Ramón Álvarez tiene 68 años. Desde mayo de 2017 está a cargo del Departamento de Salud Comunitaria (DESACO), luego de haberse desempeñado quince años como director de la carrera de Enfermería. Es licenciado en Enfermería, tiene 45 años de oficio, más de 20 en docencia universitaria y está trabajando en su tesis doctoral en el área de Salud Mental Comunitaria. Es alto, delgado y elegante. Lleva años de casado, tiene dos hijos y una nieta a la que adora.

El Departamento tiene la particularidad de abordar la salud desde un enfoque social y con esa perspectiva define su oferta académica y líneas de cooperación e investigación. “Para nosotros la salud está multideterminada por factores políticos, económicos, sociales y culturales” señaló el flamante director que recibió a Viento Sur en su oficina. “Este abordaje guarda relación con el ADN institucional vinculado al compromiso social con la comunidad, la Nación y los intereses latinoamericanos”, resaltó con su voz cálida y suave.

-¿Hace cuánto se desempeña en la UNLa y cómo fue ese recorrido?

-Llegué a la Universidad en el año 1998, cuando la carrera de Enfermería se había incorporado a la oferta de la Universidad a través del Ministerio de Educación de la Provincia de Buenos Aires.

-¿Cómo fue el pasaje en su trayectoria profesional de lo asistencial a la gestión?

-Me recibí en los ‘70 cuando Mario Testa era decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires. Tuve la suerte de formarme con un plan de estudio con una impronta más social que biologicista. Eso marcó un poco mi destino, porque la gestión ya estaba presente en ese proceso formativo. Además, en ese período, el título de Enfermero Universitario era un plus que también me abrió puertas. A los dos años de egresado ya me convocaron para desempeñarme en la gestión, lamentablemente en el sector privado. En ese sector ejercí durante 25 años. Tuve la suerte de atravesar esta profesión por lugares que son un privilegio para cualquiera.

-Usted es un pionero de la UNLa. ¿Quiere destacar algo de esos primeros años durante el acercamiento a la institución?

-Sí, soy hijo de un viejo militante comunista paraguayo que tuvo que exiliarse de su país porque si no lo mataban. Corrían los ‘40 y allí había un gobierno de facto con Higinio Morínigo a la cabeza. Perseguían a la izquierda, y mi papá tuvo que escapar. Me dejó con mi madre cuando yo tenía 3 meses de vida y ella nos resguardó hasta el año y medio que nos vinimos a la Argentina. Mi padre seguía militando aquí para su país. Esto no lo conté nunca públicamente, pero tengo que reconocer que la UNLa me devolvió ese vínculo fuerte con el compromiso social y la comunidad. Me hizo reencontrar con esta parte tan profunda y que sentía pendiente.

-¿Cuáles son sus principales objetivos para la dirección del Departamento en este mandato?

-Tengo mucho que aportar al proyecto departamental, sobre todo en la perspectiva que hoy leo como una de sus mayores necesidades: promover una mayor integración del grado con los posgrados. Por supuesto, respetando la transversalidad y la interdisciplinariedad, pero sin descuidar lo particular de cada carrera, su especificidad.

-¿Cuáles serían las líneas que el Departamento deberá atender para contribuir a resolver las necesidades de la región?

-La primera, formar futuros profesionales con compromiso social y ético para la Nación. Todas las ofertas de grado y posgrado del Departamento tienen la responsabilidad de formar y capacitar a sus egresados para incidir en mejorar la calidad de vida de la gente y en las políticas públicas. Por eso y a modo de ejemplo, en el caso de la carrera de Nutrición, buscamos formar nutricionistas que puedan participar activamente de problemáticas alimentarias de la comunidad, situación que se recrudece en estos últimos tiempos, y en instancias de Gobierno donde se delineen las políticas públicas vinculadas a la soberanía alimentaria. Esto fue muy claro en la gestión del Gobierno nacional anterior, donde muchos de nuestros egresados de Trabajo Social participaron activamente en el diseño de políticas públicas del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación y de los municipios de Lanús, Lomas, Almirante Brown y Avellaneda, entre otros. Fue muy interesante todo el trabajo que se pudo articular en ese período.

