En abril de 1970, Paul McCartney anunciaba que dejaba definitivamente a los Beatles. La noticia, repetida hasta el hartazgo en la prensa de todo el mundo, conmovió a millones de personas. Era el fin de una era que había comenzado en 1960 sobre el telón de fondo de la Guerra Fría, en la que los jóvenes se concibieron por primera vez en la historia como generación, y se convirtieron en protagonistas de los debates, las acciones y las expresiones artísticas y culturales.

Durante esa década turbulenta la música de los Beatles fue evolucionando y complejizándose junto con el desarrollo de los sectores jóvenes de la sociedad, que esperaban año a año el lanzamiento de un nuevo “long-play”. Hoy, a 55 años de su separación, los Beatles siguen siendo un clásico que resiste el paso del tiempo y se sitúa más allá de las preferencias, las edades y las ideologías. Le preguntamos las razones de este amor que sobrevive a Bernardo Suárez, Magister en Análisis del Discurso, investigador y docente de grado y posgrado en universidades públicas y privadas. Suárez es autor de The Beatles: arte y vanguardia en la sociedad de masas, publicado por Eudeba en 2023, donde explora los contextos global, local e individuales que atravesaron la producción de la música de “los cuatro de Liverpool”.

¿Por qué los Beatles?

El libro empieza justamente con esa pregunta. En su momento, ellos coinciden con grupos musicalmente mucho mejores: en Estados Unidos, por ejemplo, estaba Bob Dylan. Pero los Beatles hacen una reelaboración en la que caben tanto la onda rocanrolera de Elvis Presley como la música local de la isla: las marchas, el music-hall y la música celta. Para mí eso es lo que ellos reinventan. Tenían una usina compositiva que no se volvió a juntar: Lennon, McCartney y Harrison. Hay también una búsqueda interesante de la experimentación. En 1964 ellos viajan a Estados Unidos y se produce algo, una repercusión que jamás se volvió a ver, con un nivel de masividad impresionante en un tiempo en que el marketing musical todavía no estaba muy desarrollado. En una parte del documental Eight days a week de Ron Howard, se les pregunta a varias personas qué representan los Beatles para ellos: muchos dicen que los ven como si fuesen amigos. Hay también algo muy interesante con respecto a la colectividad negra. Cuando ellos llegan a EEUU sigue habiendo una discriminación racial muy fuerte en el sur, por donde ellos tienen programada parte de la gira. Y ahí dicen que si el público es discriminado por su color, los Beatles no van a tocar. Que Lennon dijera, incluso, que escuchaba músicos negros, era como tirarles las conductas discriminatorias en la cara. En su testimonio, la actriz Whoopi Goldberg dice que ella fue a ver a los Beatles y sentía que no eran ni blancos ni negros, que eran como sus amigos, y dice también algo que a mí me identifica: que lo que hacen es una música en la que uno es bienvenido. Después de esa gira del 64 sí empieza el marketing: figuritas, pelucas, posters: enseguida la industria ve el furor que provocan y empieza a lanzar todo tipo de productos.

¿Qué pasa en 1966?

Ellos venían de grabar Revólver en estudio, un disco sofisticado, y después hacen una gira por Alemania Occidental, Japón y Filipinas en la que la pasan mal. Había muy poca previsión. Tocaban en un estadio con los mismos equipos con que tocaban en un saloncito, el sonido salía por la voz del estadio: lo único que se escuchaba era eso y los gritos de la gente. Ringo decía que siempre se perdía porque no escuchaba y que llevaba el ritmo por lo que veía, que era cómo movían la cola los tres que estaban adelante: John, Paul y George. En Japón tocaron en un lugar que era sagrado, no llenaron ese lugar pero después se la tuvieron que ver con la parte más religiosa de los japoneses. Llegaron a Filipinas y los esperaba Imelda Marcos, que se sintió desairada porque no fueron a visitarla y terminaron en problemas con los filipinos adictos al régimen de Marcos. A la vuelta a esa gira Harrison dice que se quiere ir del grupo. Se toman un breve descanso y se juntan en el estudio sin suspender todavía las giras, que terminan con el concierto en San Francisco un par de meses después.

