A principios de este siglo, el fotógrafo Korske Ara, iniciador del proyecto World Photo Day, propuso el 19 de agosto como el “Día Mundial de la Fotografía”. La fecha no es caprichosa: un 19 de agosto pero de 1839 el gobierno francés declaró que la fotografía fue inventada en París. Su creador: Louis Daguerre, “padre” del daguerrotipo -en principio concebido por Joseph Nicéphore Niépce-, considerado la primera práctica del proceso fotográfico. En la Argentina, al igual que en otros países de Latinoamérica, el “Día del Fotógrafo” se celebra el 21 de septiembre, conmemorando la llegada del daguerrotipo a América Latina en el mismo año de su creación.
Dos siglos después, los profesionales y artistas que circulan por la vida con sus cámaras y sus lentes a cuestas, nos siguen ofreciendo sus miradas propias y personales del mundo que nos rodea. De cómo llegaron a la fotografía, y cómo encaran una labor que aúna la expresión con el documento y el instante con la permanencia, hablamos con tres de los profesionales que aportan su visión a los medios de comunicación de nuestra Universidad.
“Que una foto cuente su propia historia”
“Lo que más disfruto de tomar fotografías es poder transmitir con una imagen lo que veo y siento -dice Leticia Molinari, fotógrafa de Viento Sur y de la Dirección de Relaciones Culturales UNLa-. También lo que alguien quiere decir. No siempre se logra en solo un instante, en una expresión, en un color: tiene que confluir todo, pero cuando lo hago siento una gran satisfacción. Me gusta que una luz transmita una sensación, un clima, un estado de ánimo. Cada vez que miro por el visor trato de encontrar ese instante que resuma todo, para que el que vea la foto pueda llegar a la misma sensación y conclusión que yo en el momento en que disparé. Trato también que una foto cuente por sí sola su propia historia.
¿Proyectás tus fotos de antemano, antes de tomar la cámara y salir?
En general cuando voy a sacar fotos, estoy abierta a ver qué es lo que hay para contar, ver qué luz y que escenario hay. Si lo que fotografío es a una persona, sea o no conocida, lo que más me importa es poder transmitir con la imagen, dentro de lo posible, quién es esa persona.
¿A quién o qué te encantaría fotografiar? ¿Por qué?
Me gustaría sacar fotos en las Malvinas. Porque aunque nunca fui, siento que es un lugar que aún tiene mucho que contarnos. Están tan cerca nuestro y nos son tan desconocidas a la gran mayoría de los argentinos…
“Desde muy chicos estamos cerca de las imágenes”
«La fotografía tiene la capacidad de mostrarnos momentos, de congelar el pasado, de generar nuevos pensamientos -nos cuenta Luciano “Lucho” Zerr, fotógrafo de Megafón UNLa-. Mi interés nació por estudiar cine y a partir de ahí me acerqué a la fotografía. Es difícil decir que el interés nació de repente, en realidad desde muy chicos todos estamos muy cerca de las imágenes.”
¿Qué tipo de fotografía es la que más te atrae?
En general, la documental o periodística, aunque no creo que ninguna de ellas me atraiga a nivel de trabajo, es la fotografía más comprometida. Pero no puedo dejar de admirar profundamente a fotógrafos periodísticos que muchas veces terminan dándonos al mundo alguna denuncia que se necesitaba hacer, o algún momento que se necesitaba recordar.
En tiempos de Photoshop, la fotografía, ¿sigue conservando su carácter documental?
Pienso que la fotografía sigue teniendo un carácter documental no solo por lo literal: creo que justamente la foto, y más desde que tenemos todos estas herramientas y mecanismos de creación digital, puede adquirir un segundo significado. Sobre todo cuando las imágenes “photoshopeadas” son tratadas con un sentido artístico y no solo estético. Hay un artista en Instagram que suele crear imágenes donde una división en diagonal articula dos imágenes muy diferentes de una situación similar: por ejemplo un niño levantando los brazos en un parque de juegos y un niño levantando los brazos ante una situación de violencia. El Photoshop tiene mala fama, pero es una herramienta que puede ayudar a ver un montón de otras cosas, denunciarlas y ponerlas en imagen.
“Uno puede transformar un lugar en algo mágico”
Gustavo Quinteiro es otro de los integrantes del equipo de Megafón UNLa. Llegó a la fotografía porque “en un comienzo había dos cosas que me llamaban mucho la atención: la cámara como objeto, con todos sus mecanismos, el tema del cuarto oscuro: es algo fantasmagórico, ahí es donde se devela una imagen. Lo otro fue ‘el hombre cámara’, en el sentido de que veía un halo alrededor del fotógrafo con su cámara que mide la luz, se pone en determinado lugar, revela en el cuarto oscuro. A medida que fui aprendiendo, muchas veces la fotografía me sirvió como búsqueda y como refugio. Me atraía también eso de que la cámara es una máquina del tiempo, y que uno puede transformar un lugar en algo mágico depositándole su mirada.
¿Te interesa como práctica artística, o solo desde un punto de vista profesional?
Para mí no hay una división, para mí es todo lo mismo. Es un laburo solitario y, aunque sea profesional o artístico, sos vos y la cámara. Tenés un buen día y eso se refleja en la foto, tenés un mal día y también. Es todo uno, porque uno es la misma persona haciendo algo artístico o algo profesional.
¿A quién o qué te gustaría fotografiar?
Sería genial poder fotografiar a mis nietos, de esa manera me aseguraría que voy a vivir mucho y que voy a tener buena vista. No tengo algo que sienta que me falta fotografiar. Sí desde muy pequeño me gustan los dos extremos, los atardeceres y los amaneceres: tomarme el tiempo para estar ahí y sacar fotos, ver cómo se va transformando un lugar: hay un momento de luz que es mágico, increíble, y hay que buscarlo y encontrarlo. También me gusta sacarles fotos a los aviones. Es lo mismo que me pasaba y me pasa con las cámaras: eso de los mecanismos, las miles de piezas, cierto misterio que los rodea.
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