“CUANDO LA PANDEMIA SE IMPONE COMO BISAGRA DE DOLOR Y NOS OBLIGA A REPENSAR CÓMO QUEREMOS VIVIR”

El 31 de agosto se realizó el conversatorio virtual “Diálogo entre la Ciencia y la Bioética en época de pandemia”, que contó entre sus panelistas conla Dra. Patricia Digilio y con el Dr. Juan Carlos Celhay. Organizado por la Maestría en Metodología de la Investigación Científica (MIC) de nuestra casa de estudios, junto al Nodo de Buenos Aires del Capítulo Argentino de la Red Latinoamericana y del Caribe de Bioética de la UNESCO, este espacio se propuso alcanzar un punto de encuentro entre la investigación en salud y la bioética, con el objetivo de lograr un compromiso para con los intereses y necesidades de nuestra región. En un contexto en el cual quedó al descubierto la crueldad del sistema, se recorrieron interrogantes acerca del rol de la investigación científica, sus relaciones con una matriz económica salvaje y los impactos que se vislumbran en un orden social signado por la desigualdad. 

La Dra. Ambrosini, Directora de la MIC, moderó el encuentro y fue la responsable de realizar las primeras preguntas. Luego le cedió esta posibilidad al público, con lo cual se coronó realmente el diálogo y el intercambio. De la mesa participaron, también, María Luisa Pfeiffer por la Red de Bioética de la UNESCO, y Andrés Mombrú Ruggiero y Cecilia Pourrieux por la MIC.

LA PANDEMIA COMO HECHO SOCIAL

Al consultarle a la Dra. Digilio sobre el rol de las ciencias sociales para pensar y abordar la pandemia, la especialista afirmó: “La pandemia es un hecho social que conmovió los fundamentos de nuestras culturas y sus modos civilizatorios”. Destacó que el enfoque con que se la trató tuvo características sanitarias, fuertemente biomédicas. Y consideró que hemos tenido un déficit de otras formas de transitar la pandemia en lo que hace a las relaciones sociales, a las formas de la solidaridad. “Si algo ha mostrado la pandemia es que este mundo es despiadado y que deja poco lugar al dolor humano. También, que nuestra cultura está muy limitada para el tratamiento del sufrimiento”, firmó la especialista.

Digilio expuso también sus consideraciones alrededor de los discursos que circulan vinculadas con la pandemia. “Hablar de post pandemia es ir demasiado rápido sin tramitar filosófica, social y afectivamente este acontecimiento”, afirmó. Y se refirió a lo que denominó ‘un discurso cínico’: “Escuchamos que la pandemia venía a revelar lo injusto que es este mundo. Habrá sido una sorpresa para los mismos que generan las situaciones de desigualdad e injusticia. Nadie podía sorprenderse con el estado de los hospitales, del sistema de salud, a pesar de los enormes esfuerzos que se ha hecho en este tiempo. Hemos asistido al desmantelamiento de la salud pública. Sabemos que le pasó a nuestro país. La pandemia en realidad no es una sorpresa, sino una especie de profecía autocumplida. ¿Qué esperábamos, de la manera en que hemos trastocado la naturaleza?”, aseguró la Doctora en Ciencias Sociales. La especialista indicó que la pandemia revela un fracaso y a su vez un camino de lucha. Según ella, esta crisis sanitaria y social debería crear las condiciones de posibilidad para emprender las transformaciones que este tiempo exige. Y señaló que no solo hay que detenerse en los efectos de la pandemia, sino y sobre todo en sus causas. Porque para la Dra. Digilio, “los ganadores quedaron del mismo lado, del lado de quienes son los responsables de todo esto. Y quienes se han visto afectados, son aquellos que se han quedado sin trabajo, los que hoy son más pobres, los adultos mayores, lo que necesitan atención para su salud pero no la obtienen”. 

LOS PROCESOS DE INVESTIGACIÓN EN SALUD DURANTE LA PANDEMIA

En esta materia, el Dr. Juan Carlos Celhay, Magister en Bioética, consideró que efectivamente aparecieron cambios, aunque no totalmente nuevos. Emergieron elementos que no eran utilizados para la investigación en el área de la infectología y de la epidemiología, como son los ensayos adaptativos y los protocolos maestros. Y precisó: “Esto provocó una serie de cambios en las formas en que se llevaban adelante los proyectos de investigación, que sorprendió a quienes tenían que hacer el análisis ético. La experiencia en el tratamiento de atención del COVID encontró nuevas formas para fundamentar el conocimiento. Formas menospreciadas durante los últimos años en la investigación. No negadas, pero sí descartadas. Los métodos randomizados, aleatorizados necesitan sin dudas un análisis crítico y ético importante que debemos discutir”.  

Celhay se refirió también a las prácticas de quienes como él trabajaron en comités de ética en instituciones de salud durante la pandemia. Señaló una preocupación vinculada con las agencias regulatorias que han realizado saltos en las fases de la investigación, con la creación de fases de transición. “Esto ha pasado antes, pero ahora se intensificó. Los procedimientos de aprobación acelerada no se vieron limitados a los temas de la pandemia y del COVID, sino que se empezaron a aprobar tratamientos con drogas experimentales. Éticamente esto es inaceptable. Aquí los únicos beneficiarios son quienes siguen haciendo la investigación, es decir los laboratorios. Esto es muy serio desde el punto de vista ético y político. Queda dentro del área de tratamiento toda un área previa y experimental que no debería estar en ese espacio, y esto debería ser aclarado desde el punto de vista bioético”.

