“Domingo 30 de agosto. Muy buen día de Santa Rosa de Lima, y por lo que determinó Vernet tomar hoy posesión de la isla en nombre del gobierno de Buenos Aires, a las doce se reunieron los habitantes, se enarboló la Bandera Nacional a cuyo tiempo se tiraron veintiún cañonazos, repitiéndose sin cesar el ¡Viva la Patria! Puse a cada uno en el sombrero con cinta de dos colores que distinguen nuestra Bandera, se dio a reconocer el Comandante”, relata en su diario María Sáenz de Vernet sobre aquel histórico día en el que asumía, designado por Buenos Aires, el tercer gobernador de Malvinas.
El 10 de junio de 1829, el entonces gobernador de dicha provincia, Martín Rodríguez, nombró a Luis Vernet comandante político y militar de Malvinas. Esta designación no era casualidad, ya que Vernet hacía tiempo se encontraba ligado a las Islas.
Luis nació el 6 de marzo de 1795 en Hamburgo, donde vivió hasta los catorce años, edad en la que partió rumbo a Filadelfia (Estados Unidos de Norteamérica) donde vivió ocho años. En 1817 se trasladó al sur del continente y su nuevo destino fue Buenos Aires. Dos años después de su llegada, se casó con María Sáenz.
El 23 de agosto de 1823, el militar retirado Jorge Pacheco le solicitó al gobernador Martín Rodríguez un permiso para establecerse en la isla Soledad, Malvinas, según él mismo expresó “para beneficiar pieles de lobos y carnes de ganado que se encuentre en estado, reconstruyendo al efecto los edificios de aquel antiguo presidio”.
El gobierno de Buenos Aires aceptó la solicitud, entregándole un amplio terreno. Jorge Pacheco y Luis Vernet tenían vínculos comerciales, por lo cual el ex militar le cedió la mitad del terreno que le había concedido.
Se preparó así la primera expedición a las Islas. Antes de la partida, Pacheco le propuso al gobierno que el Capitán de milicias Pablo Areguatí fuera nombrado Comandante en Malvinas. La idea fue aceptada, convirtiendo a Areguatí en el segundo Gobernador. En febrero de 1824 partieron rumbo a Puerto Soledad, en la primera expedición.
Este primer viaje no cumpliría las expectativas. Gómez Langenheim en su libro La tercera Invasión Inglesa (1934) sostiene: “la expedición fracasó, con pérdida de 30.000 pesos plata”. Por este motivo Pacheco vendió su parte a Vernet, quien se preparó para una nueva empresa. Gómez Langenheim afirma que Vernet “buscaba extender su empresa a todo el Archipiélago de Malvinas y aún a la isla de los Estados, y establecer colonias en territorios bajo la inmediata obediencia del país”.
Luis Vernet le escribió al gobierno expresándole: “Que deseando el fomento de este país y su propio engrandecimiento, he creído empeñarme en el establecimiento de una Colonia en isla de la ‘Soledad’ en una de las del grupo de las llamadas Malvinas”, y en otro párrafo sostuvo: “mis compromisos serán establecer una colonia dentro de tres años de la concesión del permiso, quedar bajo la inmediata obediencia del Gobierno de Buenos Aires”.
El 5 de enero de 1828 el gobierno de Buenos Aires aceptó el pedido mediante un decreto que afirmó: “consideramos el gobierno los grandes beneficios que reportarían al país con la población de las islas cuya propiedad se solicita, pues además del incremento que necesariamente va a tomar su comercio con las naciones extranjeras, se abrirán nuevos canales a la prosperidad nacional”.
Así, como ya mencionamos, el 10 de junio de 1829, Luis Vernet fue designado comandante político y militar de Malvinas, convirtiéndose en el tercer gobernador de las Islas. Una fecha que, sin dudas, nos recuerda que un gran territorio argentino y sudamericano está invadido y sus recursos naturales saqueados. Repasar nuestra historia resulta indispensable para entender el presente y pensar el futuro. Allí, en aquel territorio, está presente nuestro enemigo porque, como sostiene Marcelo Gullo, “Malvinas fue el rostro visible de la ocupación invisible de Gran Bretaña”.
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