Arlt volvió a Lanús para estar en todo el mundo

Hace pocos días, por iniciativa de la Secretaría de Investigación y Posgrado de la UNLa —principalmente de su director Mg.Marcos Mele y el equipo que rastrea desde hace años la obra del escritor, novelista, periodista e inventor Roberto Arlt (Buenos Aires, 1900-1942)— se realizó un hecho histórico para las universidades nacionales al publicarse las Aguafuertes Porteñas completas y en varios tomos. Adelantemos cuatro cuestiones:

  1. A la fecha, a pesar de la cantidad de menciones a su vida y obra, no se han publicado nunca las más de 1500 aguafuertes, tampoco las otras notas y  textos más publicados por Arlt en el diario El Mundo entre 1928 y 1942.
  2. Otra cuestión es el acceso al material: la UNLa lo presenta disponible en la web en forma gratuita. La edición es una reproducción facsimilar de las publicaciones en El Mundo, con las ilustraciones originales de Luis Bello.
  3. Por el estilo, las formas y el sentido con el cual Arlt ubica las palabras en sus aguafuertes, estamos ante un rescate del habla porteña de aquellos perdidos años ’20 y ’30: un sinfín de cotidianidades y experiencias vuelven a la luz todas juntas, disponibles con un simple “click”.
  4. Arlt, que ya estuvo en Lanús —como lo comentaremos más adelante—, volvió a este lugar del conurbano para quedarse para siempre.

Antes de continuar, debo confesar que desde hace unos cuantos años conozco al amigo Marcos Mele y desde el minuto uno de encontrarnos, Marcos me habló de Roberto Arlt. No es casual entonces, que detrás de la hermosa presentación de esta obra, haya un largo y profundo trabajo de Marcos Mele como compilador y corrector, y de un equipo comprometido con el trabajo de recuperación de esta enorme obra de Arlt, integrado por Hernán Orue —el diseñador editorial—, el equipo de digitalización conformado por Vanesa Mlot, Ivana Cardo y de Javier Areco, encargado de la labor hemerográfica. El equipo comandado por Marcos Mele confirma que seguirán otros tomos ordenados de forma cronológica, incorporando, además, las ilustraciones originales. La edición incluye otras notas periodísticas que no corresponden a las Aguafuertes, un hecho que no tiene antecedentes en ninguna de las muchas editoriales que las publicaron.

Repasemos algunas de estas ediciones previas e incompletas: las Aguasfuertes Porteñas fueron publicadas por la editorial Futuro (1950), Losada (1958), Hachette (1960), Compañía General Fabril Editora (1971), Losada (1975), Losada (1976), Ediciones Culturales Argentinas (1981), Hispamérica (1986), Losada (1991), Página/12 (1992), Losada (1994), Corregidor (1995), Ameghino (1997), Losada (2000), Losada (2008), Biblioteca Nacional (2013), Bruguera (2017), Eudeba (2017), Erizo (2018). En todos estos casos, no incluían más de 200 Aguafuertes, muy lejos de las más de 1500 que publica la edición de la UNLa.

Muchos de estos textos “pasaron por el cuchillo geográfico”, es decir, fueron tomados para armar aguafuertes regidas por un determinado lugar: Las aguasfuertes bonaerenses (La Plata: Bonaerenses, 2023); Aguafuertes fluviales de Roberto Arlt: crónicas y fotos de un viaje por el río Paraná (Paraná: Fundación La Hendija, 2016); Aguafuertes deltianas (Ciudad de Buenos Aires: Ediciones en Danza, 2016); Aguafuertes del Delta (Buenos Aires: Eudeba, 2016); Aguafuertes cariocas : crónicas inéditas desde Río de Janeiro (Buenos Aires: Adriana Hidalgo, 2013); Aguasfuertes Vascas (Buenos Aires: Simurg, 2005); Aguafuertes madrileñas: presagios de la guerra civil (Buenos Aires: Losada, 1999); Aguafuertes gallegas y asturianas (Buenos Aires: Losada, 1999); Aguafuertes gallegas (Rosario: Ameghino, 1997); Aguafuertes españolas (Buenos Aires: Compañía General Fabril Editora, 1971); Aguafuertes españolas (Buenos Aires: L. J. Rosso, 1936).

