En los últimos años observamos una transformación en la forma de acceso a los contenidos audiovisuales, en particular desde la aparición de nuevas empresas intermediarias que protagonizan un lento pero sostenido desplazamiento de las audiencias que abandonan la pantalla tradicional a favor de diferentes ventanas de exhibición en Internet. Netflix, la empresa estadunidense de streaming de contenidos, es un actor preponderante en este desplazamiento. El artículo explica los principales cambios en la forma de acceso a contenidos y los desafíos que esto plantea para la diversidad cultural y la regulación. 

Entre los servicios de Video a Demanda (VOD) con mayor presencia en la Argentina podemos encontrar los “nuevos entrantes” no vinculados a canales de TV tradicionales tales como Netflix; iniciativas vinculadas con los canales de TV abierta o señales de TV de pago (HBO GO; Fox Play, TNT GO, WatchESPN); a cableoperadoras (Flow de Cablevisión) y de empresas de telecomunicaciones (Claro Video de América Móvil; Movistar Play de Telefónica; DirecTVGo de AT&T; Sensa de Colsecor). A pesar del amplio número de oferentes, según datos de la consultora Ovum, a 2018, Netflix concentraba el 55% del mercado VOD en Argentina con 2.4 millones de suscriptores; seguido por Claro Video (América Móvil) con 21% 1)La consultora le asigna una participación de mercado muy alta a Claro Video en la Argentina, teniendo en cuenta que la plataforma funciona pero no fue lanzada oficialmente en el país. Es posible que OVUM contabilice como suscriptores de Claro Video a los clientes del servicio de telefonía móvil Claro, que acceden al servicio gratuitamente. y Flow (Cablevisión) con 15%.

Netflix es la empresa de distribución de video online que domina el mercado local, pero ya no es vista como un adversario por los actores infocomunicacionales tradicionales (telcos y empresas de TV paga), sino que se observa una creciente tendencia a la generación de acuerdos de distinta profundidad e integración de ofertas atadas entre los distintos servicios y la suscripción a Netflix.

Por su parte, los actores informunicacionales locales más poderosos tales como Cablevisión o Telefónica buscan retener el control sobre la distribución de contenidos y ofrecen servicios de valor agregado que permiten visualizar contenidos online. En el caso argentino existen además servicios de distribución de video online estatales como Cine.ar Play del Instituto de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) y Cont.ar del Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos, que, en líneas generales, ofrecen contenidos de los medios públicos, junto a películas y series de ficción producidas con financiamiento estatal. También, en los espacios que Netflix deja sin ocupar con su oferta generalista, nacieron otras propuestas de nicho tales como MUBI o Qubit que ofrecen catálogos más cortos de contenido “curado” para un público más exigente.

¿El espectador empoderado?

A partir de la desprogramación de los contenidos lineales y la proliferación y ubicuidad de las pantallas que nos permiten acceder a contenidos a cualquier hora y desde cualquier ubicación, comenzó a hablarse del empoderamiento de la audiencia, tanto en el sentido del consumo –en la medida que se independiza de la rigidez de las grillas de programación-, como de la producción, gracias a la reducción de las barreras tecnológicas que hasta hace pocos años mantenían a productores y consumidores en polos apartados.

En este marco se han instalado dos falacias: la del prosumidor, que no abordaremos, y la idea de que los usuarios consumen lo que quieren. Para relativizar esta última afirmación se plantea aquí que no vemos lo que queremos, vemos (seguimos viendo) lo que está disponible, aquello que nos ofrecen. Y una de las formas en que las empresas de distribución de contenidos online deciden qué es lo que nos ofrecen, se basa en sistemas de automatización algorítmica que toman como insumos, entre otros, lo ya consumido por el mismo u otros usuarios previamente, produciendo una lógica de contenidos a medida que refuerzan las preferencias preexistentes en detrimento de una mayor variedad y experimentación en la dieta audiovisual. Cabe agregar a este punto que la “automatización” y “algoritmización” de los catálogos y de las decisiones editoriales de servicios como Netflix, se basan en algoritmos que son, en última instancia, diseños humanos; es decir, no son neutrales y son producto de la decisión editorial de una empresa.

Algunos intermediarios de la economía digital como Uber o Airbnb tienen más a mano la autodenominación de “apps”, “platforms” o “tech companies”, pero en este punto es central plantear diferencias entre aquellas compañías y otras como Amazon Prime o Netflix que prestan, con toda claridad, servicios audiovisuales. Se trata esta última de una actividad con particularidades en la medida que tiene incidencia en la circulación social de sentidos, la creación de imaginarios, la formación de la opinión pública, y por lo tanto, sobre la vida democrática de los países.

