Miles de personas en todo el mundo se han manifestado en contra de las restricciones impuestas para evitar la propagación del Coronavirus. En esas marchas, que también tuvieron eco en Argentina, pudieron verse diversas consignas en contra de las políticas sanitarias y de las limitaciones en cuanto al tránsito y la circulación de la población. Sin embargo, en medio de los carteles y banderas se cuelan discursos patriarcales, antiderechos y hasta homofóbicos, identificados con los sectores más conservadores.

Sobre este punto, Walden Bello, autor de “Desglobalización” asegura que “hay demasiada ira, demasiado resentimiento, demasiada inseguridad que se han desatado, y solo la izquierda y la extrema derecha están en condiciones de aprovechar esta tormenta subjetiva”, pero que “desafortunadamente, es la extrema derecha la que está mejor posicionada para aprovechar el descontento global porque, incluso antes de Covid-19, los partidos de extrema derecha ya eran elementos claves de las posiciones y programas antineoliberales promovidas por la izquierda independiente”.[1]

La marcha ocurrida el pasado 17 de agosto en el país se convocó con reclamos que iban desde el rechazo a la “reforma judicial» hasta el pedido de una mayor apertura en medio de la cuarentena. No obstante, también pudieron verse banderas de la organización Patriarcado Unido Argentino (PUA) y proclamas en contra del aborto y de las vacunas; a favor de los represores de la última dictadura cívico-militar; y otras que asociaban a la homosexualidad con el contagio de la Covid-19.

“Evidentemente hay una situación política a nivel global que habilita y aloja ideas que se juntan con la anticuarentena. En ese contexto, está la cuestión de salir a la calle a expresarse de una manera carente de racionalidad, que hace que proliferen estas manifestaciones. Pero no es menor y por eso hay que estar atentos. No hay que dejarlo pasar como una expresión minoritaria o ridícula, porque sabemos que es el pensamiento de mucha gente que no sale a decirlo, pero lo actúa, lo vive y lo reproduce” asegura Viviana Ceresani, docente de la Especialización en Género, Políticas Públicas y Sociedad, y de la Licenciatura en Educación de la UNLa.

Y agrega: “Lo novedoso es esta combinación de grupos antivacunas, anticiencia, antiderechos, antiaborto, con proclamas militaristas y neonazis. Se han juntado estas posturas retrógradas, al extremo de plantear una organización pro patriarcado”. 

Para Marcelo Suntheim, activista histórico de la CHA (Comunidad Homosexual Argentina), las marchas no pueden analizarse “de manera aislada”, debido a que existe un “derrotero político que se opone al avance de derechos que históricamente otorga el peronismo”.

“Ya ha ocurrido en otras épocas, donde el avance de derechos y de políticas públicas igualitarias generaba la aparición de estas reacciones, con carteles que poseen expresiones reaccionarias contra la homosexualidad, la igualdad del hombre y la mujer, la vacuna, etc.”, añade.

Se va a caer

Una de las vetas que subyace en estas manifestaciones es la fusión entre capitalismo y patriarcado, que establece cómo se organizan los patrones sociales, políticos y económicos de una sociedad.

Ceresani explica que “hay un poder que se está afectando, que desestabiliza a la estructura patriarcal” y que “claramente hay grupos más radicalizados con estas ideologías y con discursos tan políticamente incorrectos a los que pocas personas pueden adherir, pero que da cuenta de un poder, una estructura que se está desquebrajando”.

Sobre este punto, Suntheim apunta que tanto capitalismo como patriarcado “reivindican y defienden privilegios” y que bajo “el camuflaje de la falta de libertad” se arma un “relato impulsado por las personas e instituciones de derecha”.

“En los últimos cuatro años ninguna de estas personas salió a la calle, porque no había un crujido de la organización económica y política de la sociedad.  Estos grupos minoritarios, reaccionarios, provocadores y violentos son representantes del patriarcado existente en nuestra sociedad. Son expresiones visibles de personas que consideran que su ideología está amenazada. No son ideas nuevas, sino antiquísimas que entran en conflicto porque son interpeladas. Entonces surgen estas expresiones más conservadoras”, afirma Suntheim.

Por su parte, Ceresani dice: “En los últimos cuatro años hubo mucha habilitación para estos discursos, que antes estaban más subyacentes, lo vemos en los medios de comunicación con expresiones discriminatorias. Si bien son reacciones por la pérdida de privilegios y el cambio de las estructuras sociales, no podemos dejar de analizarlas como un fenómeno global, capitalista, por la crisis de este modelo. No es tan sencillo demoler la estructura patriarcal, porque es constitutiva de nuestra sociedad. Son varones que pierden sus privilegios”.

¿Libertad de expresión?

Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento y de expresión. Sin embargo, este derecho posee una limitación que es el respeto a los derechos o a la reputación de los demás.

“Estos grupos producen llamados al odio y eso está prohibido por ley. Esta provocación busca que las instituciones las denuncien y entonces ellos argumenten que no pueden supuestamente ejercer su derecho a la libertad de expresión. Y en verdad el derecho a la libertad de expresión tiene límites que es el daño que pueden producir nuestras palabras o ideas. No existe censura previa, pero si hay un daño hay que ir y repararlo. Si el derecho fuera absoluto puedo decir cualquier cosa y que la otra persona se lo banque. Buscan victimizarse con la falta de libertades y que vivimos en una tiranía”, argumenta Suntheim.

Al respecto, Ceresani manifiesta que “el límite entre la libertad de expresión y la incitación a la violencia es muy finito” y que “hay que estar atentos”.

“¿Por qué se juntan? ¿Por qué la gente levanta esas banderas? Todo hace mucho ruido. Pero tenemos que seguir con la línea que estamos con la cuestión de género en agenda, que se terminen de aplicar las políticas públicas y la ESI, se lleven adelante las capacitaciones, y se sigan creando áreas de género en los organismos”, finaliza.


[1] https://www.pagina12.com.ar/264898-el-mundo-despues-del-coronavirus-el-impulso-es-hacia-un-sist

Fotos: Perfil, Radio Gráfica

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