Para mí el disco pivote fue Revólver, cuando empiezan a cambiar un poco todo, y dejar de disfrutar de las giras porque las padecen. Se encierran en el estudio, se ponen a investigar con los sonidos, ya están en distintas búsquedas. Empiezan a incorporar instrumentos orientales, a experimentar más. En esta etapa es muy importante el productor George Martin —director musical y para muchos “el quinto Beatle”—, que había sido arreglador de música clásica. Hacen una música que ya no se puede tocar en estadios, porque era imposible reproducirla. En Revólver hay un tema, Tomorrow never knows, que tiene dos tonos y va variando un tono y medio e incorpora muchos sonidos que ellos grababan y después daban vuelta, como una ambientación. La experimentación sonora sigue en Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band, un álbum más conceptual. De todos modos ya desde las primeras canciones ellos hacían algunas cositas raras, como empezar un tema por el estribillo y después ir a la estrofa, o cambios en los ritmos. Por eso se dice que hacen una reinvención del pop.

¿Y el “álbum blanco”?

Lo hacen en el 68, el nombre del disco es “The Beatles” pero se conoce como “álbum blanco”. Es un disco raro donde hay canciones de todos los géneros; algunos dicen que es el disco de cuatro solistas. Más tarde se incorpora Billy Preston como tecladista, que es quien descomprime la situación en la película Let it be. Abbey Road para mí es una joyita por lo prolijo y lo maduro, allí Harrison tiene Something. Y después se separan, con todo lo que eso implica no a nivel de las revoluciones sino de las búsquedas y las experimentaciones. Era el cierre de una época.

¿Estaban realmente enfrentados a los Rolling Stones?

Eso era totalmente marketing. En realidad lo que decían ellos era que la pica a nivel musical era con los Beach Boys, con los cuales se iban midiendo en los discos que sacaban. Se dice que cuando los Beach Boys escucharon She’s leaving home, de Sgt. Pepper, el líder se puso a llorar y suspendió todo lo que pensaba hacer.

¿En qué año, más o menos, se empiezan a difundir en la Argentina?

Los músicos de acá escuchaban a los Beatles en los 60, los tenían como referencia. Charly García dice que un tema de ellos le dio vuelta la cabeza y lo hizo cambiar de rumbo, que si no se habría dedicado a la música clásica.

Los 60 fueron una de tantas épocas complicadas en la Argentina, con golpes de Estado y gobiernos militares. ¿Nunca se censuró a los Beatles, o a sus canciones?

No, nunca se los censuró, al menos que yo sepa. Quizás porque las canciones estaban en inglés y no las entendían…

¿Hay una parte del libro donde se investigan los mitos relacionados con los Beatles?

Sí, por ejemplo con respecto a Abbey Road, hay algo que me llama la atención: el cruce es repeligroso, hubo varios accidentes porque la gente se tira en la calle, escribe en las paredes… O lo que pasó con Liverpool, que antes de los Beatles era un puerto donde entraban las materias primas que llegaban de Estados Unidos y que también se usó para la Segunda Guerra Mundial, por lo cual Hitler bombardeó y destruyó la ciudad. Hoy Liverpool es un polo cultural, hay mucha movida artística en muchos grupos callejeros, mucha música. Joseph Campbell, el estudioso de los mitos, postuló algunos componentes que encuentro que aparecen en la historia de los Beatles: The Cavern, la caverna, el lugar donde ellos empezaron a tocar, bajo tierra. Salieron de ahí y tuvieron Apple, un edificio sobre la tierra. Y aparece también el cielo, por la terraza donde dieron su último concierto.

Y hoy se siguen escuchando…

En la gira del 64 el manager Brian Epstein dijo que en el año 2000 los chicos iban a seguir escuchando a los Beatles. Estamos en 2025 y están nominados para un Grammy 2025 por un tema póstumo que hicieron con Lennon el año pasado. La música de los Beatles se mantiene, escuchás un tema de ellos y puede ser música que estás escuchando en la radio, porque tienen un sonido contemporáneo. Por eso me parece que son un fenómeno único.

The Beatles: arte y vanguardia en la sociedad de masas
“Como mi información tiene que ver con la semiótica y el análisis del discurso, en un momento me dije si sería posible unir dos cosas que me gustan mucho: los Beatles como objeto y la metodología del análisis del discurso —cuenta Suárez sobre la gestación de su libro—. En 2019 hicimos un viaje familiar a Europa con una parada en Inglaterra y fui recabando información. Al volver empezó la pandemia, me puse a escribir toda la noche y a escuchar la música de los Beatles, lo cual me ayudó mucho a transitarla porque en ese tiempo perdí gente conocida. En las ciencias sociales, a diferencia de otras ciencias uno está atravesado por el objeto: en este caso, yo estoy muy atravesado por el objeto”.

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