Un brevísimo acercamiento a Roberto Arlt por algunos de sus estudiosos y amigos

El escritor, crítico literario y guionista argentino Ricardo Piglia (Adrogué, 1941-2017), quizás uno de los mayores estudiosos de Arlt, frente a dos preguntas fundamentales cómo “¿Quién es Roberto Arlt?” y “¿Cómo podría definir su estilo de escritura?”, respondió en una entrevista:

Alguien que no es un clásico, es decir, alguien cuya obra no está muerta. Y el mayor riesgo que corre hoy la obra de Arlt es el de la canonización. Hasta ahora su estilo lo ha salvado de ir al museo: es difícil neutralizar esa escritura, no hay profesor que la resista. Se opone frontalmente a la norma pequeñoburguesa de la hipercorrección que ha servido para definir el estilo medio de nuestra literatura.

Es un estilo mezclado, diría yo, siempre en ebullición, hecho con restos, con desechos de la lengua. Arlt hablaba el lunfardo con acento extranjero, ha dicho alguien tratando de denigrarlo. Hay algo a la vez exótico y muy argentino con la lengua materna, que es siempre la marca de un gran escritor. La música, el fraseo del estilo de Arlt está como condensado en su apellido: cargado de consonantes, difícil de pronunciar, inolvidable. (Piglia, 2014, p. 20). 

Otros muchos hicieron, como Piglia, el intento por explicarlo, definirlo: David Viñas, Beatriz Sarlo, Sylvia Saítta, Raúl Larra; ahora bien, como dice Piglia, ¿cómo clasificar a un autor que se encuentra más allá de los límites de la ortografía?

En una entrevista que Lubrano Zas (una suerte de arqueólogo de la literatura, removiendo y rescatando del olvido al Grupo Boedo) le hizo a uno de los descubridores y amigo de Roberto Arlt, el escritor Elías Castelnuovo (Montevideo, 1893-1982), este le decía:

El libro de cuentos que me trajo [alude a Arlt], pese a su fuerza temperamental, ofrecía innumerables fallas de diversa índole, empezando por la ortografía (“¡Che Roberto —le decía el director de [el diario] El Mundo cada vez que le llevaba un Aguafuerte Porteña—, ¿cuándo vas a aprender que ojo se escribe sin hache!”), siguiendo por la redacción y terminando por la unidad y coherencia del texto. Le señalé hasta doce palabras de una suntuosidad insultante, mal colocadas por añadidura, cuyo significado no supo determinar. (Zas-Castelnuovo, 1968, p. 23).

Recordemos que el llamado “Grupo Boedo”, por su estilo, formas y características, ha sido catalogado como un grupo de artistas de vanguardia de la Argentina durante la década del ’20. Recibieron ese nombre porque uno de sus puntos de confluencia era la Editorial Claridad ubicada en calle Boedo 837, y otro el café El Japonés, en Boedo 873. Boedo era por entonces uno de los barrios “obreros” de Buenos Aires: inevitablemente, esta condición determinó el carácter del grupo. Por un “berretín” de los llamados “historiadores de las ideas”, a este grupo se lo ha ubicado en forma opuesta al “Grupo Florida”, otro grupo de artistas y escritores asociado a las corrientes europeas y a las elites culturales argentinas; no obstante, muchos del Grupo Boedo —como el caso de Arlt— compartían amistades, revistas y encuentros con los del Florida.

