Cuando nos referimos a Malvinas debemos hablar de sus tres millones de kilómetros cuadrados, sus riquezas, su importancia y también de que es el conflicto territorial más importante del mundo.
La visión socialmente instalada de que somos el país de las “vacas, maíz, soja”-hijos de las posibilidades que brinda nuestra tierra- es una construcción realizada en el marco de una mirada semicolonial. El lugar en el que nos quisieron poner. Somos, también, el país del mar. Mientras no lo mencionamos, ni lo estudiamos o explotamos, otro lo hace: el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte.
Enrique Oliva, en su libro “Malvinas: el colonialismo de las multinacionales”, señala que el enemigo de Malvinas no es el pueblo inglés y sí “el colonialismo político económico [que] es ahora el gran negocio de las multinacionales apátridas”(1).Y remarca que “la verdad es que las empresas coloniales son solo eso, empresas, intereses de grupos oligárquicos o monárquicos que utilizando cualquier bandera imponen privilegios y prepotencias, explotan, degradan, matan, saquean”(2).
Los intereses económicos están representados en el United Kingdom Falkland Islands Defense Comittee, lobby creado en 1968 para romper cualquier intento de diálogo entre Argentina y Gran Bretaña, factor clave para que se desencadenara el enfrentamiento armado en 1982. Este grupo se apoderó de la pesca en el Atlántico Sur y avanzó a pasos gigantescos en la exploración de la plataforma continental, de cuya explotación hoy está muy cerca. Desde 1982 obtienen millones de dólares de un territorio en disputa, reconocido así por las Naciones Unidas.
También las islas del Atlántico Sur poseen suma importancia para la Royal Navy (marina militar británica). En su sitio web oficial, donde muestra su despliegue en el mundo, se puede leer sobre Malvinas: “Nuestro trabajo es salvaguardar no solo las islas y sus residentes, sino también el acceso de Gran Bretaña a los recursos naturales locales, como el gas y el petróleo”(3).Una base militar con gran cantidad de armamento, donde permanentemente se están realizando ejercicios militares. Sin dudas, una amenaza militar para Argentina y para toda la región.
Por otro lado, no podemos dejar de remarcar la proyección antártica. Para distintos especialistas rusos, el “Conflicto del Atlántico Sur de 1982 fue la primera guerra por la Antártida”(4). En el museo que los ingleses instalaron en Malvinas existe un mural que advierte: “Próximo paso la Antártida” y bautizaron como “Tierra de la Reina Isabel” al sector antártico argentino.
El 2 de abril debemos homenajear y recordar a nuestros Héroes de Malvinas que dieron su vida en defensa de la Patria. Pero también esta fecha nos tiene que recordar que hay un gran territorio de nuestra Nación que no usufructuamos: el mar, un conflicto territorial y militar. Y jamás habrá diálogo mientras no afectemos los intereses económicos británicos, tanto en el continente como en el Atlántico Sur. Ellos no tienen la obligación de negociar ya que disponen libremente de nuestro mar. Pero para el pueblo argentino, Malvinas es un reclamo que nunca caducará porque existen 649 razones.
- Lepot, François, Malvinas: El colonialismo de las multinacionales, 1era edición, Buenos Aires, Edición de la Fundación Juan Domingo Perón, 1987, Pág. 9
- Idem. Pág. 153
- https://www.royalnavy.mod.uk/news-and-latest-activity/operations/south-atlantic/atlantic-patrol-tasking-south
- Dijo Adolfo Koutoudjian en Malvinas Casa Central https://ar.radiocut.fm/audiocut/entrevista-licenciado-en-geografia-adolfo-koutoudjian/
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