Con la premisa de generar un ámbito de reflexión, producción de ideas y puente para fomentar un diálogo crítico, democrático y plural sobre distintos aspectos que involucran a la educación superior, nuestra universidad creó a fines de 2024 el Observatorio de la Educación Superior.

El espacio está coordinado por Victoria Kandel (VK) junto a un equipo de trabajo integrado por Andrea Vallejos (AV) y Marcos González (MG).

“Por un lado buscamos albergar proyectos que existen en la UNLa y que se dedican a investigar diferentes aspectos relacionados con la educación superior, temas pedagógicos, de financiamiento, de tecnología, todo lo que hace a este campo. Y por otra parte, nos proponemos generar conocimiento sobre esta temática y ahí en concreto vamos a producir boletines donde vamos a informar sobre diferentes temáticas. Estos informes van a ser trimestrales y requieren investigación, datos, consultas con especialistas latinoamericanos, etc.”, explica Kandel.

La idea es también trabajar en red…

VK: Sí, queremos trabajar hacia adentro en la consolidación de un campo de estudios sobre la educación superior que ya existe, ya hay investigaciones, producciones, artículos y bibliografía. Y, además, posicionarnos hacia afuera, en diálogo con otros observatorios de la educación superior que existen en el conurbano de Buenos Aires y que se dedican más o menos a lo mismo en otras universidades, pero también en la región, porque en Chile, Brasil, Uruguay, Paraguay, Bolivia existe también este mismo campo de estudios y aspiramos a poder vincularnos con referentes de esos otros países.

En esta vinculación que están forjando, ¿empezaron a ver puntos en común con otras universidades del conurbano?

VK: Tenemos un proyecto de investigación de la última convocatoria Amilcar Herrera que justamente se pregunta por la universidad del conurbano y sus características. Sabemos, por haber visto lo que se produce en otras universidades y por los diálogos que tenemos, que efectivamente hay rasgos comunes, que tienen que ver con recibir a una población socioeconómicamente vulnerable, que la mayor parte de nuestros estudiantes son primera generación de universitarios y eso hace que las universidades tengan que tener una disposición, una preparación especial para recibir, acoger y darles permanencia a esos estudiantes que por ahí no vienen con el capital cultural que la universidad espera y entonces hay que construirlo. Y después está todo lo que tiene que ver con el vínculo muy fuerte con el territorio, muy comprometido con cuestiones vinculadas al acceso a la universidad, al trabajo con el sector productivo, al trabajo con los municipios.

AV: Sí, y en este primer boletín que vamos a lanzar pretendemos explorar un poco cuáles son esos modos de articulación. Por ejemplo, estamos hablando con Brasil, Chile, también con Rosario y con personas mismas de nuestra universidad para saber qué trabajos se están llevando adelante con el territorio y cuál es la experiencia de quienes transitan esos espacios. La idea es que se puedan reunir diversas experiencias para dar cuenta de las múltiples formas de articulación.

¿Qué distingue a la UNLa?

MG: Acá hay algo muy característico, que se piensa desde la cooperación y no tanto de extensión. Esta idea de que la currícula la conforman los problemas de la comunidad, también es un ideario muy arraigado en la institución y eso se materializa en investigaciones, prácticas, en el vínculo con el territorio.

VK: Sí, coincido con lo que dice Marcos respecto de la coproducción, la unidad de coproducción de conocimiento, digamos una búsqueda por eliminar las asimetrías entre el adentro y el afuera de la universidad. Acá hay un trabajo, una búsqueda y una preocupación por derribar esa idea. Los temas ambientales tienen que ver con esta región del país, los temas educativos también. Y algo bien distintivo es el lugar que ocupan los derechos humanos en la enseñanza de grado, porque no hay otra universidad, al menos en el AMBA, que tenga curricularizados los derechos humanos como una asignatura obligatoria, transversal.

Victoria Kandel, Andrea Vallejos y Marcos González

¿Qué desafíos presenta hoy la educación superior?

VK: Creo que desde lo pedagógico hay un desafío fundamental, que no es propio nuestro, es del mundo, que tiene que ver con cómo lidiar con las nuevas tecnologías, con la inteligencia artificial, digamos, cómo incorporamos y sostenemos una propuesta que no sea pura adaptación, sino que también pueda conservar algo de nuestra propia idea de lo que es la universidad. Y por otra parte, estamos hablando mucho con los profes sobre cómo trabajar la motivación.

AV: Sí, y sumando a esta idea, considero que hay una crisis del sistema educativo en general, en todos los niveles y modalidades. Crisis no solo por mirar lo negativo que pueda estar ocurriendo o aquellos que sean los problemas concretos que hay que abordar, sino crisis en esta nueva sociedad que estamos viviendo, con incluso las tecnologías. Entonces, hay que repensar también la práctica universitaria, la investigación, la docencia, y ver a la universidad como un objeto de estudio.

Hay distintas universidades que están teniendo observatorios de educación superior para poder reconocer cuáles son esas dimensiones problemáticas que hay que abordar desde el punto de vista pedagógico, didáctico, de investigación, de recursos, etc. Nuestro observatorio tiene el objetivo de poder generar un espacio de encuentro donde compartir preguntas, respuestas, inquietudes que surgen.

VK: Hay un desafío muy concreto, también, que tiene que ver con el financiamiento, con el presupuesto, con el lugar de las universidades públicas, que dependemos 100% de los fondos públicos, de los fondos estatales. Sabemos que hay un desafío enorme que tiene que ver con conservar lo que se ganó hasta ahora y tener un presupuesto que pueda atender a las múltiples tareas que realiza la universidad, porque otro de los desafíos que tiene la universidad es producir nuevo conocimiento y para eso se necesitan recursos y una formación en investigación.

¿Qué proyectos tienen para este año?

VK: Vamos a presentar el boletín a mediados de julio. Después tenemos varias cosas pensadas, como un encuentro con observatorios de otras universidades del AMBA. Y estamos armando también una mesa de trabajo para interactuar con colegas que hacen más o menos lo mismo.

MG: Y seguimos con las reuniones con distintos actores de la universidad para trabajar en conjunto con las distintas áreas. Hay buena predisposición institucional para que esto funcione y eso nos entusiasma mucho.

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