Fabián Casas, otro escritor de Boedo, nacido en el barrio en 1965 y “cuervo” pero no de aquel “grupo de Boedo”, sintetiza claramente el problema de aquellos que intentaron definir a este grupo por oposición al de Florida:

Cuando en los años cincuenta la gente de la revista Contorno entronizó a Roberto Arlt para oponerlo a Borges, quien les parecía un reaccionario en política, replicaban uno de esos movimientos que en la literatura son tan ineficaces: en vez de ser soldadores (mezclar gente, cruzar estilos) iban a la guerra y se comportaban como soldados. Juan Carlos Onetti, que era uruguayo y que vivió también bastante tiempo en nuestro país, no tenía el problema de tener que definirse por alguno de los dos. Escribió un libro genial que se llama La vida breve y que tiene un estilo —personajes, lugares, tonos— que claramente están influenciados por Arlt, pero cuando la novela ficticia que un personaje sueña se convierte en la novela verdadera, lo que hace Onetti es tomar la operación mental del Borges de Las ruinas circulares. Siendo uruguayo, puede mezclar a Borges y Arlt sin problemas y hacer poesía. (Casas, 2021).

Por las temáticas de sus Aguafuertes, novelas, obras de teatro y demás escritos, a Roberto Arlt bien se lo podría ubicar como parte del “Grupo Boedo”: él mismo se ubica en él cuando en un reportaje en la Revista literaria de agosto de 1929, dice:

En el Grupo de Boedo encontramos a Castelnuovo, Mariani, Eandi, yo y Barletta. La característica de este grupo sería su interés por el sufrimiento humano, su desprecio por el arte de quincalla, la honradez con que realizado lo que estaba al alcance de su mano y la inquietud que en algunas páginas de estos autores se encuentra, y que los salvará del olvido. Cuando las nuevas generaciones vengan y puedan leer algo de todo lo que se ha escrito en estos años, se dirán: “¿Cómo hicieron esos tipos para no dejarse contagiar por esa ola de modernismo que dominaba en todas partes?”. (Arlt, 1929)

Otra cuestión más, en este “mundo infinito” llamado Roberto Arlt, puede ser la pregunta sobre si puede ser tomado como un escritor nacional o no. El escritor, militante marxista-trotskista, nacionalista y antiimperialista, Lobodon Garra (uno de los seudónimos utilizados por Liborio Justo), se hace esa pregunta y se responde:

Empecemos por decir que el realismo de Arlt, como expresión nacional, tiene muchos puntos cuestionables. Por lo pronto, no es un realismo argentino, sino puramente porteño. Es evidente que luego recorrió el país y se manifestó, al parecer, apto para comprenderlo. Pero en su obra no pasó de la avenida General Paz, o, cuando más, del Gran Buenos Aires. Y, cuando lo hizo, expresó, como alguno de sus predecesores, el sentimiento de un porteño desterrado: en algún sanatorio de Córdoba, por ejemplo. Uno de sus biógrafos [habla de Raúl Larra], lo ha recalcado: “Él se siente bien —dice— únicamente en Buenos Aires, esa selva de cemento, dice, como él la definiera, en contacto con su cálida y tortuosa humanidad, cuyo espíritu traducirá fielmente.” (Garra [Justo], 1976, pp. 170-171)  

Grupo Boedo (1926): Desde la izq. sentados: 1º Antonio Zamora, 3º Roberto Arlt, 5º Cesar Tiempo, 6º Raúl González Tuñon. Crédito: Buenos Aires en el recuerdo

El laboratorio de Arlt en Lanús Este

Gracias a un grupo de jóvenes integrantes de la Cooperativa Editorial Azucena de la localidad de Gerli, se logró ubicar el lugar en donde Roberto Arlt intentó, hasta sus últimos días de 1942, fabricar medias de mujer que no se corrieran. Una carpeta de papel madera contiene la Patente de Invención N° 53075, fechada el 12 de enero de 1942 a nombre de Roberto Arlt. En la misma se señala:

