Desde el mes de abril, Aerolíneas Argentinas vuela a China en busca de insumos para afrontar la pandemia del Coronavirus. Esta decisión del Gobierno Nacional marcó una reconfiguración de la línea de bandera que no cuenta con aviones cargueros y que tuvo que adaptar los destinados al transporte de pasajeros y cargas.

Ariel Pinsón es Oficial de Calidad y Seguridad de Cargas en Aerolíneas y graduado de la Licenciatura en Turismo de nuestra universidad. En diálogo con Viento Sur, Pinsón cuenta sobre las distintas acciones que llevaron adelante para que el traslado de los insumos fuera efectivo y seguro; y las nuevas oportunidades que se abren para la compañía en el mercado de cargas.

¿Cuál es tu función específica?

Como oficial soy el nexo entre lo que es obligatorio hacer y lo que se hace, documentándolo. Tenemos que velar por la seguridad, que es un concepto muy amplio en aeronáutica. En inglés hay dos palabras security y safety: una es la intencionalidad de un acto y la segunda es que no hay ningún problema arriba del avión cuando se embarca algo o alguien. Todo lo que hicimos fue corriendo, porque la pandemia surgió de la nada.

¿Cómo se pasa de transportar pasajeros a cargas?

Todas las líneas aéreas del mundo, además de llevar pasajeros y equipaje, también trasladan carga. Ahora con todos los aviones del mundo en el suelo había necesidad de llevar carga. Y esto es lo que nos está pasando ahora en Aerolíneas, que no tiene un avión carguero exclusivo.

¿Cuáles fueron las medidas que tuvieron que adoptar?

En mi caso, tuvimos que hacer un estudio de riesgo de llevar carga arriba de los asientos, porque eso no está establecido en ningún lado. No hay pasajeros, la bodega está llena de carga, pero el vuelo es tan largo y hay tanta necesidad de traer insumos que se decidió usar la máxima disponibilidad que tiene el avión. Con la Gerencia de Seguridad Operacional hicimos un análisis de riesgo en conjunto, lo documentamos y mandamos a la ANAC (Autoridad Nacional de Aviación Civil) para que lo aprobaran.

Las personas sentadas generan un peso y el avión se balancea en función de eso. Pero ahora había que modificarlo porque en el asiento iba a ir carga. Con la aprobación de la ANAC fuimos e hicimos pruebas de amarre y balanceo. Por otra parte, tuvimos que conseguir un proveedor de China para que cuando el avión llegue haya gente para cargar el avión y esté todo listo.

Además, tuvimos que cumplir con las normativas de IATA (International Air Transport Association) que agrupa al 93 por ciento de las compañías aéreas comerciales del mundo, pasar auditorías y presentar cierta documentación.

Finalmente, hace dos semanas, desde la compañía se decidió sacar grupos de asientos para ganar espacio y poner más carga. Entonces tuvimos que volver a hacer las pruebas en el avión, en el hangar, corregir la documentación, y pedir una nueva aprobación.

¿Esta situación impulsa una reconfiguración de la empresa?

Aerolíneas siempre trabajó con cargas. Pero ahora se anunció la creación de una unidad de negocios particular de carga, para que la compañía tenga un rol fundamental en esta área. Hoy la zona está dominada por Lan, que tiene un potencial gigantesco de aviones cargueros. Aerolíneas tiene también una gran potencia, porque nuestro país es muy amplio, con necesidades que a veces no se llegan a cubrir con los aviones de pasajeros solamente.

La intención es tal vez incorporar uno o dos aviones cargueros. El Coronavirus dio un golpazo al sector y si no nos adaptamos no podemos seguir existiendo como compañía. Esto es algo histórico y en este contexto, Aerolíneas tiene un importante rol social.

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