En su libro Sobre la fotografía, Susan Sontag asegura que “la fotografía no se limita a reproducir lo real sino que lo recicla” y que “algo feo o grotesco puede ser conmovedor porque la atención del fotógrafo lo ha dignificado”.

En plena cuarentena por la pandemia del Coronavirus, los y las profesionales utilizan su cámara para dar evidencia de lo que ocurre, pero también para concientizar y dar una mano a aquellos que más lo necesitan.

Tal es el caso de, por ejemplo, “Fotógrafes x los barrios”, quienes donaron sus imágenes con el objetivo de recaudar fondos y así asistir a las poblaciones vulnerables de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Por su parte, un grupo de fotógrafos de Latinoamérica lanzó en redes sociales un espacio para difundir sus creaciones y mostrar las particularidades propias de esta región del continente.

“La comodidad, confianza y libertad son claves en cualquier trabajo para poder desempeñarse al máximo. Esos paradigmas son mi prioridad y permiten que se pueda encontrar una veta artística en el medio de una pandemia. O al menos así lo siento ahora”, asegura Roberta Di Martino, graduada de la Licenciatura en Audiovisión de la UNLa y realizadora audiovisual en el equipo de la intendencia de Lomas de Zamora.

A partir de sus fotos, Di Martino busca concientizar sobre la enfermedad con el foco puesto en el Conurbano bonaerense.  

“Creo en la relevancia de preservar los instantes en fotografías para que con el tiempo esos momentos sean aún más valorados. Las imágenes nos identifican con nuestras propias historias familiares y hacen la construcción cultural de una historia en común. Distintas intenciones son las que se buscan al contratar el registro visual constante de lo que sucede en tradiciones culturales. En los años que llevo trabajando como fotógrafa y realizadora audiovisual estuve siempre predispuesta a registrar lo que el cliente solicitaba. Con el tiempo fui experimentando distintas etapas del proceso audiovisual y gracias a eso se abrieron puertas en ámbitos que no había proyectado. Actualmente, esos ámbitos me acercan mucho más a las intenciones de aportar a lo social desde el campo en el que uno se siente cómodo, que en mi caso es el registro fotográfico”.

¿Por qué es importante ese registro?

Porque hace que reflexionemos sobre nuestros contextos. Y si hay algo que hace que perdure ese presente es el recuerdo visual. Confío en el fotoperiodismo como vehículo que busca proyecciones orgánicas, limpias, reales, instantáneas, y que ayuda a percibir las miles de maneras que hay de ver esos presentes.

No parece un trabajo sencillo…

Como fotógrafa una siente la presión de querer hacerlo todo artístico, pero sin dejar de prestarles atención a las cuestiones técnicas. Inclusive cuando el contenido exige el mero registro de un suceso en particular, una trabaja pensando en mil cuestiones en simultáneo. La combinación de un objetivo y libertad a la hora de encuadrar puede generar un producto auténtico, aún cuando los factores externos puedan ser variables, como la inmediatez, el clima, el espacio físico o la luz. Todos estos factores nos limitan y, entonces, mientras encuadrás, la cámara hace foco y con tus dedos seteás una exposición aceptable. En el medio, además, querés que sea la mejor foto. ¿Un poco de presión? Sí, pero se puede.

Fotografías obtenidas en distintos barrios del municipio de Lomas de Zamora

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