Historia de Bijou

“Bijou es como un faro en el medio de Adrogué porque al estar elevado podés ver las diagonales y toda la ciudad, pero al mismo tiempo te permite quedarte apartado del caos. Es un lugar que tiene su propia magia, con una presencia femenina muy punzante. Es súper gratificante trabajar ahí”.

Micaela Viviani llegó al Centro Cultural Bijou en 2016 junto con su hermana Daniela y allí montaron la Escuela de Comedia Musical Malibú, que brinda talleres a personas de todas las edades.

Pero Bijou no siempre fue un espacio cultural. Esta vieja casona ubicada en la planta alta de la esquina de Mitre y Somellera, sirvió de hogar a decenas de mujeres que buscaban un refugio entre las décadas del ’70 y ‘90. La pensión nació de la mano de María Rosa Menéndez y su hija Bijou —seudónimo que se ganó por su belleza— en pos de obtener un rédito económico. Ambas estaban separadas y se instalaron en el lugar junto con la hija de Bijou, Sandra, quien actualmente dirige el Centro Cultural.

“Las pensionistas eran mujeres fuertes, pero no militaban esa fortaleza, porque en realidad la padecieron. Se animaron a irse de su casa, a huir, y no murieron en el intento”, cuenta Micaela y agrega: “Hubo una pensionista que venía desde Capital e iba bajando en cada estación de tren buscando una pensión y se encontró con esta que le gustó porque eran todas mujeres y se quedó. Trabajaba en Capital y necesitaba irse de su casa porque el marido la golpeaba todos los días”.

¿Cómo era la convivencia?

Tuve la oportunidad de hablar con tres pensionistas y todas coincidían en la hermandad que existía entre ellas, porque irte de tu casa, separarte en esa época te convertía en la persona más marginal, además de que te calificaban de “puta” porque te estabas yendo vaya uno a saber dónde. Se podían contar los problemas que tenían y ninguno parecía engorroso o grave en comparación con el de su compañera, porque todas habían pasado por situaciones terribles. Y esa hermandad y este espacio en sí mismo les permitió poder seguir adelante, porque eran mujeres solas que tuvieron que aprender a manejar su dinero, a trabajar, a volver a enamorarse.

¿Y qué pasaba con los hombres?

No estaban permitidos, pero creo que descubrirte como una mujer fuerte en esa época hacía que el otro se alejara. Imagino que energéticamente el varón no lo soportaba. Ellas despertaron y los hombres se alejaron, porque en la independencia de la mujer se termina el mandato machista. 

¿Hay algo de esa energía femenina que se mantiene en Bijou?

Desde que nació la pensión hasta la fecha, el lugar está gestionado por mujeres y eso nos generó una conciencia y un empoderamiento muy grande, porque nos dimos cuenta de que sabemos y podemos hacer de todo. Y muchas veces a nosotras nos pasan cosas muy pesadas y siempre decimos “si las pensionistas pudieron, nosotras también”. Ellas lograron transformarse.

¿Cómo se transmite esta historia a los concurrentes?

Todos los que llegan conocen la historia, hay un resumen en la entrada sobre la pensión y de cómo se transformó en centro cultural. También hay muchos cuadros de Bijou, que pintaba las casonas de Adrogué.

Muchas de esas construcciones hoy no existen…

No, y creo que nadie se imaginaba que esas casonas se iban a demoler. Bijou tenía la visión de que un creador necesita un espacio para crear. Ella agarraba el atril, lo ponía en la tierra y comenzaba a pintar. Nunca logró vivir de su obra, pero al ver sus cuadros uno puede ver una gran sensibilidad.

Desde Malibú están filmando una película…

Sí, se llama “Conociendo la raíz” y es una comedia musical filmada completamente en Almirante Brown. Trata sobre tres adolescentes que tienen la misma psicóloga, ellos quieren ser artistas y no se animan. Entonces, la psicóloga les propone participar de un concurso de arte barrial, que está integrado por un jurado interpretado por niños caracterizados de adultos. La película busca marcar que la vida es compleja y exige tomar decisiones, pero siempre desde la alegría. Y que hay que animarse a conocerse a uno mismo, desde la raíz, como dice el título, para lograr lo que uno quiere en la vida.

¿Cómo es producir en el conurbano sur?

Es muy complejo, hay que redistribuir y reorganizar constantemente las cosas. Faltan financiamientos que ayuden a lograr concretar proyectos complejos. Tenemos la presencia absoluta del Municipio que nos permiten filmar en la Casa de la Cultura, que es preciosa. Por suerte, el sur está lleno de artistas que trabajan en red y están todos conectados.