Las últimas celebraciones de San Cayetano en Argentina, particularmente en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, han tenido un tono que excede lo estrictamente religioso. Los movimientos populares –como los llama el Papa Francisco– han visibilizado, en el día destinado al Santo, la estrategia programática que implican las llamadas tres T: “tierra, techo y trabajo”.
Esta estrategia tomó una dimensión especial en América Latina y el Caribe a partir del segundo encuentro del Papa con los movimientos populares realizado en Bolivia en 2015. Allí Francisco planteó: “Las famosas tres T son derechos sagrados. Vale la pena luchar por ellos. Que el clamor de los excluidos se escuche en América Latina y en toda la tierra”.1
Nótese que Francisco habla de “movimientos populares» y no de «movimientos sociales”. Ello tiene su raíz en la concepción de “pueblo” de la corriente argentina de la filosofía y la teología de la liberación. En una entrevista el Papa explica que comprendió, leyendo a Rodolfo Kusch, que la categoría “pueblo” no es lógica sino mítica. Allí sostiene que “para comprender un pueblo, comprender cuáles son los valores de ese pueblo, es preciso entrar en el espíritu, en el corazón, en el trabajo, en la historia y en el mito de su tradición”.2
En Liniers, cada 7 de agosto se puede observar la profundidad de la piedad popular y una devoción personal y comunitaria que conjuga agradecimiento, esperanza y fe. Pero también, a raíz de la participación de los movimientos, se observa la presencia activa de una lucha común que le imprime a la religiosidad popular una visión comprometida con la realidad.
En esta oportunidad queremos destacar dos aspectos intrínsecamente relacionados de la celebración de San Cayetano. Por un lado, la vivencia del pueblo como “mestizaje cultural” expresada en la diversidad de personas y comunidades que participan, con intenciones y propósitos diferentes. Por otro lado, la emergencia de un “nosotros” conformado por movimientos populares que denuncian la injusticia y promueven una nueva concepción del trabajo.
Habitualmente un día antes de la celebración, la calle Rivadavia y sus alrededores se llenan de hombres y mujeres que esperan obtener un lugar privilegiado para tocar la imagen del Santo (patrono del trabajo), rezar una plegaria, cumplir o hacer una promesa y agradecer por lo recibido. Cada persona trae consigo sus alegrías y dolencias así como los gozos y pesares de la comunidad. Además de la fe, se puede reconocer una solidaridad especial sobre todo por parte de aquellos que se preparan para atender a los peregrinos. A esto se le suma la participación de los movimientos que con conciencia comunitaria y acostumbrados a la calle y las marchas, le agregan sentidos nuevos al 7 de agosto.
El sentir y el pensar del pueblo peregrino es diverso a pesar de que se respire una misma fe y un mismo compromiso. Podríamos decir que hay una “mezcla bendita” que entrelaza a las personas y las comunidades. Juan Carlos Scannone, un sacerdote jesuita que fue profesor del Papa Francisco y que ha influido en muchas de sus lecturas, sostenía que la palabra “pueblo» deriva de la categoría de “mestizaje cultural” y que dicha categoría servía para descubrir “la primacía de la fraternidad y la unidad nacional sobre la conflictividad, así como para iluminar el camino de la resolución de conflictos en justicia”.3
Reconocer que nuestro pueblo es un “mestizaje cultural” implica ir más allá de un slogan de unidad. Conlleva hacerse cargo de denunciar la injusticia, anunciar un país (y un mundo) en el que no se descarte a nadie y renunciar a un sistema “que ya no se aguanta”. En este punto los movimientos populares aportan a la celebración un elemento transformador. Y hay que reconocer que no es la primera vez que se genera una participación social y política en torno a San Cayetano. No podemos dejar de mencionar que la celebración fue uno de los primeros espacios de manifestación del movimiento obrero contra la dictadura militar. En efecto, el 7 de agosto de 1981 la Confederación General del Trabajo (en ese momento CGT Brasil) con Saúl Ubaldini como titular, organizó una significativa movilización en Liniers en torno a la Iglesia de San Cayetano. Allí, según dicen, se escuchó por primera vez la tríada «paz, pan y trabajo».
