Julián Axat, coordinador de ATAJO, de la Procuración General de la Nación (PGN), visitó la UNLa para coordinar con el Tribunal Internacional en Mediación Académica un programa de Talleres de Acceso a la Justicia a dictarse en 2021 en la universidad.

Junto a Julia Ramos -encargada de los cursos de capacitación de ATAJO- Axat estuvo en el edificio Rodolfo Ortega Peña para poner en marcha un convenio entre la Procuración General de la Nación y el Tribunal Internacional de Mediación Académica de la UNLA a cargo de Guido Croxatto, que funciona en ese edificio. Los talleres a dictarse estarán orientados al público en general, abogados y no abogados, defensores territoriales en Derechos Humanos, entre otros, para promover un mayor conocimiento de las herramientas existentes en materia de acceso a la justicia en la provincia de Buenos Aires. Este taller es parte de las actividades de ATAJO, que desde su inicio bajo la gestión de la Dra. Gils Carbó (Honoris Causa de la UNLA) buscó facilitar el conocimiento social de las herramientas legales, misión que el tribunal experimental de la UNLA comparte desde su apertura en 2018.

“No es metafísica”

“No es metafísica lo que les pasó a tus viejos”, subrayó la rectora Ana Jaramillo a Julián Axat, poeta y abogado hijo de desaparecidos, en el Rectorado, luego de posar los tres juntos frente al afiche de FORJA que reproduce la frase célebre de Raúl Scalabrini Ortiz al general Perón (Coronel, le vamos a pedir los trencitos). “No es metafísica no tener un plato de comida en la mesa o que te cierren la universidad. No me banco que humillen gente”, reflexionó Jaramillo luego de citar a José Vasconcelos, rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y a Joaquín V. González, fundador de la Universidad Nacional de la Plata, donde estudió Axat. “Nuestra tarea continua es acercar conocimiento práctico, que ayude a resolver graves problemas, no a teorizar en vano”, señaló la Rectora.

Como mencionamos, uno de los temas del encuentro fue la firma de un convenio entre la Procuración General de la Nación y la UNLA, a través del Tribunal internacional en Mediación Académica, para que ATAJO pueda dictar Talleres de Acceso a la Justicia en el espacio del tribunal, pudiendo también articular con el INADI, que tiene una oficina en el mismo edificio, mecanismos de derivación y acceso territorial a la justicia.

Jaramillo expresó el compromiso de la Universidad con los valores de la integración, la justicia social y la soberanía. “Los ex combatientes de Malvinas hasta 2003 no tenían obra social. Iban por los trenes mendigando, pidiendo una moneda. Son más los que se suicidaron que los que murieron combatiendo en la guerra. Eso también es no defender al Estado argentino. Nuestra soberanía”, reflexionó Axat.

“Cuando Lincoln abolió la esclavitud, una de las primeras cosas que hizo fue fundar las  land-grant universities, universidades para los negros esclavizados que solo sabían trabajar en las plantaciones de algodón. El modelo de la UNLA está orientado bajo un precepto semejante: no reproducir disciplinas europeas, sino atacar y resolver problemas. Los problemas son siempre y ante todo prácticos y demandan herramientas concretas para poder ser solucionados. Esta universidad aspira a invertir la pedagogía teórica: quiere poner en primer lugar la práctica, generando herramientas concretas en vez de saberes formales, que terminan alimentando en forma difusa la endogamia universitaria. Por eso no nos orientamos por disciplinas”, dijo Jaramillo.

“Esto que menciona la Rectora es la marca de origen de toda educación pública -acotó Croxatto-. No es casual que esta universidad que pisamos funcione en un espacio de reparación de trenes, la práctica y el trabajo se respiran y sienten aún en estos pasillos, antiguos galpones de trenes, donde los trabajadores venían a realizar trabajos útiles. Así es como nosotros entendemos la educación pública: como un trabajo concreto orientado a nuestro desarrollo local, que evite la fuga de cerebros que en rigor son formados para desarraigarse de su país, ignorando su historia concreta, formándose en disciplinas que poco tienen que ver con nuestras necesidades prácticas. Hay universidades que ponen molinetes en sus accesos. La universidad pública es la única digna de llevar ese nombre. Las universidades privadas no son auténticas universidades, porque no son espacios de universalidad, no son universales, sino de encierro didáctico y pedagogías importadas, universidades de la empresa, privadas, no orientadas al bien común, sino al capital concentrado, no argentino, diría Raúl Scalabrini Ortiz. No creo que debamos llamarles a esos espacios cerrados ‘universidades’, ni a sus productos, ‘conocimiento’. El conocimiento es público y las universidades, también. Hablar de universidades privadas me parece un contrasentido. El acceso al conocimiento es parte del acceso a la justicia, por eso este Tribunal de Mediación funciona en una universidad pública”, cerró Croxatto.

El proyecto de colaboración entre ATAJO y el Tribunal de Mediación Académica de la UNLA se propone poner al alcance del territorio conocimientos, espacios y mecanismos de acceso a la Justicia formales e informales, tales como la mediación comunitaria y penal, que en la provincia se rige por una ley 13.433. El tribunal de la UNLA parte de un presupuesto: que el derecho no se puede reputar conocido, y que por ende gran parte del acceso a la justicia depende de generar un mayor conocimiento por parte de los sectores populares de los derechos que los asisten aunque les son muchas veces desconocidos, así como los distintos mecanismos para hacerlos valer.

Artículos Relacionados

Hacer Comentario