La magia del radioteatro volvió en plena pandemia a través de un proyecto social, cooperativo y federal. Se trata de La Compañía, una iniciativa surgida por un convenio entre la Cooperativa El Descubridor y radio Gráfica, que reaviva el viejo formato radiofónico con nuevas pinceladas y matices, y lo difunde a través de las radios comunitarias adheridas a la red FARCO. 

La dramaturga Patricia Zangaro fue la convocada para coordinar la escritura de guiones junto a las autoras Raquel Albéniz, Brenda Howlin, Cecilia Legarralde y Selva Palomino. En diálogo con Viento Sur, habló sobre la propuesta, los actores y actrices que la componen, las problemáticas que abordan y el carácter federal que la define.

¿Cómo nace la idea?

El objetivo era hacer algo conjunto entre el teatro y la radio y, obviamente, el formato natural era el radioteatro. Se convocó a un grupo de actores de excelencia tales como Arturo Bonín, Manuel Callau, Anahí Gadda, Nacho Iambrich, Alejo Ortiz, Ingrid Pelicori y Julieta Vallina; Ana Carella en relatos, y al director Carlos Demartino, que es un hombre de amplia trayectoria en la formación vocal. Con este equipo se empezó a trabajar en un capítulo piloto que se grabó en enero de 2019, pero no prosperó. Cuando comienza la pandemia, retomamos esta idea con mucha más fuerza.

¿Qué temáticas se abordan?

La idea siempre fue un radioteatro que pudiera difundirse en la red de radios comunitarias y que pudiera visibilizar las problemáticas de las distintas localidades a las cuales llegan esas radios. Entonces pensamos desde lo ficcional cómo hacer para que un grupo de personas fijas se pudiese trasladar a través del país. Acordamos que se tratara de una compañía de teatro itinerante, que viaja por el interior y en cada lugar al que llegan le dan visibilidad a una problemática en particular, que está vinculada a lo socioambiental.

¿Por qué se eligió la problemática ambiental?

La pandemia que estamos viviendo mucho tiene que ver con el daño que se le han hecho a los ecosistemas y por eso es urgente que esté en las agendas de los gobiernos del mundo. Difundir estas problemáticas requiere de un trabajo de campo e investigación previo, ya que visibiliza problemas que desde la urbe no se ven porque son luchas que se dan en los territorios. Vamos a contrapelo de lo que pasa en Buenos Aires, donde todas las problemáticas son urbanas.

¿Cómo realizan esa investigación?

Trabajamos con el asesoramiento de Maristella Svampa, referente en toda Latinoamérica de las luchas socioambientales. Y nos contactamos con las radios del interior para que nos cuenten sobre las problemáticas o nos contacten con los referentes del lugar. Esa información la procesamos y adaptamos a las necesidades de la ficción. Hay un ida y vuelta constante.

¿Cómo es el trabajo con los actores y actrices?

Todo el proceso se construcción se hizo en plena pandemia, sin posibilidad de desplazamiento ni encuentros. Las grabaciones se hacen desde casa y de manera virtual. Los actores han encontrado un método a través de la plataforma zoom, donde se pueden ver, escuchar y grabar. Esa grabación la recibe Julián Pelliza de radio Gráfica que hace un trabajo increíble de edición junto a Demartino. Y también se incluyen actores y actrices del interior para interpretar los personajes que suceden ficcionalmente en cada uno de los lugares que visita la compañía.

¿Qué repercusión buscan tener en un contexto invadido por pantallas?

Creo que la ficción por radio está teniendo una revitalización. La radio ha vuelto a tener un lugar central porque interpela al oyente y le da un rol activo, hay que imaginar y poner lo propio. Tampoco te condena a la posición pasiva del espectador de imágenes, porque podés escucharlo mientras te movés o hacés otra actividad.

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