El mural que fuera de Antonio Cafiero donado por su familia 

En octubre se inauguró en el edificio Scalabrini Ortiz de la UNLa el mural que estaba originalmente en la quinta de Antonio Cafiero, donado a nuestra universidad por la familia del dirigente peronista.
La obra, de 7 metros y medio de largo por 2 de alto, está compuesta por 150 baldosas de cerámica que en su conjunto representan la famosa fotografía llamada “Las patas en la fuente”, la cual sintetiza en una poderosa imagen el día fundacional del justicialismo.
El mural data del año 1995 y su autoría es del artista plástico Raúl Moneta. Su ubicación original era sobre una pared de una cancha de pádel en la quinta de Cafiero en San Isidro, quinta emblemática que fue durante muchos años espacio de encuentro de la dirigencia política argentina. La construcción de un mural en homenaje a aquella jornada histórica creaba el marco perfecto para aquellas reuniones donde debatieron algunas de las personas encargadas de trabajar en el buen rumbo del país.
En la quinta, las 150 baldosas fueron retiradas mecánicamente por un equipo de trabajadores de la UNLa comandados por Claudio Loiseau, director de Diseño y Comunicación Visual, y Daniel López, director de Patrimonio, ambos de nuestra universidad. Luego las baldosas fueron trasladadas y reinstaladas en un muro del Scalabrini Ortiz, hasta volver a conformar el mural sobre el 17 de octubre de 1945.
La familia de Antonio Cafiero también donó hace un par de años a la UNLa los numerosos libros que habían constituido la biblioteca del dirigente, que hoy disponen de un lugar especial, la Sala Cafiero, en el marco de la Biblioteca Puiggrós de la universidad.
La tarde de la inauguración del mural en el campus de Remedios de Escalada, la rectora Ana Jaramillo, se refirió al “orgullo que significa para nosotros que la familia de Antonio Cafiero nos haya donado este mural, así como oportunamente la biblioteca de este histórico dirigente justicialista”, y recomendó un libro de autoría de Cafiero: “Militancia sin tiempo”.
Luego Santiago, nieto de Antonio, habló en representación de la familia: “Mi abuelo fue siempre un militante –dijo-. Desde aquella histórica plaza, a la que él asistió cuando era muy joven, y en la que reconoció la trascendencia que tendría en el país y en su propia vida, hasta cuando ejerció como diputado, senador, gobernador de la provincia de Buenos Aires o candidato a Presidente”. Y agregó: “¿En cuántos 17 de octubre habrá hablado? ¿Cuántas veces se habrá dirigido a la juventud? Más allá de la cantidad, siempre lo hizo desde su lugar de militante”.
“Es un verdadero acierto que este mural esté en esta universidad –dijo luego Santiago Cafiero-. Fue una decisión de los hijos, pero si nos hubieran consultado a los nietos –que somos como cuarenta- habríamos dicho que esta obra, como así también la biblioteca, tenían que estar aquí”.

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