Desde las ciencias sociales sabemos que las palabras tienen poder performativo; no es inocuo llamar “app” a algo que es mucho más que eso. YouTube no es un “tube”, no es un caño por el que discurren neutralmente contenidos; tampoco lo es Netflix. Aunque es creciente el consenso sobre la no responsabilidad por los contenidos que suben los usuarios en plataformas del estilo de YouTube, en el caso de Netflix, Amazon y otras, es claro que se trata de empresas de servicios audiovisuales que tienen responsabilidad sobre los contenidos que distribuyen y sobre los que toman decisiones editoriales. 2)Observacom: http://www.observacom.org/comision-del-parlamento-de-reino-unido-afirma-que-companias-tecnologicas-no-son-meras-plataformas-y-que-se-precisa-una-regulacion-independiente/

Netflix, ¿de qué estás hecho?

Según un relevamiento propio realizado la primera semana de febrero de 2019, el catálogo de Netflix para Argentina se compone de 2956 títulos, de los cuales 1076 son contenidos seriados y 1880 largometrajes. Ambas categorías contienen piezas de ficción, animadas, documentales, entre otros géneros.

Total catálogo Netflix (febrero 2019)

En suma, el catálogo para Argentina del hasta ahora principal prestador de servicios de video en Internet, contenía títulos provenientes de 55 países de los 5 continentes. Sin embargo, el 80% de esos contenidos se concentraba en 8 de ellos, con especial peso de los Estados Unidos, al que le corresponde más de la mitad del catálogo total (52%).

La lectura de estas cifras debería enmarcarse no tanto en el desbalance en los flujos informacionales entre el norte y el sur global, ni en pretensiones de “imperialismo cultural”, sino como parte del funcionamiento del modelo de negocios de la empresa. Pese al evidente peso a favor de Estados Unidos y los países centrales en la composición del catálogo, se observa que Netflix aplica una globalización pragmática y reconoce que no basta con la diseminación de contenidos estadounidenses, en inglés e indiferenciados, sino que debe combinarlo con una estrategia de localización. En definitiva, desde su óptica de funcionamiento global, los contenidos “locales” son parte de su estrategia para capturar “nichos” de mercado (Baladron & Rivero, 2019).

3%, todo para regular

Las ya no tan “nuevas tecnologías” y servicios digitales suelen emerger con un halo de inmunidad regulatoria, pero pese a ello pueden y deben ser regulados en varios de sus aspectos. Existen buenas razones para pensar que esto debe ser así. Como cualquier industria cultural, estos servicios audiovisuales tienen una doble faz, una industrial y una simbólica, por lo que, tanto desde el punto de vista de su importancia y magnitud económica, como por su creciente influencia cultural, estos servicios de distribución en línea son objetos ineludibles de la regulación.

Además, un grupo aún reducido pero creciente de argentinos con posibilidades materiales de acceso a banda ancha fija ven su dieta audiovisual mediada por Netflix, mientras que los contenidos nacionales son minoritarios en el catálogo de ese servicio. De los 2956 títulos relevados en este estudio, apenas 90, es decir el 3%, corresponde a contenidos argentinos, una cifra que se ubica muy lejos del ambicioso 30% que recomienda la nueva Directiva de la Unión Europea, pero también del más humilde 5% que propone el Partido Socialista en el hasta ahora único anteproyecto de ley de comunicaciones convergentes presentado en 2017 en la Cámara de Diputados. 3)Ver https://cemupro.com.ar/ley_de_comunicaciones_convergentes_ps/ Además los contenidos nacionales no tienen ningún tipo de prominencia dentro de la oferta, por lo que pueden estar allí pero resultar invisibles al quedar sepultados entre los casi 3000 títulos que este relevamiento llegó a contabilizar. La posibilidad de imponer regulaciones nacionales a empresas con operaciones globales que en ocasiones no tienen representación legal en todos los países, resulta un desafío para los Estados nacionales. No obstante, el tema de los servicios digitales que se prestan a través de redes abiertas de Internet forma parte de la agenda de preocupaciones de distintos organismos a nivel internacional. En América Latina, por el momento, el panorama se orienta a la imposición de tributos con fines recaudatorios, dándose las diferencias por países en los instrumentos legales que se utilizan y los destinos de los fondos recaudados.

Baladron, Mariela & Rivero, Ezequiel (2019), Video on Demand Services in Latin America: Trends and Challenges towards access, concentration and regulation. Journal of Digital Media & Policy, 10(1). Londres: Intellect

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Referencias   [ + ]

1. La consultora le asigna una participación de mercado muy alta a Claro Video en la Argentina, teniendo en cuenta que la plataforma funciona pero no fue lanzada oficialmente en el país. Es posible que OVUM contabilice como suscriptores de Claro Video a los clientes del servicio de telefonía móvil Claro, que acceden al servicio gratuitamente.
2. Observacom: http://www.observacom.org/comision-del-parlamento-de-reino-unido-afirma-que-companias-tecnologicas-no-son-meras-plataformas-y-que-se-precisa-una-regulacion-independiente/
3. Ver https://cemupro.com.ar/ley_de_comunicaciones_convergentes_ps/

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