El Dr. Celhay sostuvo, a su vez, la urgente necesidad de que se renueve el compromiso de la ética de la investigación y el de la bioética con el compromiso y  la defensa de los derechos de los sujetos devenidos en investigadores en lo que respecta a su dignidad. Y así desenmascarar que lo que se pone muchas veces como un valor para los sujetos sufrientes, no es más que los intereses económicos de compañías, del complejo médico sanitario, médico industrial, médico farmacológico, y académico. “Tenemos que poner el foco aquí, en aras de que se pueda volver a defender en serio el derecho de aquellas personas que se ven vulneradas por este tipo de accionar. El objetivo de la bioética y de la ética de la investigación no es entorpecer la investigación, sino todo lo contrario, garantizar que se realice desde los aspectos éticos”. 

CUANDO LO QUE SE MPONE ES EL PARADIGMA DE LA PROPIEDAD PRIVADA 

Tanto la Dra. Digilio como el Dr. Celhay acordaron en señalar el poder que han desplegado los laboratorios durante la pandemia, si bien también celebraron la llegada de las vacunas. Ambos se refirieron al modo en que el acceso a las vacunas ha estado condicionado y limitado por los intereses de los laboratorios. Así, la Dra. Digilio aseguró: “La escasez de las vacunas provoca desestabilidad política y social. Este es un efecto del que participan los laboratorios internacionales, las multinacionales. Porque la vacuna es un hecho político y la manera en que se la ha manejado muestra claramente la crueldad del capitalismo y que a este sistema las personas no le importan”. Sobre esto mismo, el Dr. Juan Carlos Celhay complementó: “estas empresas transnacionales tienen una capacidad de respuesta en muchos casos mayor que los Estados y por ende condicionan absolutamente”. 

A su vez, ambos panelistas acordaron en que las transformaciones en la investigación en salud se cimentaron en ciertas prácticas, y que los elementos de salud son tratados bajo el paradigma de la propiedad privada y la noción de mercancía. Por ello, aseguraron que hay que poner especial atención a los aspectos subyacentes de la propia práctica de investigación, y que la reflexión no debería ir solo por el lado de los resultados y de las violaciones éticas, sino también de cómo se efectiviza de un modo casi naturalizado lo que es la práctica científica. Entonces, los panelistas y muchos de los presentes en el conversatorio acordaron en que la investigación científica también podría hacerse de otro modo. 

En esta línea, la Dra. Digilio afirmó: “Efectivamente, el sistema científico tecnológico sufre una subsunción al capital. En el actual avance de la ciencia y la tecnología estamos en presencia de una nueva forma del capitalismo que yo me inclino por llamar ‘biotecnocapitalismo’. Aquí la relación que existe entre la técnica y el modo del tratamiento de la vida y la concepción de la vida está al servicio del desarrollo del capital. De esta manera, deberíamos revisar nuestras prácticas de investigación, las maneras en que pensamos la investigación, porque la matriz de la disciplina, justamente, nos disciplina en ese sentido”. 

UN SISTEMA DE SALUD BASADO EN EL INDIVIDUO CUANDO LOS RIESGOS SON COLECTIVOS

Frente a una pregunta vinculada a la gran cantidad de ciudadanos del mundo anti-vacunas, la Dra. Celhay consideró “hay que vacunarse, porque somos con otros. Pensar en un sistema de salud basado en el individuo es darle cuerpo a un sistema de muerte, cuando el riesgo es colectivo. Las decisiones que tomemos sobre cómo queremos vivir, son decisiones que le van a dar forma a la nueva biopolítica que se está gestando”, afirmó. 

En el cierre, la Dra. Digilio  invitó a no abdicar de nuestra capacidad de reflexión. “Estamos en una situación bisagra. Oteamos el horizonte y tenemos incertidumbre, pero los acontecimientos no deberían arrasarnos. Esto explica la urgencia de llegar a la post pandemia, pero necesitamos un espacio de reflexión y de dolor. Tenemos cien mil muertos. Esa catástrofe es algo que vamos a tener que tramitar como sociedad. El trabajo que seguimos haciendo con nuestros treinta mil, es el horizonte que tenemos que tener con nuestros muertos en la pandemia. No va a ser posible dar vuelta la página, porque si hacemos eso, vamos a pagar un costo altísimo como sociedad. Será el triunfo más horroroso del individuo y de una ficción. Los tiempos de duelo y dolor son necesarios, hay que transitarlos. Esta es una categoría  política que tenemos que asumir, porque con el optimismo y el pesimismo no se piensa”. 

La charla fue muy rica y no se pretende aquí abordarla en su totalidad, sino compartir algunos de sus hitos. Su desarrollo completo está disponible en el siguiente canal: https://youtu.be/MwqZ5M6EkeE 

Participantes

Patricia Digilio es profesora en Filosofía, magister en Políticas Sociales y doctora en Ciencias Sociales por la UBA. Ver más: CV-Patricia-Digilio-.pdf (cotser.org.ar)

Juan Carlos Celhay es médico y magister en Bioética, miembro del Nodo de Buenos Aires de la Unesco y Docente de la Universidad de Medicina de la UBA. Responsable del Área de Docencia del Hospital N. López. 

Cristina Ambrosini es doctora en Filosofía por la UBA y directora de la Especialización y de la Maestría en Metodología de la Investigación Científica del Departamento de Humanidades y Artes de la UNLa. Ver más: CVAmbrosini.pdf (unla.edu.ar)

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