final de este recorrido nos sentamos y pudimos ver que los juicios tuvieron lugar, y que la gente pudo condenar a los perpetradores: eso es justicia, eso es rendición de cuentas. Y los juicios siguen ocurriendo”.

 

¿Piensa que el hecho de que la Argentina haya hecho y siga haciendo justica, ha tenido impacto en el campo de las leyes y los derechos humanos internacionales?

-Lo primero que quiero señalar es el esfuerzo por hacer justicia, por aceptar la historia que ha tenido lugar en este país, y por aceptar el hecho de que hubo gente responsable por ello; y también hacer esfuerzos por que se tome nota de aquellos que perpetraron esos actos. Esto es importante no solo para la Argentina, sino también para todos los países del mundo. Hemos visto a lo largo del tiempo e, incluso ahora, vemos que se cometen crímenes atroces en casi todo el mundo. La gente que comete estos crímenes no debe tener la idea de que simplemente puede salirse con la suya, que pueden hacerlo y nada va a pasar. Hay una lección que mucha gente puede tomar de esto, no solo en la Argentina sino también en todo el mundo. Con respecto a mi trabajo en particular, como Fiscal de la Corte Penal Internacional, también a cargo de muchos casos en los que se han cometido crímenes atroces, crímenes de guerra, crímenes contra la Humanidad, genocidio, todo esto es un ejemplo para nosotros, para nuestros casos.

 

-Hace un rato usted se emocionó al visitar el espacio que se destinaba en este centro clandestino a las mujeres embarazadas. ¿Qué siente como mujer, al pensar en ellas y en los recién nacidos que fueron apropiados?

-Esto es muy malo, muy desafortunado. Es un problema que también nosotros tenemos. A partir de todas las experiencias que he afrontado como Fiscal de la Corte Penal Internacional, estamos haciendo varios esfuerzos por frenar los crímenes sexuales y por motivos de género en los países, pero también los crímenes contra los niños y que afectan a los niños. En cada conflicto hay violencia dirigida contra las mujeres y violencia dirigida contra los niños. Esto es inaceptable y preocupante. Desde que fui elegida Fiscal Adjunta y luego cuando fui elegida Fiscal General de la Corte Penal Internacional, vi que podía usar mi lugar como Fiscal de la CPI para hacer que los crímenes sexuales y por motivos de género sean una prioridad para nosotros. La investigación y la acusación de este tipo de crímenes se han vuelto prioritarias para nosotros. En el segundo o tercer año como Fiscal tuve la oportunidad de lanzar una política sobre crímenes sexuales y por motivos de género, y una política sobre los crímenes contra niños y que afectan a niños. Son dos políticas integrales que ya han sido promulgadas por mi oficina. En estos momentos mi staff está concentrado en ver cómo estas investigaciones pueden ser bien hechas y cómo las acusaciones por estos crímenes también pueden ser hechas de la mejor manera, tanto para los crímenes sexuales y por motivos de género como para los que se dirigen contra niños. Hemos visto cómo estas situaciones afectan realmente a estos grupos, cómo mujeres y niños se vuelven muy vulnerables en ocasión de conflictos. Estamos tratando de ser más efectivos en nuestras investigaciones y acusaciones, y tratando de integrar el análisis de género en todos los aspectos, como así también los crímenes contra niños.

Cuando vi ese cuarto para mujeres embarazadas me afectó emocionalmente porque de nuevo trajo a mi atención el hecho de que esto sucede en todas partes y de que tenemos que continuar la lucha quienes somos privilegiados al ocupar posiciones que pueden ayudarnos a hacer algo. Y que tenemos que hacerlo juntos. No solos. Cada uno puede traer a la mesa lo que tenga, y veremos qué es lo mejor para abordar estos temas.

También me emocioné mucho porque uno encuentra que estos crímenes se sufren por no haber hecho nada. Solo por ser quienes son: por ser mujeres o por ser niños.

 

-En este caso, también jóvenes. Ayer usted conoció a Vera Jarach. Su hija, Franca, quien estuvo detenida en este lugar, tenía 18 años…

-Sí, absolutamente. Se ha hecho mucho, todos nosotros hacemos esfuerzos para tratar de ver cómo ayudar, pero se necesita hacer mucho más. Tenemos que comprender eso y aceptarlo mientras seguimos avanzando. Todos los seres humanos.

 

-Usted es Fiscal General de la Corte Penal Internacional, pero, ¿qué podemos hacer nosotros, como gente común, para frenar estas atrocidades?

-Oh, cuando digo “todos nosotros”, quiero decir la gente común, las ONG’s, la sociedad civil, los gobiernos… La gente que, como los Fiscales, ocupamos estas posiciones donde tenemos la ocasión y la capacidad para hacer algo. Pero todos tienen un rol que cumplir, se necesita que todos hagamos algo sobre esto.

