El 30 de junio de este año tan particular, que quedará marcado en nuestras historias personales y en la historia de la Humanidad como el año de la pandemia, la Universidad Nacional de Lanús a través de esta revista Viento Sur, en la fecha de su muerte en 1959 en la Ciudad de México, rinde homenaje a la figura de un pensador y político mexicano, principal referente del pensamiento iberoamericano y de las políticas educativas tendientes a propiciar los ideales de la igualdad en nuestros pueblos: José Vasconcelos.

En los distintos compendios de la filosofía iberoamericana en el S XX, Vasconcelos es una figura preeminente. En estas antologías se destacan, básicamente, su labor en la Secretaría de Educación, su propuesta sobre la raza cósmica, el pensamiento iberoamericano y sus ideas relativas a la estética. Asimismo, a veces se alude a su participación en el Ateneo de la Juventud y, en lo filosófico, se le identifica como un antipositivista. Esta característica se justifica en el clima de época de su generación y en otros intelectuales tales como Antonio Caso, Alfonso Reyes y Pedro Henríquez Ureña. Todos ellos se caracterizaron por su antipositivismo y por reestablecer los estudios humanísticos en México (Trejo Villalobos, 2010).

José Vasconcelos, como filósofo y como político fue una figura destacada de la organización e ideario de la educación pública en la región. Su obra educativa en México, comparada con la de Domingo Faustino Sarmiento en Argentina y la de José Benito Monteiro Lobato en Brasil, es ejemplo del empeño por la unidad del espíritu de Iberoamérica.  

Los estudiosos de su obra rescatan distintos aspectos: según Sosa Ramos (2000), el proyecto educativo de Vasconcelos es audaz, inteligente y visionario, pero lo más importante es que creyó en el poder de la educación como factor de igualdad social. Para ello señaló la necesidad de contar con libros, maestros y artistas. Entre ellos invitó a sumarse a su trabajo a Pedro Henríquez Ureña y a Gabriela Mistral, entre otros. José Vasconcelos, “el maestro de la juventud de América” fue el creador del lema y escudo de la Universidad Nacional de México («POR MI RAZA HABLARÁ EL ESPÍRITU»). Vasconcelos se hizo eco de la Reforma Universitaria de 1918 en Argentina, movimiento estudiantil ocurrido en la ciudad de Córdoba, nombre que condensó los distintos movimientos estudiantiles, primero en Córdoba y luego en el resto del país y de la región para profundizar las conquistas de autonomía y democratización de la vida universitaria al hacer protagonistas del gobierno de la universidad a los estudiantes. En 1921 organizó el Congreso Internacional de Estudiantes Hispanoamericanos. Con anterioridad había sido designado “Maestro de la Juventud” por estudiantes de distintos países y había fundado la Biblioteca Hispanoamericana, bajo la convicción de que la educación hispanohablante precisaba más libros de autores hispanohablantes y más traducciones al español de pensadores que escribieron en otros idiomas.

El concepto de “hispanoamericanos” o “iberoamericanos” admite muchas resignificaciones y valoraciones durante el proceso de colonización española sobre los territorios americanos y las etapas de descolonización. La generación de los pensadores de la época de Vasconcelos está marcada ya no tanto por la necesidad de liberarse de los tutelajes de la colonización española, como podría haber sido el caso de nuestros pensadores tales como Echeverría, Alberdi o Sarmiento, sino por el avance de los Estados Unidos con la usurpación de los últimos territorios coloniales en el norte de la América española. En 1898, en la guerra hispano-estadounidense, España perdió sus últimos territorios en América: Cuba y Puerto Rico, a la vez que mantuvo Estados Unidos la ocupación de varios países en el Caribe y Centroamérica. En esta época la principal preocupación para Vasconcelos es defender la autonomía y soberanía de estas nuevas repúblicas americanas, hispanohablantes, frente al avance de la usurpación de lo “americano” por parte del modelo anglosajón impulsado por Estados Unidos. Para Vasconcelos, España incluye a Miguel de Unamuno con “En torno al casticismo”, a Ramiro de Maeztu y a Rafael Altamira. Por el lado de los americanos incluye a José Martí (Cuba), con «Nuestra América»; a Rubén Darío (Nicaragua), con el poema «A Roosevelt»; a José Enrique Rodó (Uruguay), con «Ariel»; a Rufino Blanco Fombona (Venezuela), con «La norteamericanización del mundo»; a Francisco Bulnes (México), con «El porvenir de las naciones hispanoamericanas»; a Carlos Octavio Bunge (Argentina), con «Nuestra América»; a Manuel Ugarte (Argentina), Santos Chocano (Perú), Pedro Henríquez Ureña (República Dominicana), Alfonso Reyes, Antonio Caso (México). (Cfr. Trejo Villalobos, 2012).

