Desde el año 2002, la UNESCO promueve el tercer jueves de noviembre como el Día Mundial de la Filosofía. Así, este 17 se celebra la importancia del pensamiento filosófico a nivel internacional, y se anima a las personas a compartir su herencia filosófica y las bases conceptuales de los principios y valores vinculados con la democracia, los derechos humanos, la justicia y la igualdad.

Con esta impronta, conversamos con la Dra. Marisa Divenosa, coordinadora del Doctorado en Filosofía que se dicta en el Departamento de Humanidades y Artes de la UNLa. Un posgrado que a la fecha cuenta con más de una treintena de doctores y doctoras tituladas, y que en sus contenidos demuestra una fuerte apuesta humanística e integral.

La Dra. Divenosa conversó con Viento Sur acerca del perfil académico del doctorado, de los requisitos para su ingreso, y nos acercó un borrador con algunas preguntas en las que cuáles serían pertinente que se detuviera la filosofía en la coyuntura actual. 

El doctorado se fundó en 2003 de la mano del Dr. Ricardo Maliandi: ¿quién fue Maliandi?

Ricardo fue un maestro y un pionero en la Argentina sobre temas de ética. Me tocó ser su alumna en la Facultad de Filosofía y Letras (UBA) con 18 años. Siento que en ese momento no pude apreciar al monstruo de profe que tuve enfrente. Para quienes no lo conocen, hay un libro introductorio de él que se llama Ética: Conceptos y problemas (1991). Lo recomiendo porque brinda definiciones acerca de qué es la ética, qué es la metaética y qué son los valores. Es un libro llave hermoso para quienes quieran ingresar en su obra para luego profundizar, porque Maliandi tiene muchas publicaciones. Y este es un libro simple, llano y ameno.

¿Por qué contenidos discurre el doctorado?

En la actualidad se imponen dos grandes líneas dentro de los intereses de los/as doctorandos/as. La primera, vinculada con la filosofía práctica que tiene que ver con la reflexión sobre la acción, sobre la cuestión ética, los valores y los principios. Muchos cambios tecnológicos atraviesan nuestra coyuntura, por eso nos encontramos con numerosas tesis que trabajan con la cuestión de lo antropológico mezclado con lo tecnológico, pero en una perspectiva ética. Trabajos que reflexionan sobre el cuerpo en la virtualidad como parte de lo que se instaló en la pandemia. Antes de la pandemia, esto presentaba también cuestionamientos, y ahora post-pandemia, más. Nos cambió la cabeza acerca de cómo comunicarnos, cómo adaptarnos a los espacios. Todo eso empuja a la gente a reflexionar filosóficamente. Esa es la línea ética que busca responder, como decía Kant, ¿Qué debo hacer? La otra línea que se impone como interés es la latinoamericana, con una fuerte impronta de todo lo que trae Rodolfo Kusch. Implica la pregunta acerca de cómo hacer para poner en valor y en su justa medida las producciones nuestras desarrolladas desde aquí, desde Latinoamérica, desde Argentina y el sur. Y esto, a la luz de que sabemos que nuestras formaciones son centroeuropeístas. Es muy difícil el proceso de de-construcción, pero es necesario y urgente. Estas líneas se imponen sobre todo en los últimos periodos del doctorado. 

¿Quiénes pueden postularse al doctorado?

Está abierto a egresados de carreras de Filosofía, como así también a personas que hicieron otras carreras, tanto a nivel universitario como terciario. Así una profesora de arte, de historia o filosofía, un abogado o una médica que toda su vida quiso profundizar sobre temas filosóficos, sobre Heidegger o Nietzsche o que se interese por Platón, puede postularse. El doctorado también recibe a esa gente y les da una formación de base a través de 12 cursos trimestrales. Estos se cursan cada 15 días, más precisamente los viernes y sábados: completarlos lleva aproximadamente dos años. Cerrado este pre-doctorado, quienes no provienen de carreras filosóficas en sus carreras de grado, ya están en condiciones de iniciar el doctorado.

¿Tienen un dispositivo de publicación de sus producciones?

Tenemos la revista Τάξις (Tak-sis) que fundamos con Daniel Dei, director actual del doctorado. Daniel fue quien sucedió a Maliandi en la dirección, y es otro referente importante del campo filosófico. Con él quisimos proponer a las y los doctorandos/as, pero también a toda la comunidad, esta revista cuyo objetivo es proporcionar un lugar para trabajos de actualidad filosófica, debates, posiciones críticas, interpretaciones textuales y re-lecturas orientadas a problemáticas éticas. Nuestra motivación fue proporcionar un espacio donde las producciones enmarcadas en las tesis de doctorado en curso tuvieran visibilidad y se volvieran tema de diálogo en la comunidad. Antes de fin de año, vamos a publicar el número 5 de la revista.

¿Qué significa Tάξις?