Durante los últimos cuatro años, se ha expresado en San Cayetano una clara denuncia frente a las políticas económicas de corte neoliberal, visibilizando la pobreza estructural y la carencia de la concepción del trabajo como el gran ordenador de la vida social. La asunción de un nuevo Gobierno Nacional de un signo político opuesto al anterior sembró esperanza para poder hacerle frente a la situación. Por ello, este año el tono de la celebración por parte de los movimientos populares, más allá del contexto de pandemia que impedirá la reunión masiva de las personas en Liniers, no será el mismo. Muchos dirigentes sociales han ocupado cargos en espacios estratégicos de los gobiernos nacional, provincial y locales y se presenta otra oportunidad para construir una articulación sinérgica entre el Estado y los movimientos.
En diálogo con el programa Agenda Compartida de la UNLa, el Ministro de Desarrollo Social de la Nación, Daniel Arroyo, manifestó –un tiempo atrás– que ya se están pensando políticas para la post pandemia teniendo presente cinco grandes sectores productivos que van a crear trabajo, especialmente para los más pobres4: 1) la construcción (veredas, vivienda e infraestructura básica); 2) la producción de alimentos (huertas, granjas etc.); 3) la actividad textil (sobre todo la que se puede hacer en la propia casa); 4) la economía del cuidado (personas que cuidan personas, allí puede haber un salto porque va a cambiar el esquema de geriátricos y hogares); y 5) el reciclaje. En estas líneas el Estado buscará potenciar el trabajo brindando recursos y favoreciendo procesos así como también poniendo en debate con todos los actores el modo en el cual se piensa y se construye la política social.
Indudablemente el trabajo es un tema central en los debates post pandemia. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima que 1.600 millones de trabajadores de la economía informal pueden ver desaparecer sus fuentes de sustento y se prevé la pérdida de 305 millones de empleos a tiempo completo en el mundo5. En esta línea, se abren muchos desafíos para el itinerario de los movimientos populares y su articulación con el Estado. Mencionamos algunos de ellos:
- Ampliar los espacios de participación incluyendo cada vez más a comunidades que hoy permanecen ajenas o bien excluidas del debate de las políticas públicas.
- Generar espacios de diálogo que permitan construir un nuevo imaginario colectivo donde el trabajo mismo sea repensado desde las necesidades y desde el compromiso con la “casa común”.
- Dinamizar la actividad, la formación y la espiritualidad de los movimientos populares fortaleciendo la conciencia de pueblo como mezcla bendita.
- Aportar a los procesos de planificación estratégica sistematizando prácticas políticas surgidas en las bases para consensuar programas y proyectos en los distintos niveles de gobiernos.
Este año en la celebración del 7 de agosto de 2020 los movimientos realizarán un encuentro virtual federal que mostrará el trabajo de las unidades productivas de la economía popular a lo largo y ancho del país. Una vez más, se hará visible el compromiso con la justicia social combinando espiritualidad y acción comunitaria. Una vez más, San Cayetano será el lugar existencial donde el pueblo, como mestizaje cultural, puede asumir los conflictos y las necesidades unido en la esperanza de un nuevo sentido común del trabajo.
1 Papa Francisco (2015). Discurso completo en el II Encuentro Mundial de los Movimientos Populares. Bolivia. Recuperado desde: http://latinoamericana.org/2016/info/docs/CartillaMovsPopularesPapaFranciscoBolivia.pdf
2 Papa Francisco (2018), Política y Sociedad. Conversaciones con Dominique Wolton. Encuentro. Madrid. P. 38
3 Scannone J. C. (1990) Nuevo punto de partida para la filosofía latinoamericana. Buenos Aires. Guadalupe. P. 179.
4 Recuperado desde: https://www.youtube.com/watch?v=T1XlrYOaPL4
5 Recuperado desde: https://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/—dgreports/—dcomm/documents/briefingnote/wcms_743154.pdf
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