El 29 de noviembre de 2007 Juan Gelman recibió el Premio de Literatura en Lengua Castellana Miguel de Cervantes, uno de los más prestigiosos del mundo.

A catorce años de aquel día Marina Cavalletti nos habla sobre el poeta, el militante y su obra. Como Gelman, Cavalletti es poeta y periodista pero también música, cantante, docente universitaria, gestora cultural. Poco después de que Gelman recibiera el Cervantes, al buscar uno de sus libros en un negocio el empleado que la estaba atendiendo le preguntó “si el apellido se escribía como la mayonesa”. Así nació, desde el humor, el nombre del grupo de Facebook que ella administra: Juan Gelman es poeta, no un frasco de mayonesa (https://www.facebook.com/groups/197976463560288), que hoy reúne más de 6 mil miembros de todo el mundo.

Usualmente al hablar de Gelman se ponen en relación la militancia, el dolor y la poesía. ¿Es posible entender a Gelman como poeta, de manera autónoma de su vida y su coyuntura?

Creo que es imposible entender la obra de Gelman sin sus circunstancias, sin su militancia, sin la desaparición de su hijo Marcelo y su nuera Claudia, sin la apropiación de su nieta Macarena. Por supuesto entonces que el dolor era parte de su poética. Tampoco se puede comprender su obra sin la restitución de la identidad de su nieta, que fue un acto de justicia, humana y poética, algo por lo que él luchó junto a Abuelas y que tantas familias todavía esperan también, porque son muchos los nietos que faltan.

Además, Juan Gelman es con Urondo, con Walsh, con el tango, con el peronismo. Y su poesía transita todo eso. No hay que tenerle miedo al concepto de “poesía militante”. Y Gelman era poeta y militante, un militante político y un militante poético.

Hay otra díada: poeta y periodista, que también te incumbe en tu experiencia personal. ¿Hay relación entre estos términos en Gelman?

Por supuesto que sí, hay una vinculación innegable entre la poesía y el periodismo en la obra de Juan. Fue secretario de redacción de Crisis, director del suplemento cultural de La Opinión y jefe de redacción de Noticias, que son hitos en la historia de los medios. Sus contratapas inolvidables en Página 12 son solamente un ejemplo de su potencia como periodista.

Además, creo que el buen periodismo debe tener una cuota de poesía y que la poesía probablemente tenga una función superadora respecto de cierto periodismo mainstream”, ya que -en principio- la poesía no es una empresa, y cualquier medio de comunicación lo es y tiene, lógicamente, sus lineamientos.

En la poesía pueden decirse otras cosas que luego, tal vez, resulten de utilidad para reconstruir ciertos acontecimientos, a partir de otro tipo de libertad para contarlos. Es decir, los poetas pueden ser cronistas, pueden incluso servir como fuentes para completar vacíos o enriquecer análisis históricos. Creo que es algo que sucede con el arte en general. Un periodista que además es poeta como lo fue Gelman, tiene otra visión del mundo, de su proceso creativo. Juan ha dejado una huella imborrable en los dos campos, los ha hermanado.

Marina Cavalletti

 Sábato, Borges y Bioy son los otros argentinos que recibieron el Cervantes. ¿Cómo se ubica Gelman en este grupo bastante compacto?

En principio, en esa tetralogía que completa con Gelman, él es el único, digamos, “exclusivamente poeta”. Más allá de otros escritos, su  legado más vasto es el poético. Fue el último argentino en recibir el Cervantes, en 2007. Después, afortunadamente se reconoció a otros grandes poetas latinoamericanos con ese lauro, como José Emilio Pacheco, Nicanor Parra o Ida Vitale.

Volviendo a los argentinos: Borges es, sin dudas, el mejor escritor que ha dado la literatura nacional hasta ahora, sobre todo en sus cuentos, más allá de que ideológicamente estaba en las antípodas de Gelman. Bioy Casares es brillante también, La invención de Morel es una de las novelas más logradas de nuestras letras. Sábato, por otra parte, además de su producción literaria –entre la que muchos destacan a El túnel tuvo un papel central como presidente de la  Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas con el Nunca más.