-¿Cuáles son las áreas problemáticas que desarrolla el Departamento desde la docencia y cómo se traducen estas en su oferta académica?

-La prevención y promoción de la salud son dos áreas nucleares de nuestros contenidos académicos. Estos ejes están presentes en todas las propuestas de grado y posgrado. Otra área problemática se vincula con este enfoque por el cual la salud está multideterminada. Y lo explico con un ejemplo que uso con mis alumnos. Nuestra perspectiva no es biológica y para nosotros, una bacteria no es el equivalente a una enfermedad, sino que hay un montón de circunstancias que coadyuvan para que haya un desequilibrio de un sector de la población y para que se generen las condiciones para que una enfermedad se desarrolle. El “Bacilo de Koch”, que es característico de la tuberculosis pulmonar, es oportunista porque enferma cuando las condiciones de la persona o de un sector de la población están dadas. Cuando no se come bien, hay hacinamiento y pobreza. Para un médico convencional, positivista y biologicista, se mata el bacilo y se cura la enfermedad. Desde nuestra perspectiva, estamos de acuerdo en que es necesario el antibiótico para que el cuadro de salud desaparezca, pero consideramos que si se sostiene la misma calidad de vida, la enfermedad va a ser recurrente. Por lo tanto cuando uno piensa en la formación de un profesional de la salud, esta tiene que ser amplia. Con estas características se orienta la oferta académica del Departamento, cuyas carreras son: la Tecnicatura en Gestión de Entidades del Deporte; en grado: la Licenciatura y Ciclo de Licenciatura en Enfermería; la Licenciatura y Ciclo de Licenciatura en Trabajo Social; la Licenciatura en Nutrición y el Ciclo de Licenciatura en Educación Física; y en posgrado, la Especialización en Abordaje Integral de las Problemáticas Sociales en el Ámbito Comunitario; en Epidemiología; en Gestión en Salud y en Salud Mental Comunitaria; las maestrías en Salud Mental Comunitaria; en Epidemiología, Gestión y Políticas de Salud, y los doctorados en Salud Mental Comunitaria y en Salud Colectiva.

-¿Están diseñando alguna carrera nueva?

-Sí, una especialización en Salud Mental Comunitaria para Enfermeros. En ello estamos trabajando con el Doctorado en Salud Comunitaria y la carrera de Enfermería. Pero este proyecto es muy reciente.

-¿Cuáles son los ejes de investigación del Departamento?

-Las investigaciones tienen algunas líneas prioritarias vinculadas con la promoción y la prevención de la salud, la calidad de vida, la soberanía alimentaria, la epidemiología, la gestión en salud, la salud mental, la salud colectiva, la intervención social, las violencias, la salud y la tercera edad, y el derecho a la salud, entre otras.

-¿Hay alguno que crea necesario profundizar?

-Sí, proyectos que adopten líneas que profundicen lo disciplinar para las carreras de grado. Porque si lo disciplinar no se enriquece, poco se podrá aportar a la mirada transversal que promueve nuestra institución. Y esto en el campo de la salud es crucial porque salimos de un modelo que delineó a todas las carreras de grado del Departamento como si fueran paramédicas. Tan hegemónica es esta forma de mirar la realidad, que uno para defenderse de ese modelo termina adoptándolo sin darse cuenta. Y esto hay que trabajarlo mucho para superarlo. Así, desde esta mirada creo que hay que fortalecer la razón de ser de cada una de las disciplinas de la oferta de grado: Enfermería, Trabajo Social, Nutrición y Educación Física. En los posgrados otro es el cantar. Ya están definidas desde el vamos esas líneas de investigación porque tienen una orientación bien clara: la salud colectiva o la salud mental comunitaria. Otras de las necesidades en investigación es superar esta idea de que solo unos pocos pueden investigar. Como que la investigación desde lo teórico es tan compleja que necesariamente deja afuera a algunos docentes. Eso hay que romperlo y permitir que nuevos docentes sin experiencia en el campo participen, porque en investigación debe haber un espacio para la reflexión acerca de la propia práctica profesional, hasta incluso una reflexión sobre la propia práctica docente de la disciplina. Y cabe recordar que nosotros tenemos la obligación de formar investigadores tanto en el claustro docente como en el de los alumnos, por eso hay que abrir las posibilidades.