A tono con el lenguaje de la época, impregnado por los conceptos de la sociobiología de raigambre darwiniana, los filósofos y políticos de esta generación utilizan categorías que hoy consideramos “racistas” pero en el caso de Vasconcelos, con estas categorías critica a aquellos que consideran a los pueblos originarios de América y a los negros como “razas inferiores”. Vasconcelos confía en que a través de la educación pública y la asimilación en un ideario común podrá integrarse a los habitantes de estos nuevos Estados en un universalismo que preserve la condición de ciudadanos. Con relación al mestizaje, el latinismo y el universalismo, sintetiza Vasconcelos en una carta:

«La mezcla libre de razas y culturas, reproducirá en mayor escala y con mejores elementos, el ensayo de universalismo que fracasó en Norteamérica. Allí fracasó porque se volvió norteamericanismo; aquí puede salvarse si la ductibilidad y la fuerza ibéricas ponen la base de un tipo realmente universal. La conciencia de esta misión late en todos los pueblos de América Latina, y da impulso al latinoamericanismo contemporáneo. Un moderno latinoamericanismo distinto al de Bolívar, porque el de entonces era un sueño político, en tanto que el de ahora es ético. Bolívar quería una liga de naciones americanas que no excluía a los Estados Unidos de Norteamérica. Nosotros queremos la unión de los pueblos ibéricos, sin excluir España y comprendiendo expresamente al Brasil; y tenemos que excluir a los Estados Unidos, no por odio sino porque ellos representan otra expresión de la historia humana». (Vasconcelos, 1950, 59, citado en Trejo Villalobos, 2012).

Para Vasconcelos el mestizaje es el mejor modo de acabar con “la barbarie”. En su texto Indología (1926), conferencia dada en Argentina,hace alusión a la obra de Domingo Faustino Sarmiento Facundo Civilización y Barbarie, en relación a la necesidad de concentrar los esfuerzos en la escuela primaria para integrar a los niños de culturas diversas (al negro, al indio, al blanco) en una misma escuela. Rechaza el modelo norteamericano de mantener la segregación en “reservas especiales”, en escuelas donde no se mezclen los niños con los de otras “razas”. Aquí debemos recordar que fue el creador y titular (1921-1924) de la Secretaría de Educación Pública de su país bajo el mandato de Álvaro Obregón. Estas ideas aparecen también plasmadas en su libro De Robinsón a Odiseo. Pedagogía estructurativa, publicado en 1935 (Cfr. Tardieu 2015). 

Los estudiosos de la vida y la obra de Vasconcelos destacan la muy fuerte influencia de Platón en sus ideas.  En cuanto educador no permaneció inmune a esta influencia ya que desde la tradición griega, incluso anterior a Platón, se consideraba de principal importancia lo que ellos llamaron paideia”, la educación de los niños (país) para el sostenimiento de las leyes y el orden de la polis. La teoría platónica sobre la educación la encontramos en las obras República y Leyes que es el último y más extenso de sus Diálogos. En Leyes, Platón reformula el tema de la educación al admitir que la formación del ciudadano, la inserción del individuo dentro del marco de la polis, deriva en la exigencia de un legislador sabio que, a través de las leyes, moldeará el carácter del niño desde su nacimiento hasta convertirlo en un ciudadano virtuoso. El legislador recurrirá al poeta y al músico para modelar el alma infantil. Según su concepción, el legislador podría valerse del placer que provocan los juegos para introducir a los niños en el orden social mediante ejercicios que busquen la belleza y la armonía de las formas, tanto del cuerpo como del alma, valiéndose de la gimnasia y la música. Allí encontramos valiosos aportes a la pedagogía contemporánea: la escolaridad obligatoria, la construcción y el sostenimiento de escuelas y plazas públicas a cargo del Estado, la formación de los maestros y el sostenimiento de sus sueldos,  la creación de un Ministerio de Educación con un ministro especializado en el tema a su cabeza, quien deberá ser instruido de un modo especial para cumplir con esta tarea, de orden prioritario para la ciudad. Platón muestra la importancia de una educación planificada especialmente para la etapa prerracional de la vida, preparatoria y condicionante de la etapa consciente y racional. La idea platónica de una educación integral y continua del individuo desde antes del nacimiento ha sido recuperada por la pedagogía contemporánea. La educación preescolar puede encontrar en Leyes su antecedente, dado que la estabilidad del Estado dependerá de la formación intelectual en los primeros años de vida del ciudadano hasta continuar en los estudios superiores de desarrollo de las ciencias y de las artes. Al parecer, en Platón, Vasconcelos encontró suficientes indicios para planificar la educación de los niños en estos nuevos pueblos americanos.