Con todo, insisto con aquello de que Juan Gelman era poeta y militante. De hecho en su discurso al recibir el Cervantes se refirió a la atroz dictadura que le arrancó  30.000 compañeros al país, cuestionó las desigualdades sociales que desembocan en guerras, en la muerte de miles de niños. “Pero ahí está la poesía: de pie contra la muerte” dijo, y eso me quedó grabado. Creo, en un punto, que su poesía es eso: ponerse de pie contra la muerte, versificar y transformar el dolor, sembrarlo para que aparezca otra cosa: las voces de aquellos que la dictadura quiso borrar pero no pudo, porque muchos estaban ahí, porque él estaba, porque  ahí estaba el arte, la poesía: de pie contra la muerte.

Hace pocos días volví a escuchar su discurso completo por el Cervantes. En una parte de su exposición decía “¿Acaso el aire no nos sigue hablando? ¿Y el mar, la lluvia, no tienen muchas voces? ¿Cuántas palabras aún desconocidas guardan en sus silencios? Hay millones de espacios sin nombrar y la poesía trabaja y nombra lo que no tiene nombre todavía. Esto exige que el poeta despeje en sí caminos que no recorrió antes, que desbroce las malezas de su subjetividad, que no escuche el estrépito de la palabra impuesta, que explore los mil rostros que la vivencia abre en la imaginación, que encuentre la expresión que les dé rostro en la escritura. El internarse en sí mismo del poeta es un atrevimiento que lo expone a la intemperie”. Creo que ese traspasar la maleza hasta volverse intemperie define  lo que fue Juan para el mundo.

¿Por qué habría que leer a Gelman?

Probablemente porque, aunque suene a lugar común, es un poeta único en su tipo. Ha hecho de la poesía algo cotidiano y a la vez extraño, ha inventado palabras –mundar, por ejemplo-, ha estructurado y desestructurado la poesía de manera sensible y cercana, calcinada y cálida. Hay que leer a Gelman porque, después de su lectura, sucede inevitablemente una transformación, y porque construye universos, paisajes con los que ninguna opinión o descripción es del todo justa. Para conocer a Gelman hay que leerlo. Y hay que leerlo porque es parte de nuestro ADN cultural.   

¿Cuál es tu poema favorito?

Uno de mis favoritos es “Confianzas”, el de «Con estos versos no harás la revolución dice/ se sienta a la mesa y escribe”. Es uno de los primeros que escuché en una grabación, en su voz, cuando era adolescente. También “El juego en que andamos” o “Sobre la poesía” y varios de su último libro, “Hoy”. Gracias a ese poemario, con su dedicatoria en la primera página, compartí unos breves minutos con él, en la Biblioteca Nacional, cuando viajó a Argentina para presentarlo. Fue muy emocionante, sentía que lo conocía de toda la vida.

Marina Cavalletti y Brote Poético
Cavalletti es la creadora de Brote poético, ciclo de música y poesía que se inició el 8 de junio de 2016 al sur de la CABA y se tornó itinerante “porque creo fervientemente en que el centralismo es una de las peores cosas que les sucede a la cultura -dice-. Así que, con ánimo de ser federal en los hechos, comencé a viajar: Santa Fe, La Pampa, Córdoba, Mendoza, Jujuy, Salta, la Costa Atlántica, el Conurbano y el interior de Buenos Aires. La idea es llegar a todas las provincias argentinas y después ir más allá. La trashumancia es una militancia para salirse del centralismo rioplatense, te permite tender redes desde lo colectivo, conocer a autores contemporáneos en el momento en que están creando, eso es maravilloso”.

Desde 2019 la propuesta tiene su contrapartida radial en la emisora del municipio de Avellaneda. Además de varios fanzines, el ciclo produjo una antología entre 2016 y 2017 publicada por Eloísa Cartonera, a la que se suman talleres y clínica de obra tales como el espacio de escritura a mano alzada que se hará el próximo sábado 5 de diciembre por videollamada de WhatsApp. Desde 2000 Cavalletti hace también periodismo cultural, y desde 2016 es responsable, junto a los poetas Romina Dziovenas y Carlos Aldazábal, del ciclo de lectura poética del CCC Las raras circunstancias.

En agosto de 2020 lanzó su primer poemario, Random, en formato ebook, por Halley Ediciones. En noviembre del mismo año obtuvo el Primer Premio en el Concurso Literario Nacional de Cuento y Poesía Adolfo Bioy Casares con el poemario Hospital Pediátrico. Redes e información sobre Cavalletti y su obra: https://linktr.ee/MCancionesypalabras

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