-¿Y en extensión, cuál sería la presencia del Departamento en la comunidad?

-Las distintas carreras del Departamento tienen proyectos de cooperación, particularmente en el ámbito comunitario. Estos los desarrollan en articulación con la Secretaría de Cooperación y Servicio Público. Como Departamento, articulamos con distintas organizaciones públicas y de la comunidad. Un ejemplo concreto son las actividades que desarrollamos desde Enfermería en la Cuenca del Riachuelo en articulación con ACUMAR. Trabajamos en varias campañas de salud en conjunto con los municipios vinculados a la zona del Riachuelo. Además, la carrera de Enfermería y la de Trabajo Social trabajan con una red de Monte Chingolo -en el partido de Lanús- en la que articulan con los centros de salud, las escuelas y las organizaciones barriales. Nosotros nos acoplamos a las actividades ya programadas por ellos. De actividades como estas participamos hace muchos años y hay referentes de la zona que nos buscan, que vienen a formarse a la UNLa e incluso vienen a capacitar a nuestros alumnos. Estas actividades concretas buscan impactar en la calidad de vida de la gente. Y no quiero dejar de destacar la labor que realizamos desde hace más de 10 años con el Centro del Adulto Mayor a cargo de la Dra. Silvia Molina. Desde allí articulamos actividades con el PAMI. Hoy los adultos mayores son parte de los actores que vemos capacitarse en nuestra institución con un abanico de cursos que abordan desde computación hasta el reciclaje, la jardinería y la creatividad.

-¿Qué evaluación hace de la política educativa universitaria de la gestión de gobierno actual, y qué políticas departamentales considera necesario desplegar en este contexto?

-La política de este Gobierno se evidencia también en el financiamiento universitario, que nos lleva a una situación de crisis presupuestaria. Esto hace que empecemos a limitar varias actividades vinculadas a lo académico, la investigación y la cooperación. Lo otro preocupante es cómo la crisis económica general del país impacta en los estudiantes y esto lo empezamos a explorar con la Secretaría Académica. Sí se evidencia un mayor desgranamiento en los alumnos como consecuencia del impacto de la política económica actual; es decir, si los chicos deben abandonar o postergar sus estudios por tener que resolver su sustento económico diario. En esto vamos a trabajar en estos días, en generar  una situación diagnóstica que nos brinde datos concretos. De ser así la Universidad tendrá que delinear una política concreta para que esto no suceda, pero esto es ya una preocupación. Y en relación a los docentes, esta crisis económica también ha impactado en sus salarios. Las paritarias se atrasaron en relación a como venían haciéndose y esto genera problemas.

-Y en relación a la retracción del mercado laboral, ¿cómo afecta en la inserción profesional de los egresados del Departamento?

-Este es un problema serio porque nuestros egresados tenían una gran inserción cuando las políticas públicas del Gobierno eran activas e inclusivas. En este contexto donde estas políticas públicas retroceden, nuestros egresados están en problemas. Nos ha quedado pendiente reglamentar más espacios sistemáticos para que las universidades tengan una participación activa en la elaboración e implementación de las políticas públicas. No obstante, hay también espacios privados que absorben rápida y gustosamente a nuestros egresados y no descontamos promover como salida laboral la economía social como alternativa en tiempos de crisis. La UNLa desde siempre ha impulsado este tipo de trabajo genuino, horizontal y cooperativo.

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