Entre las fuentes a las que recurrimos para este escrito, señalo, a modo de cierre, la tesis de Raúl Trejo Villalobos, un joven Doctor en Filosofía, mexicano, quien defendió su tesis doctoral en la Universidad de Salamanca, disponible gracias al recurso de los reservorios institucionales. Este profesor de Chiapas afirma que, como Platón, Vasconcelos retomó la idea del gobernante filósofo; como Platón, pretendió ser gobernante y, finalmente, como Platón, la experiencia no tuvo los resultados deseados. Así vemos que el revés político no perjudicó su memoria ni el reconocimiento de su gran contribución como filósofo y como educador hispanoamericano.

Vasconcelos concibe lo hispanoamericano como parte de la Humanidad donde Simón Bolívar, José de San Martín, Benito Juárez, José Asunción Silva, José Martí sean considerados próceres junto a otros que representan la utopía de una integración en una única comunidad de pueblos libres. Para ello Vasconcelos apostó al poder revolucionario de la educación, y confió en el poder transformador de una revolución cultural capaz de elevar a la condición de ciudadanos a todos los miembros de la sociedad, sin ningún tipo de discriminación. En principio, para salir de la tiranía del analfabetismo y luego para alcanzar los mejores logros de la formación intelectual.


Fuentes consultadas

Ambrosini, Cristina, (2007) Del monstruo al estratega. Ética y juegos, Buenos Aires, Educando

Arreola Martinez, Betzabe, José Vasconcelos, El caudillo cultural de la Nación, Disponible en  http://www.uam.mx/difusion/casadeltiempo/25_iv_nov_2009/casa_del_tiempo_eIV_num25_04_10.pdf,  consultado el 24 de junio de 2020

Meza Medina, Gustavo, (2009) Latinoamérica pensada por José Vasconcelos, XXVII Congreso de la Asociación Latinoamericana de Sociología. VIII Jornadas de Sociología de la Universidad de Buenos Aires. Asociación Latinoamericana de Sociología, Buenos Aires. 2009, disponible en  http://cdsa.aacademica.org/000-062/1218

Platon, (1999), Leyes, Madrid, Gredos

Sosa Ramos, Anastasio, (Julio 2006), El humanismo iberoamericano de José Vasconcelos   Universidad Autónoma del Estado de México,   https://www.ensayistas.org/critica/generales/C-H/mexico/vasconcelos.htm, Consultado el 25 de junio de 2020

Tardieu, Jean-Pierre, (2015), El negro y la «raza cósmica» de José Vasconcelos (1925), Boletín Americanista, año lxv. 2, n.º 71, Barcelona, 2015, págs. 155-169, ISSN: 0520-4100      https://revistes.ub.edu/index.php/BoletinAmericanista/issue/view/1267/showToc, Consultado el 25 de junio de 2020

Trejo Villalobos, Raúl, (2010) Filosofía y vida: el itinerario filosófico de José Vasconcelos, Tesis Doctoral, Universidad de Salamanca, Salamanca, España, Repositorio institucional de la Universidad de Salamanca. https://gredos.usal.es/bitstream/handle/10366/83193/DFLFC_TrejoVillalobos_Filosofiayvida.pdf;jsessionid=D4A7F40F8D53C9D8C7F2902EEC45E54B?sequence=1 Consultado el 25 de junio de 2020

Trejo Villalobos, Raúl, (2012), Una filosofía iberoamericana de la educación (1920-1924) Revista de Pedagogía, vol. 33, NO 92 Escuela de Educación Universidad Central de Venezuela Caracas, enero-junio de 2012, 289-301 

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