Por el equipo de investigación del proyecto Amilcar Herrera: Respuestas del sistema de salud del AMBA durante la pandemia de SARS-Cov-2. Debilidades y fortalezas para avanzar en un sistema de salud centrado en el enfoque de derechos
El lunes 11 de julio se realizó en la UNLa un encuentro que tuvo como objetivo promover el intercambio de voces y miradas entre personas que durante la pandemia fueron parte de la respuesta del sistema para garantizar el derecho a la salud. Se trató de la charla debate La respuesta del sistema de salud en el AMBA: desafíos en la construcción territorial, sindical y cooperativa en el marco del SNISA —Sistema Nacional Integrado de Salud en Argentina—. Participaron trabajadores y trabajadoras que estuvieron involucrados de manera directa en la atención/cuidado del público usuario, gestor e investigador. La actividad se realizó en el marco del proyecto Amilcar Herrera: Respuestas del sistema de salud del Área Metropolitana de Buenos Aires-Argentina durante la pandemia de SARS-Cov-2. Debilidades y fortalezas para avanzar en un sistema de salud centrado en el enfoque de derechos.
Dos expositoras dieron inicio a la reflexión al compartir sus experiencias y perspectivas sobre el tema. La Diputada Nacional María Rosa Martínez destacó la militancia territorial y la ciudadanía organizada para promover derechos, y compartió el rol activo del Poder Legislativo durante la pandemia en la provincia de Buenos Aires. A su vez Valeria Barbuto, Coordinadora de nuestro Instituto de Justicia y Derechos Humanos, propuso repensar el “derecho a la salud” a partir de la pandemia y el rol del Estado como garante. Además de enfatizar el derecho a la salud como un derecho para poder acceder a otros derechos, Barbuto invitó a pensar los déficits del sistema de salud en términos de derechos humanos. “La pandemia no afectó a todos por igual, por lo tanto, es necesario buscar una salida que transforme lo estructural”, destacó.
Las políticas públicas que se pretenden neutras (igualitarias), al no considerar las diversidades, terminan siendo discriminatorias. Las vivencias compartidas por los y las participantes dialogaron con los desafíos que se presentan para avanzar en un sistema de salud centrado en el enfoque de derechos. Entre los aprendizajes que dejó la pandemia, se destacaron experiencias positivas: algunos equipos se fortalecieron desde lo interdisciplinar y desde lo afectivo; se idearon nuevas formas de tratamientos y de utilización de los espacios en las instituciones; se revalorizaron espacios de encuentro para reflexionar sobre las prácticas de los, las y les trabajadores de la salud, invisibilizadas hasta ese momento.
Otra situación que se rescató como positiva fue la inmediata respuesta estatal a la pandemia: las postas de vacunación estatales son un ejemplo del buen funcionamiento del sistema. Se aprovecharon las capacidades previas existentes, lo cual se evidencia en la producción y distribución de insumos tales como respiradores y vacunas.
A su vez la pandemia demostró la necesidad del rol rector del Estado como garante del derecho a la salud ante la primacía de su mercantilización. Algunos laboratorios priorizaron producir lo rentable y hubo desabastecimiento de insumos/medicamentos básicos necesarios. En este sentido, algunos aspectos negativos son también aprendizajes para repensar el sistema. En la atención/cuidado en general primó lo técnico-biomédico por sobre la mirada integral de la salud. En la emergencia muchas veces se pensó en atender y no en cuidar. Descuidamos la salud mental, a las familias. Tampoco cuidamos a los trabajadores de la salud. La variable de ajuste fue el cuerpo de los, las y les trabajadores, quienes dieron respuestas creativas ante la falta de respuestas institucionalizadas que contemplen estas perspectivas de cuidado.
El intercambio de miradas y reflexiones que se dio en el encuentro aporta al debate actual sobre la construcción de un Sistema Nacional Integrado de Salud en la Argentina. Es ahora, en la pospandemia, el momento de reflexionar para poder buscar una salida que transforme lo estructural y discutir una política nacional respecto a la fuerza laboral en salud. La integración plena del sistema de salud se logrará si es centrada en derechos.
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