 

-Usted dijo que un día, cuando era joven, pensó que quería luchar contra la injusticia. ¿Cuántos años tenía, cómo apareció esta idea?

-Acababa de terminar la escuela secundaria y tomé una especie de trabajo de verano, un trabajo interino en la Corte. Tuve la suerte de estar sentada en la sala de la Corte con el juez. Y leía los casos antes de que empezaran, y me sentaba allí durante los casos y tomaba notas para el juez. Entonces me di cuenta de que estaba pasando mucho de esto, que había casos que eran traídos a la Corte de violencia doméstica, de abuso sexual, y vi que había por supuesto abogados hombres, y que eran principalmente abogados hombres los que ejercían la defensa. Mientras tanto pensaba para mí “bueno, como mujer, puedo relacionarme con lo que pasa quizás mejor que ellos”. A causa de mi género, esa era la ventaja. Siempre estaba diciéndome a mí misma “bueno, no podemos simplemente sentarnos y mirar estos casos como si fueran el trabajo usual”, y entonces pensaba “¿qué puedo hacer? ¿cómo puedo ser útil, cómo puedo contribuir, cómo puedo ayudar?”. Y me di cuenta de que era importante que me preparara: cuando digo “prepararme”, una de las primeras cosas que me dije que había que hacer era tratar de ser una abogada. “Creo que esa es la manera en la que puedo ayudar”, pensé. Y me dije “voy a tratar de estudiar para desarrollar capacidades en un cierto clima social, tengo que ser capaz de hacer una contribución completamente positiva”.

 

-Estos días usted conoció a Madres de Plaza de Mayo, a Abuelas de Plaza de Mayo. Ellas también son mujeres fuertes.

-Grandes mujeres, que provocan una gran admiración por lo que han hecho por años. Solo para asegurar que las víctimas de estos horrendos crímenes busquen justicia, que sus familias busquen justicia, porque este tipo de crímenes es siempre perpetrado contra alguien pero no afecta solo a esa persona. Afecta a toda la familia. Afecta a toda la sociedad. Creo que es una manera de tratar de romper el tejido social. Es por esta razón que enfatizo aquello de que todos podemos hacer algo. Todos tenemos un rol que cumplir y tenemos que tratar de explotarlo tanto como podamos.

 

-¿De qué manera estos crímenes nos afectan a todos?

-Afectan a todos y a cada uno. Afectan a la sociedad como un todo. Si formamos la sociedad, una mitad no puede moverse sin la otra. Creo que el progreso de la Humanidad también significa el empoderamiento de las mujeres. El empoderamiento de las mujeres es ante todo ver que las mujeres no sean puestas en desventaja, ya sea por medios económicos, o a través de crímenes: del modo que sea, las mujeres no deben ser puestas en una posición en la que no pueden exhibir todo su potencial. Desafortunadamente someter a las mujeres a crímenes sexuales, tratar de romper su dignidad, todos estos crímenes, afectan el progreso de la sociedad. Tenemos que luchar continuamente, y yo digo que no solo las mujeres deberíamos afrontar esta lucha: creo que los hombres también tienen que dar esa pelea. Juntos, apoyando a las mujeres, para asegurarnos de conseguirlo.

 

 

C.V.
Fatou Bensouda nació el 31 de enero de 1961 en Banjul, Gambia. Luego de estudiar Derecho en Nigeria regresó a su país, donde siguió estudiando y se convirtió en la primera mujer gambiana especializada en Derecho Marítimo Internacional y Derecho del Mar. Entre 1987 y 2000 se desempeñó como funcionaria en diversos cargos en Gambia: Consejera de Estado, Fiscal General, Directora Adjunta del Ministerio Público, Procuradora General, Secretaria Jurídica de la República, Fiscal General y Ministra de Justicia. A través del Tratado de la Comunidad Económica de Estados del África Occidental (CEDEAO) participó activamente en las negociaciones para la integración económica de esa región africana. Fue delegada en conferencias de Naciones Unidas sobre prevención del delito, en la organización de las reuniones ministeriales de la Unidad Africana sobre Derechos Humanos y en las reuniones de la Comisión Preparatoria de la Corte Penal Internacional. Se desempeñó como Fiscal Adjunto a cargo de la División de la Fiscalía de la Corte Penal Internacional desde 2004. En 2011, por consenso en Asamblea de los 121 Estados miembros del Estatuto de la CPI, fue elegida Fiscal Jefe de la misma, cargo que ejerce desde 2012 como primera mujer al frente de este organismo. Entre otros premios y distinciones, es Doctora Honoris Causa de la Universidad Nacional de Lanús por Resolución 00123/17 del Consejo Superior de la UNLa de fecha 17 de agosto de 2017.

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