En tiempos de amenazas de dolarización, es bueno recordar que nuestras monedas y billetes —esos objetos cotidianos que retroceden ante la irrupción de billeteras virtuales y plásticos de todos los colores— son pedacitos de identidad.
Y también, claro, vehículos de leyendas y relatos.
El historiador y periodista Alejandro Volkind eligió tomarlos como excusa para hablar de la economía y el pasado argentinos: el resultado es TECA. Billetes con historia, una cuenta de Instagram donde, en equipo con la periodista y locutora Giselle Ribaloff, crea y publica unos amenísimos videos de 2 minutos de duración. En todos los capítulos, TECA parte de este presente no tan grato para ayudarnos a recordar experiencias económicas y sociales que —inocentemente, y no tanto— van quedando en el olvido.
¿A qué público se dirigen?
Nuestra intención es abrir la discusión lo máximo que podamos, que no quede limitada solo a quienes piensan como nosotros. El capítulo de Belgrano, por ejemplo, a propósito lo titulamos “¿Belgrano era un econochanta?”. La idea era que se sintiera tentado a verlo alguien que no coincida para nada con nosotros. Después por ahí me termina puteando al final del video, pero si lo ve hasta el final, es un triunfo.
¿Qué cuentan en ese capítulo?
Tomamos a Belgrano con la primera moneda patria, los debates que están desde el nacimiento de la Argentina como proyecto, y las discusiones que el propio Belgrano, como economista, tuvo y tendría hoy en día con cualquiera de los libertarios —incluido Milei—, en defensa de una producción nacional, contra la apertura de las importaciones y contra la desprotección de la incipiente industria y agricultura que había en ese momento.
¿Qué otros temas trató TECA hasta ahora?
En el primer capítulo agarramos el billete del millón de pesos para charlar sobre la política económica de la dictadura y hacer foco en la inflación, un tema que había quedado medio relegado porque es tan impactante y doloroso todo lo vinculado a los derechos humanos durante la dictadura, que en general uno se focaliza en ese aspecto. Pero la inflación también estaba muy presente, junto con el desguace del modelo productivo. En esa lógica, vincular al liberalismo con la inflación nos pareció un elemento interesante.

En otro capítulo hablan de Alberdi, ¿no?
Sí, sobre Juan Bautista Alberdi, la referencia intelectual histórica de Milei, en quien pasa algo que también pasaba con Macri: repudian y rechazan la historia, pero también se refieren a ella permanentemente: en el caso de Milei, el anclaje es a la “Argentina liberal” de casi 150 años atrás. Ahí discutimos sobre la figura de Alberdi en relación con la toma de deuda —obviamente, una característica de este gobierno— y el fuerte vínculo actual con los Estados Unidos. Justamente, en ambos temas Alberdi se había manifestado en contra, así que apuntamos a discutir cuán discípulo de Alberdi es el propio Milei.
Otro capítulo estuvo centrado en esa “Argentina potencia” de fines del siglo XIX y principios del XX que añora Milei. Suele recortar que entonces teníamos el mayor PBI del mundo, como otros datos que él levanta y son incomprobables. En ese video tomamos una ficha de estancia —las que repartían en cualquier obraje o establecimiento productivo del interior— y la contrastamos con los sectores que tiraban manteca al techo, para discutir hacia qué Argentina vamos; aparentemente, hacia una Argentina sin derechos laborales. Son ideas que están permanentemente en discusión, entonces hay que volver a ponerlas sobre la mesa.
Hace 200 años que estamos discutiendo los mismos temas…
Son debates clave que se están dando todo el tiempo, pero que a veces uno piensa que son nuevos. El otro día alguien publicó que “lo de Milei sería un fenómeno único”: pero si uno lo contrasta con cualquier otra experiencia de índole liberal, tiene tantos puntos de contacto que es imposible verlo como algo novedoso. Si creés que tener el dólar planchado, abrir las importaciones, privatizar, tomar deuda, es parte de una política económica novedosa, bueno, googleá “tablita de Martínez de Hoz”.
¿Por qué se les ocurrió juntar los billetes con la historia?
A mí me gusta coleccionar monedas desde que soy chico. Un poco la idea de TECA tenía que ver con poder charlar desde una economía histórica, pero sin meterse en variables complejas: la economía también es cuánto te sale un café, o cómo llego a fin de mes. Hoy en día el debate está en la economía, y ese es un poco el enfoque que estamos tratando de darle para llegar a la gente desde una preocupación de todos: la guita. El billete funciona desde muchos lugares, siempre está atado a un montón de cosas, hasta recuerdos. Uno entabla un vínculo con el dinero, así que es una puerta de entrada interesante para charlar de otros temas, teniendo en cuenta el contexto que estamos viviendo. En el último video que hicimos proponemos una conclusión: que pueden frenar la circulación de la palabra pero la circulación del dinero nunca, entonces también el dinero habla.
Empezaron a publicar a fines de marzo pasado, ¿qué tal la recepción desde entonces?
Nos viene sorprendiendo mucho. El video del billete del millón tiene más de 700.000 visualizaciones, y los otros rondan las 150.000. La verdad es que viene repercutiendo bien. Ahora tenemos más de 10.000 seguidores con una cuenta que arrancó de cero, y con nosotros que tampoco éramos grandes usuarios de las redes.
El deseo de máxima sería poder estar con una pata dentro de la red y una afuera: creo que TECA se va a terminar de armar cuando podamos salir a encontrarnos, que los “billetes con historia” sean un motivo de encuentro, de charla y de intercambio. Obviamente deseamos poder seguir produciendo historias centrados en la actualidad, y desde ahí poder generar algo presencial para encontrarnos y charlar. Hay una demanda y un interés cada vez mayor de la historia.
¿Tienen temas adelantados?
Sí, tenemos pensados varios videos más. También otra gente nos va sugiriendo y recordando temas, y está bueno porque muestra por un lado el interés, pero por el otro lado también que hay varias experiencias que hasta uno mismo se va olvidando y que vale la pena refrescar, porque también son continuidades y ayudan a encontrarle un hilo a la historia, y a poder reconstruir experiencias que en general quieren que no recordemos demasiado.
¿Es importante recordar?
El otro día releí una frase de Rodolfo Walsh que dice que las clases dominantes en general intentan que los sectores populares no tengamos historia, no tengamos referencia, que cada lucha empiece de cero. Ahí creo que se entiende el énfasis en intentar borrar toda la historia que se pueda, tanto como su enseñanza, tal como se va viendo en la reforma del plan educativo en la ciudad de Buenos Aires. Y a la par que hacen eso, permanentemente machacan con la historia, pero la historia que les interesa a ellos. En los momentos de crisis es cuando más se necesita la historia.
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