Τάξις da cuenta de un lugar, del puesto del soldado en la batalla. En la Grecia Antigua, las columnas de los soldados avanzaban con los escudos cruzados, entonces los escudos superpuestos iban formando una pared. Si uno de los escudos o soldados se retiraban, toda la pared se debilitaba y por ese espacio podía colarse el enemigo, atacar. Por eso el nombre de la revista evoca una doble cuestión ya presente en los orígenes de la filosofía. Por un lado, Τάξις es el término con el que el personaje platónico, Sócrates, designa su compromiso filosófico y vital. Sócrates advertía sobre el puesto de lucha que no se puede abandonar. Esto implica que uno es también por los otros y los otros son también por uno, y arroja una idea de comunidad, de comunión. Da cuenta de la importancia de ese entretejido comunitario. Y eso es representativo de lo que buscamos con la revista.

¿Cómo es la trayectoria de cursada dentro del doctorado?

El doctorado se inicia con un borrador que contiene las líneas temáticas que las y los doctorandos/as desean trabajar. Eso, a medida que avanzan, es posible modificarlo, incluso cambiar el tema. Pero, por lo general, inician con una línea que puede dar cuenta de un momento histórico, un autor que se busca profundizar. Para ello presentan un primer bosquejo que comparten en una entrevista con el director del doctorado y acuerdan un plan de trabajo. Luego, la comisión del doctorado, junto con el director, evalúa la cantidad de seminarios específicos que tiene que hacer ese doctorando/a para completar su plan y determina la/s área/s temáticas en que se inscribe.

¿Hay seminarios específicos?

Sí, los seminarios pueden ser como mínimo dos o seis como máximo. Se pueden cursar todos en la UNLa o en otras universidades y validar. Como mínimo es requisito que un seminario se curse aquí. De esta manera, la comisión de doctorado asigna la cantidad de seminarios optativos, seminarios enmarcados en orientaciones que se ajustan al tema de interés de los/as doctorandos/as. Además de las dos orientaciones que desarrollé al principio de la entrevista, tenemos las orientaciones en filosofía política, en metafísica, en gnoseología, entre otras. Y los seminarios específicos suelen ser dictados por profesores externos invitados. De esta manera, el doctorado crea una usina de intercambio, de pensamiento y de producción. Trabajamos con ese objetivo como faro.

En el marco del Día Mundial de la Filosofía, ¿cuáles son los problemas principales para la filosofía en la coyuntura actual y en el territorio nacional?

La pregunta antropológica que se mete con “¿qué somos?” es central. Es necesario preguntarnos por nuestra forma de organizar el mundo, de instalarnos en el mundo. La ciencia y la tecnología nos dieron un montón de puertas para abrir, pero cuando las abrimos nos encontramos con nuevos mundos, incluso con otras formas de ser humanos. La pregunta antropológica es urgente porque permea por todos lados. Un ejemplo concreto, los movimientos que hay alrededor de los géneros. ¿Dónde me instalo si ya no es femenino y masculino? Esto abre una pregunta acerca de quién soy, acerca de quiénes somos ahora como pluralidad. Y si bien la pregunta por la identidad del propio ser humano es muy antigua, la encontramos en los presocráticos mismos, esta se va resignificando en cada momento histórico. Esa es una pregunta sin la cual no es posible responder las otras preguntas. Eutanasia sí o no, el aborto como opción, sí o no. Estas son preguntas éticas, pero en el fondo hay una pregunta antropológica, una concepción antropológica desde la cual se responden o se busca desarrollar las respuestas. Si no nos hacemos carne de estas preguntas, las otras preguntas que desarrollemos van a ser insustanciales, insatisfactorias. La pregunta antropológica nos va a permitir pensar qué mundo tenemos, cuál queremos y cómo está cambiando. Dónde estamos parados, desde dónde miramos, con cuál perspectiva. La filosofía implica comprometerse con esas preguntas y tener el coraje de quedarse ahí indagando.

¿Quién es Marisa Divenosa?

Soy profesora de Lengua y Cultura Griegas en el doctorado, y estoy doctorada en Filosofía en la Universidad de Aix-en-Provence de Francia. Mi línea de investigación siempre fue la filosofía clásica, porque cuando empecé la carrera de Filosofía me fui enamorando de todos los autores, materias y temas. Y me hice platónica, aristotélica, humeana, cartesiana, kantiana, hegeliana (risas). Pero en un momento tuve que elegir una orientación y fue entonces que advertí que todos estaban re-editando a los clásicos, porque de los clásicos no se sale nunca. Entonces quise quedarme ahí y primero volví a los pre-socráticos y después a Platón. Hice también traducciones, es un trabajo precioso traducir. Y en años posteriores se me fueron abriendo, como una cuestión de época, los márgenes de las preguntas posibles dentro de la filosofía clásica. Cuando estudié la carrera de grado, hace casi 40 años, la filosofía clásica abarcaba a los presocráticos, a Platón y Aristóteles. Con el tiempo esto se fue abriendo hacia los espacios de los marginales, especialmente los sofistas. Aquellos con los cuales Platón dialogaba, pero que nunca fueron centrales. Entonces me encontré con Protágoras y la Sofística y fue así que Protágoras se volvió mi tema de tesis doctoral.

Referencia bibliográfica

Maliandi, R. (1991). Ética: conceptos y problemas. Buenos Aires, Biblos.  

Hacer Comentario