En virtud de lo dispuesto por la Ley de la materia extiéndese a favor de ROBERTO ARLT, residente en esta Capital, la patente de invención por un nuevo procedimiento industrial para producir una media de mujer cuyo punto no se corre en la malla. El documento con la firma del jefe de patentes, asegura que «el autor de esta solicitud ha resuelto dicho problema (el de la corredura), recubriendo la superficie interna de la malla, de una película de goma sólida». (Diario Clarín, 4 de octubre de 2009)

Humberto Acciarressi, en su texto titulado Aquellas inútiles medias de caucho de Roberto Arlt, cuenta que la fábrica de Arlt era una pieza en Lanús, en la que funcionaba la firma ARNA (Arlt y Naccarati). Dice Acciarressi:

Un amigo de Arlt ha definido este invento sin piedad: «Parecen botas de bombero» […] Hace unos años, su segunda esposa, Elisabeth Shine de Arlt, habitante de un geriátrico porteño, me contaba riendo: ‘Las medias no servían. La gente le decía que mejor se dedicara a escribir y no perdiera el tiempo con eso. Pero él seguía ilusionado con su invento’». (La Razón, Buenos Aires, 12 de octubre 2014) 

Miguel Simonetti, uno de los jóvenes de la cooperativa, contaba en una nota realizada por Eugenia Tavano para el Diario El Editor

En 2013 recibimos la noticia de que la obra de Arlt entraba en dominio público, y nos pusimos a buscar algo de su producción que tuviera, tal vez, algún rasgo novedoso. Cuando nos enteramos de que Arlt había alquilado una pieza en Lanús para montar su laboratorio, enseguida quisimos saber dónde quedaba exactamente. (Diario El Editor, 2013)

Aparentemente, Arlt había puesto en marcha un taller en 1941, gracias a la colaboración de su amigo y actor del Teatro del Pueblo (donde Arlt estrenó sus obras) Pascual Nacaratti. En la misma nota del Diario El Editor, dice Simonetti: «No había ningún registro oficial del inmueble. Entonces decidimos ir a buscarlo, porque también ese es el objetivo de nuestras publicaciones: que tengan una vinculación con los barrios». Comenta Simonetti que, tras una revisión por estudiosos y estudiosas de la obra de Arlt, dan con el nombre de José Cocuzza, un vecino de Lanús, el locador del laboratorio del escritor porteño. Dice Simonetti en la entrevista:

Buscamos en distintos registros y encontramos tres o cuatro domicilios. Fuimos al primero, y nunca me voy a olvidar que nos atendió una señora, apenas asomándose por una mirilla; cuando le explicamos por qué estábamos buscando a José Cocuzza, creo que le dio más miedo abrirnos (risas). Se trataba de la nieta de José Cocuzza que, desde luego, por entonces ya había fallecido. Ella nos dio una copia del ABL de la casa que su abuelo había tenido por muchos años en alquiler, que quedaba en Tucumán 2433, en Lanús Este. Nos fuimos directo para allá y cuando llegamos descubrimos que el lugar que estábamos viendo era igual a una de las descripciones que hace Arlt del taller. Incluso las cuadras que él decía caminar cuando se bajaba del tren para llegar, coincidían con la ubicación. (Diario El Editor, 2013)

La gesta de los jóvenes de la Cooperativa Azucena se coronó en 2014, cuando el municipio de Lanús celebró 70 años de su fundación como partido. La editorial se sumó a los festejos con un evento dedicado a Roberto Arlt en la plaza de Villa Obrera, situada enfrente de la casa de la calle Tucumán donde funcionó el taller, que fue señalizada con una placa. En la celebración hubo una jornada de lectura de los textos de Arlt para chicos y, claro, para no tan chicos: principalmente se leyó la compilación de textos de Arlt titulada Roberto Arlt en Lanús, lanzada por la cooperativa de Gerli.

Diez años después de aquel acontecimiento, Roberto Arlt vuelve a estos pagos con las Aguafuertes Porteñas completas que publica la Universidad Nacional de Lanús: pero esta vez, para volver a ser leído de forma gratuita por el resto del mundo que pueda descargar sus Aguasfuertes Porteñas con un simple click aquí

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